Es una uva que ofrece un delicado perfil gustativo. Su frescura viene a plantear un atractivo abanico. Y las opciones de maridaje son cada vez más atractivas.
Cada vez hay más consumidores de Pinot Noir. Sea porque para muchos es una novedad, o porque los seduce la delicadeza de la uva, es verdad que el Pinot Noir se impone entre los consumidores y, particularmente, las consumidoras.
Razones para este despertar del Pinot Noir hay muchas. La más importante es su perfil gustativo: con perfumes frutales y florales, es tinto de poco cuerpo, que en general ofrece texturas de seda y agilidad en el paladar; algunos, los pocos en nuestro medio, abren perfumes de hongos y tierra mojada que los hace particularmente atractivos y esquivos.
Pero, así como la paleta que despliega en el paladar es muy diferente de, pongamos, un Malbec o Cabernet Sauvignon, no son menos las dudas que dispara a la hora de descorcharlo para una comida. Si partimos de la base que cualquier vino puede satisfacer casi cualquier comida, el Pinot no debería ser un problema. Sin embargo, cuando los argentinos decimos casi cualquier comida, en el top tres de los platos deseados figuran la carne a la parrilla, la carne al horno y o la carne como relleno. Todos platos que desde el vamos uno los piensa con vinos más potentes y tánicos.
El Pinot reclama otras cosas. Y son, justamente, platos más domésticos.
Guisados & estofados
No son lo mismo, pero en un punto se parecen: se trata de platos en los que el líquido y su reducción hacen a la difusión y concentración del sabor. Si pensamos en un guiso de lentejas, por ejemplo, y lo sazonamos con cantidad justa de panceta y chorizo colorado, nos damos cuenta que un vino muy potente romperá el delicado balance entre las legumbres y los chacinados. Siguiendo la línea, un guisado de larga cocción con carnes, o un estofado, es también un plato que demanda otro tipo de paladar, más asentado la acidez que en los taninos.
Ahí es cuando la frescura del Pinot Noir viene a plantear un equilibrio atractivo. Es que la acidez como corazón del vino y una boca más dinámica a falta de taninos potentes y alcoholes elevados desnudan el corazón del vino. Un estilo que limpia el paladar y que por intensidad no atropella las sutilezas de los platos, como los que ofrecen estos vinos: Manos Negras Red Soil 2022, Serbal 2022, Escorihuela Gascón 2022, Salentein Reserve 2022.
Polenta & pastas
Tanto un buen plato de polenta como uno de pasta se definen en la salsa. Digamos que la pasta y la polenta son el verdadero alimento, pero el sabor está en qué le pongamos encima. En contadas excepciones –pesto, manteca o crema– el grueso de los mortales vertemos sobre este plato salsa de tomate, sea desde una simple y delicada fileto a una más suculenta bolognesa. Cualquiera sea el caso, el punto con el que hay que elegir el vino es balancear la acidez del tomate.
A falta de vinos italianos, famosos por su elevada acidez y estructura sin peso, el Pinot Noir es la mejor opción en el mercado. El carácter frutal también subraya el perfil del tomate. Y todo es ganancia. En esa línea, estos Pinot Noir funcionan bien: Alpataco 2022, Zorzal Terroir Único 2022, Demencial 2022.
Risottos mantecosos
Como con las pastas, el sabor del risotto no está tanto en el arroz. Con una clara excepción: si es mantecoso, para lo que se le adicionó un buen dado de manteca, el corazón del plato estará definido ese elemento. ¿Risotto de verduras? ¿Rissoto de calabaza? ¿De hongos? Lo que sea, si es mantecoso, algunos Pinot Noir funciona a la perfección. Con un plus: en materia de hongos se da una conjunción entre algunos Pinot que subrayan ese carácter. Como estos: Luigi Bosca 2021, Catalpa 2022, Rutini Pinot Noir 2021, Bemberg La linterna 2019, Riccitelli Valle de Uco 2022.
Pizzas
Si con salsa de tomate va, si con algunas verduras y hongos va, si con quesos el Pinot Noir va, está claro que con el grueso de las pizzas funciona. Puede romper el encanto si la masa se quema (pero ya estará roto antes), si los quesos usados llevan algo de queso azul, si se usa cebolla cruda. Para todos los demás el Pinot Noir es un tinto que ofrece el balance ideal para unas ricas y recién horneadas pizzas. Menos complejos incluso mejor. Pura y directa fruta, ofrecen: Ruca Malen Capítulo Dos 2021, Humberto Canale Estate 2022, Saurus 2022, Domaine Nico Grand Pere 2022.
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