De Neuquén a Francia, llevaron la cultura argentina con un local de empanadas que es visitado como un mini museo de camisetas de fútbol.
Para Esteban Lima Fabiani y Alejandra Cueto, Marsella iba a ser sólo la primera parada de un viaje para trabajar, ahorrar y recorrer el resto de Europa. Pero hubo algo en esa ciudad francesa que los cautivó a tal punto que hoy, después de echar anclas en la Costa Azul, hermanaron la cultura francesa y la argentina con un local de empanadas que exuda identidad y pasión futbolera.
"Vinimos por primera vez en 2016 con una visa de viaje y trabajo, con la idea de hacer una experiencia y conocer Europa", contó Alejandra a LMNeuquén. Esteban, que es cocinero, consiguió trabajo con rapidez, y a ella, con su diploma de arquitecta, le costó un poco más. Tras ocho meses de respirar la cultura francesa, habían ahorrado lo suficiente para conocer otros países.
"En el viaje por Europa empezamos a pensar en volver a Francia, porque había quedado una relación muy linda y nuestros empleadores nos dejaron con las puertas abiertas", dijo y agregó que, al principio, pensaron en instalarse en pueblitos más pequeños, pero terminaron mudándose a Marsella, una ciudad turística y cosmopolita donde había más oportunidades laborales para los que no hablaban francés.
Ya decididos, regresaron a Neuquén para contarles la novedad a su familia. Se casaron en su tierra natal, con sus seres queridos como testigos, y emprendieron la mudanza definitiva al país europeo. Corría 2017 y tuvieron que empezar de cero: Esteban trabajaba en la cocina de un restaurante, mientras que a Alejandra la contrataban como niñera, mientras dedicaba parte de su tiempo a estudiar francés.
Casi sin darse cuenta, los años transcurrieron y los adaptaron todavía más a ese rincón del mundo. Durante la pandemia de coronavirus, Alejandra se dedicó a la maternidad de Lorenzo y Francesca, que nacieron con 15 meses de diferencia. Y en cada salida gastronómica por Marsella u otras ciudades de Francia, buscaban sin éxito algún sabor familiar que les evocara a los platos argentinos.
"En Francia hay locales de empanadas, pero en su 90% están administrados por franceses, que no conocen los platos argentinos o que los adaptan demasiado a la cocina francesa", explicó Esteban, que buscaba alguna alternativa para emprender y dejar de ajustarse a los estrictos horarios de los restaurantes.
Un rincón lleno de argentinidad
Así nació Rincón Argentino, un pequeño local de empanadas que prometía ser también un pequeño consulado de la cultura argentina en Cours Julien, un barrio de Marsella que es reconocido por su movida gastronómica y su arte callejero, con los muros cubiertos de graffitis.
"Como vimos que en la ciudad no había nada argentino, nos propusimos emprender con algo de gastronomía", contó Alejandra, que aclaró que la pieza más importante era el talento culinario de Esteban, con años de trayectoria como cocinero. "Pero no queríamos hacer sólo un expendio de empanadas, sino algo con más identidad e intercambio cultural", sumó.
Después de dos años de trámites y trabajo, el pasado 21 de junio pudieron abrir su local. La fachada, con graffitis en tonos celestes y blancos, se convirtió en un punto de atracción para locales y turistas. Y aunque las empanadas se llevan todos los halagos, también están aquellos que entran solamente para sacarse fotos con el mural de Diego Maradona, con las camisetas de fútbol y otros elementos decorativos que están llenos de argentinidad.
Empanadas argentinas, con un toque francés
Incluso antes de abrir su negocio, la pareja ya ofrecía empanadas a pedido. Así fueron conociendo el mercado y supieron qué sabores iban a funcionar mejor. Hoy, ya tienen siete variedades disponibles, con la clásica de carne, la de fugazzeta y la de espinaca como las favoritas del público.
Además, ofrecen pollo, jamón y queso y también capresse. Pero la hermandad franco argentina se saborea en la empanada de berenjena. "Hay muchos vegetarianos y los franceses consumen mucha berenjena en su dieta", dijo Alejandra sobre una opción no tan frecuente en Argentina, pero que se adapta a los paladares franceses.
