El músico académico arribó en 2016 apostando al amor por una neuquina, hoy da clases en la Infanto Juvenil y abraza a Viejo Rey, grupo que rinde tributo a la ex banda del Indio Solari.
No tenía ni la más remota idea en qué lugar del mundo se encontraba ubicado Neuquén. Ni tampoco había tenido la oportunidad de visitar Buenos Aires, ciudad que no “duerme” y que atrae como un imán todo turista extranjero que decide conocer las costumbres e idiosincrasia de nuestro país. Sin embargo, Agustí Roca, fue detrás de un beso nuevo y jugó todas sus fichas a ese amor que lo traería a esta parte de la Patagonia a sus 45 años de edad.
La vida de Agustí transcurría por el barrio de Gràcia de Barcelona, donde se puede palpar el ambiente catalán-bohemio, además de ser uno de los más encantadores de la ciudad por sus paseos peatonales del siglo XIX y el maravilloso Parc Güell, diseñado por Antoni Gaudí. “Soy músico profesional y he estado todo mi vida trabajando en escuelas de música y privadas, además de estar tocando con todo tipo de orquestas de baile, como la llamamos nosotros, con las cuales hacemos todo tipo de fiestas en los pueblos. Comencé a estudiar música a los siete años y en mi familia todos somos músicos”, fue la carta de presentación del catalán, que pudo presenciar las primeras “fantasías” de Lionel Messi antes que explote al mundo de la mano de Pep Guardiola.
Básicamente la vida musical de este catalán seguía su curso hasta que el saxofonista fue movilizado y sorprendido por el “amor en línea”, que se da a través de diferentes plataformas. “Digamos que todo se alteró cuando conocí una mujer de Neuquén por una página de internet. Estuvimos hablando un año y medio por Facebook”, reveló Agustí sobre cómo comenzó el vínculo.
“Nos conocimos con Sonia y decidí venir –a Neuquén- un tiempo a finales del año 2016 para pasar dos meses y nos terminamos casando a los 10. Estuvo genial. Luego vino el rollo de la pandemia y me fui quedando”, aseguró el académico.
Ni el nombre
Roca, que dejó atrás el Viejo Mundo –ante la crisis económica de la Argentina hoy muchos jóvenes y hasta familias deciden emigrar a esos lares-confesó que de Neuquén no “conocía” ni el “nombre”, previo a empacar sus valijas. “Cuando hablaba con amigos de Barcelona sobre mi chica todos querían saber de dónde era. Tenía conocimiento de algo de la Patagonia como Bariloche hasta que comencé a buscar y apareció Neuquén. Por supuesto que conocía Buenos Aires, Córdoba y Rosario porque amo a muerte Messi, al que vi jugar desde pequeñito”, contó el músico, que hoy reside en el oeste neuquino sobre la calle Godoy, a metros del estadio Ruca Che .
En cuanto su primera impresión cuando llegó a la ciudad, Agustí fue capturado por el río Limay. “Lo primero que observé fue que el río estaba muy de espalda a la ciudad. Le dije a Sonia que eso que pasaba fue lo mismo que sucedió en Barcelona antes de los Juegos Olímpicos de 1992. El mar estaba de espaldas y era un poco difícil acceder al mar. Todo eso se fue arreglando y hoy tienes muchos kilómetros de costa con restaurantes y hoteles. Y ahora en Neuquén está pasando un montón de cosas nuevas para la gente y el turismo”. Y agregó: “Llevo siete años y el cambio que se ha dado es muchísimo. Neuquén es una mina y si hacen bien las cosas tendría que ser el nuevo Dubai. Neuquén es un oasis en la Argentina”.
Calle
Los primeros meses en el sur no fueron fáciles para el barcelonés porque era lógico que extrañara su ciudad. “Al principio me costó bastante porque extrañaba mis costumbres y otras culturas. Y también la pasé mal porque sólo había trabajado en la música”, contó Agustí sobre sus primeras sensaciones. Ante ese panorama el saxofonista se recargó de energías y fue en búsqueda de otras labores: “Trabajé en una bicicletería y llegué a vender pan en la calle, que me resultó algo interesante porque la gente, media alucinada, no entendía que hacía un gallego vendiendo pan en las calles de Neuquén. Eso fue en el año 2018 y para mí era una película de la hostia”, recordó el español entre risas. “La gente se acercaba más a hablar y por curiosidad, que a comprar pan. Me llevé buenas experiencias porque hasta conocí personas que estuvieron combatiendo en la guerra de Malvinas”.
