Fue hallado por un expolicía mientras vacacionaba en las playas de Verna. Hay misterio en la comunidad arqueológica.
Un expolicía disfrutaba de sus vacaciones en una playa de Bulgaria cuando descubrió, inesperadamente, que la mesa que usaban para vender tragos resultó ser un sarcófago romano de 1.700 años de antigüedad.
El hallazgo causó un fuerte revuelo en la comunidad arqueológica y las autoridades búlgaras iniciaron una investigación para desentrañar el origen y la historia de este enigmático artefacto que se usó durante cuatro años.
Por el momento no hay explicaciones del por qué apareció esa barra en la playa de Radjana, en Varna, Bulgaria, pero ha generado interés entre los turistas y la comunidad arqueológica.
Cómo fue el hallazgo
Fue un exagente que estaba de vacaciones en San Constantino y Santa Elena que notó un ataúd de piedra en el bar Radjana Beach. Tras informar el hallazgo a las autoridades competentes, arqueólogos se acercaron al sitio e identificaron que lo que fue durante cuatro años una barra de tragos se trataba, nada más y nada menos, de un sarcófago romano.
Las primeras imágenes publicadas muestran el sarcófago decorado con guirnaldas, flores, uvas y varias cabezas de animales con cuernos, además de su tapa original que fue reemplazada por una superficie que no coincide con la estructura original.
Su origen, aún es un enigma
De acuerdo a la información brindada por los arqueólogos al medio búlgaro Dnevnik, el diseño del ataúd no es típico de Varna y sugiere que posiblemente haya sido traído de Bulgaria. “Cada objeto que tiene valor arqueológico, independientemente de dónde, cuándo y por quién fue encontrado, pertenece al estado”, sostuvo el arqueólogo Alexander Minchev a la Televisión Nacional de Bulgaria.
El Ministerio del Interior de Bulgaria informó que el sarcófago de 90 centímetros de ancho, 2.4 metros de largo y 76 centímetros de alto fue trasladado al Museo Arqueológico de Varna.
“El sarcófago está elaborado a partir de piedra caliza concha, característica del noroeste de Bulgaria”, informaron las autoridades.
Mientras se aguarda conocer por qué apareció ese sarcófago en ese lugar, desde el bar Radjana Beach no brindaron información. La empresa propietaria del bar se negó a comentar al medio búlgaro Dnevnik.
En tanto que los arqueólogos confirmaron repetidamente a los medios de comunicación del lugar que el sarcófago era auténtico, aunque se hubiera repintado en algún momento.
A la espera de revelar el misterio que hay detrás del hallazgo, no hay dudas de que se convierte en un testimonio silencioso de la historia romana que hoy encontró un nuevo refugio en el Museo Arqueológico de Varna. Claro está que sus secretos esperan ver la luz.
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