"Ellos rechazan mucho los productos congelados o procesados, por eso valoran cuando les decimos que el proceso es totalmente artesanal", agregó. Y es que los neuquinos se ocupan de elaborar la masa, preparar los rellenos y cerrar cada empanada con un repulgue a mano. Las cocinan después en un horno pizzero que se llevaron desde Italia, y que les da ese tostado típico de las empanadas argentinas.
"Lo que más me costó conseguir fue el ají molido", dijo Esteban, que se llevó utensilios desde Argentina y consiguió a un proveedor argentino en España para acceder a los productos más argentos. "El queso tampoco es igual, por eso mezclo dos variedades para llegar a un sabor parecido", agregó.
Hasta ahora, consumir empanadas en Francia sigue siendo un gusto exótico para algunas ocasiones especiales. El precio de una sola empanada en Marsella equivale al de seis en Argentina, pero los franceses valoran con creces el sabor auténtico y la elaboración artesanal de cada bocado.
Empanadas para locales, turistas y migrantes
Al abrir su negocio, sumaron también un pequeño almacén con productos argentinos. Ofrecen yerba, dulce de leche, alfajores y botellas de Malbec argentino, que no suele aparecer en las góndolas de los supermercados franceses. "Ahí nos dimos cuenta de lo grande que era la comunidad argentina en Marsella", contó Alejandra.
Ahora, su Rincón Argentino se llena de compatriotas que se sientan en la barra para compartir un Fernet con ellos, o que destacan que, por fin, pueden probar unas empanadas con mucho sabor a casa.
A ellos se suman otras diásporas, con los venezolanos y colombianos a la cabeza. "Nos piden empanadas y nos dicen que les gustan más que las de sus países, porque estas no son fritas. La verdad es que tuvimos muy buena recepción", contó la neuquina.
Y los franceses que descubren el pequeño local en Cours Julien también elogian su producto, pero sin olvidar la fuerte rivalidad futbolística. "Nos dicen que les gustan las empanadas, pero que no les gustó la Final", bromeó Alejandra, que aclaró que los comentarios suelen ser siempre chistes amistosos.
Alejandra y Esteban ya venden 800 empanadas por semana, y su último paso fue decir presente en distintos eventos, como fiestas electrónicas o catas de vino, en donde su propuesta, por ser diferente y fácil de comer, se volvió la opción más popular entre los asistentes.
Un amor futbolero
Pese al cruce del último Mundial de Fútbol, los argentinos y franceses están hermanados por el fútbol. Y eso se nota, sobre todo, en Marsella, donde muchos jugadores de Argentina han pasado por el Olympique. Leonardo Balerdi, Gerónimo Rulli y Valentín Carboni son los actuales embajadores de la celeste y blanca en el equipo, y algunos de ellos han probado también las empanadas de la pareja.
Como Esteban solía coleccionar camisetas, aprovechó su colección para decorar el local, al que sumaron otros objetos típicos argentinos. Y así, muchos de los fanáticos del fútbol tomaron a ese lugar en Marsella como una parada obligada para las fotos.
"Hay muchos que no estuvieron nunca en Argentina, pero conocen parte de las costumbres por el fútbol", dijo Alejandra, que aclaró que hay muchos que usan las empanadas como una excusa para aprender sobre la cultura y su gente.
Amor y valentía en tierras lejanas
Alejandra y Esteban se conocieron desde bebés, porque sus familias eran cercanas en Neuquén capital. Aunque a los cinco años dejaron de verse, se reencontraron otra vez en Buenos Aires, donde los dos se habían instalado durante la época universitaria.
Hoy, hacen malabares para poder criar a sus hijos y hacer crecer a su emprendimiento en una ciudad extraña, a la que llegaron sin hablar una palabra de francés. Años después, destacan el logro de haberse hecho un camino con un local propio, que les permite ser más independientes y apostar al intercambio cultural.
En los últimos días, después de dar una entrevista para la televisión francesa, comprobaron cuánto habían avanzado en el idioma. Y aunque no pierden su amor por Neuquén, sueñan con seguir creciendo con su oferta de gastronomía argentina, pero con raíces fuertes en Francia. Así, buscan hermanar a las dos culturas, una empanada a la vez.
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