Sonia, su mujer, tenía un vecino cubano que tenía un proyecto musical llamado Café con crema. Fue a través, justamente, de la música que Agustí (sin saberlo) iba a tener su gran chance de retomar su profesión de toda la vida. “Estaba echando de menos la música. Habían pasado dos años y comenzaba a sentirme mal. Cuando me acerqué a este señor, su hijo tocaba la trompeta en la banda Infanto Juvenil de la provincia y me presentó a al maestro Pablo Sobrino”, contó sobre su primer contacto con el creador y director de la banda neuquina que fue creada en al año 2005. “Como dijo Messi ‘Ahí empezó todo’”, acotó el músico español.
Actualmente Agustí está trabajando como profesor de música en diferentes escuelas (Vintage y Estudio Musical del sur) y después estoy trabajando con el municipio en la banda Sinfónica Infanto Juvenil de Neuquén y la banda Sinfónica de Plaza Huincul.
“El director Pablo Sobrino es un grandísimo profesional y él me ha ayudado desde que llegué. Estoy integrado a su equipo de trabajo en la ciudad, Huincul y en la Asociación Española, en donde también estoy como profesor. Estoy muy contento con esta cantidad de cosas que me están pasando”.
Mundo ricotero
Un nuevo proyecto de banda, en la que se encontraban dos venezolanos y su vecino cubano, le dio pie a Agustí para sumergirse sin querer en el mundo de una de las bandas más grandes que dio el rock argento: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Es que esa formación, que se dedicaba a tocar música de todo Latinoamérica y algunas rumbas, habitualmente tocaba en el Alto Comahue Shopping. Y en ese espacio fue que el saxofonista se encontró a Fernando Galarce, guitarrista de Viejo Rey, el grupo zonal que rinde tributo a Los Redondos. “ÉL (Galarce) trabaja de seguridad, me escuchó y me invitó a tocar a su banda. Sinceramente no conocía nada, ni siquiera quienes eran los Redondos. Me llamaron un día para hacer el reemplazo su saxofonista por dos fechas, pero al final les gustó y me quedé. Hace casi dos años que llevó con ello y me parece una banda genial por lo que generan las canciones de los Redondos”, contó Agustí.
“Cómo soy músico académico en el inicio tuve que leer mucho los temas. Una de las primeras cosas que me impresionó fue en un show en Mood cuando tocamos “Jijiji”. No sabía nada lo que iba a pasar y quedé impresionado por lo que hicieron esas mil personas. He tocado delante de mucha gente por toda Europa, África y hasta México desde mis 16 años, pero el carácter argentino es especial, sienten mucha pasión.
En su desembarco al país, el artista catalán coincidió con el último concierto del Indio Solari en Olavarria, en donde convocó a 500 mil personas (el 11 del mes en curso se cumplieron siete años de ese show, en donde murieron dos espectadores). Precisamente, Agustí al ver imágenes del show quedó “shockeado”. “En Europa prácticamente es imposible hacerlo. Además, si pudiera realizarlo alguna banda estaría prohibida por temas de seguridad. Es una locura meter 500 mil personas en un predio. Esto es lo que tiene de maravilloso este país: para algunas cosas son espectaculares y para otras no tanto. Fue histórico”, sostuvo el músico.
El barcelonés confesó que además de estudiar la música también se interiorizó sobre la lírica del Indio Solari. “Es increíble cómo le llegan las letras a la gente. He ido escuchando y hay muchas cosas que tienen que ver con la dictadura y lo social. Cuando no puedo interpretar palabras pregunto por el sentido que pueden tener. Los chicos de Viejo Rey me explican un poco y después salen todas la historias”, aseguró. Y agregó con humor: “Cuando llegué toqué con una bandita del barrio San Lorenzo y hablaban muy de la calle. Por ejemplo, no sabía lo que era la “yuta” (risas).
A la hora de hacer una elección de las canciones que le gustan tocar del repertorio ricotero, Agustí sentenció: “Voy a ir por el lado musical porque de letras aún me falta seguir investigado. Pero me gusta tocar el ‘Rock para el negro atila’, que tiene dos solos de saxos muy guapos, ‘El blues de la libertad’, ‘Blues de la artilleria’. Son temas que están muy bien trabajados. Me gustan todos porque es un rock muy especial el de los Redondos”.
Cultura rock
Por otro lado, el profesor de la banda Infanto Juvenil reveló que le “encanta” el rock argentino y contó que junto a sus alumnos tocan canciones de ese género. “Hay una canción de Luis Alberto Spinetta que se llama ‘Seguir viviendo sin tu amor’ y va muy bien cuando los chicos llevan cuatro meses estudiando y ya comienzan a tocar un poquito. Y mi sorpresa es que un chico de 15 años la conoce y eso es algo que en España no pasa. A uno de estos chicos le sacas una canción de hace 20 años atrás y no creo que la conozca. Y lo que sucede con esas canciones como la de Spinetta es que está muy bueno para el país porque mantiene la cultura del rock. Después tienen que ver lo padres rockeros: tengo un alumno que se llama Pier por una canción de los Redondos (“Pierre, el vitricida”).
>> A muerte con Messi
Agustí tuvo la oportunidad de ver en acción a un Lionel Meesi muy pequeño cuando corría el año 2000. A modo de anécdota, el catalán confesó que “no sabía” quién era Messi y contó qué le sucedió cuando lo vio por primera vez. “Mi hermano tiene dos hijos y uno de ellos jugaba al fútbol cuando tenía 11 años. Fuimos a verlo jugar con un equipo de Barcelona que se llama Europa, que es de mi barrio (Gràcia) y es el más antiguo porque fue fundado en 1907. La cosa que perdimos 5 a 0 contra el Espanyol y luego del final del partido vemos que salen unos jugadores con camiseta del Barcelona. Y ahí vimos como un niño pequeñito cogió el balón de mitad de campo y metió tres goles en pocos minutos. Nos queríamos morir todos. Era como ver a un niño tocando muy bien la guitarra con 12 años. ‘Aquí está pasando algo’ le dije a mi hermano’. Minutos después le preguntó a un padre quién era ese niño y le respondió ‘Se llama Leonel Messi, es de Rosario, argentino, y lo ha fichado el Barça. Dicen que va ser lo más grande de la historia’. Cuando les conté a mis amigos se me reían. Después que debutó en el campo y me decían ‘El Gustí siempre lo decía’. Después ya todos saben lo que pasó”, detalló Agustí.
"Cuando llegué a Neuquén siempre estuve a muerte con Messi. Muchos argentinos no lo trataron bien. Me pasó algo muy curioso. Yo defendía a Messi y los argentinos defendían a Maradona"
Por otro lado, se refirió al trató que tuvo Lio cuando no podía lograr títulos con la Selección Nacional: “Cuando llegué a Neuquén siempre estuve a muerte con Messi. Muchos argentinos no lo trataron bien. Me pasó algo muy curioso. Yo defendía a Messi y los argentinos defendían a Maradona. En Barcelona no entendíamos por qué no querían a Messi. Pero entendí estando aquí, que cuando Argentina gana con ese famoso gol de Maradona con la mano de Dios y el mejor gol de la historia de los mundiales, ese día Argentina ganó esa pequeña guerra por las Malvinas. No está bien dicho porque el fútbol no es ninguna guerra. Argentina perdió mucho más en esa islas”.
“Mascherano una vez dijo una frase genial a los medios españoles: ‘Messi es más argentino que el dulce de leche’. Messi cuando volvía de Argentina a Barcelona llegaba llorando y de verdad quedaba muy mal”.
Te puede interesar...
Leé más
Azul Bongiovanni: La bailarina neuquina que conquistó los escenarios junto a Tini y Nicki Nicole
Noticias relacionadas














Dejá tu comentario