Dejar de fumar sí o sí es clave para prevenir el riesgo de cáncer de pulmón
El 17 de noviembre es el Día Internacional del Cáncer de Pulmón y es vital conocer cuáles son los factores de riesgo y cómo prevenir.
Por Luciano Piazzoni
El cáncer de pulmón suele estar asociado principalmente al consumo de tabaco, siendo éste el factor de riesgo más significativo. Las sustancias carcinógenas presentes en el humo del tabaco pueden causar daño a las células pulmonares, favoreciendo el desarrollo de esta enfermedad.
Además del tabaco, la exposición al humo de segunda mano, la contaminación atmosférica, la presencia de carcinógenos en entornos laborales (como el amianto) y antecedentes familiares de cáncer de pulmón también pueden contribuir al riesgo.
Adoptar hábitos saludables y evitar la exposición a estos factores puede reducir la probabilidad de padecer cáncer de pulmón.
La contaminación ambiental, especialmente la presencia de partículas finas y sustancias tóxicas en el aire, se ha vinculado al aumento del riesgo de cáncer de pulmón. Las partículas contaminantes pueden ser inhaladas, alcanzando los pulmones y provocando daño en las células pulmonares.
La exposición crónica a esta contaminación puede contribuir al desarrollo y progresión del cáncer de pulmón, especialmente en combinación con otros factores de riesgo como el tabaquismo.
Reducir la exposición a la contaminación ambiental y adoptar medidas para mejorar la calidad del aire son pasos importantes para mitigar el riesgo de cáncer de pulmón.
En áreas petroleras, la actividad relacionada con la extracción, procesamiento y transporte de petróleo a menudo está asociada con la emisión de partículas finas y sustancias contaminantes.
La combustión de combustibles fósiles, como el petróleo, puede liberar partículas finas en el aire, contribuyendo a la contaminación atmosférica. La exposición prolongada a altos niveles de partículas finas está vinculada a problemas respiratorios, exacerbación de enfermedades pulmonares preexistentes y, en algunos casos, al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón.
El screening o cribado para el cáncer de pulmón generalmente implica pruebas específicas para detectar la enfermedad en sus etapas tempranas, cuando es más tratable. La tomografía computarizada de baja dosis es una herramienta utilizada en el screening de cáncer de pulmón, especialmente en personas con alto riesgo, como fumadores o exfumadores. Este método puede identificar nódulos pulmonares antes de que provoquen síntomas evidentes.
Sin embargo, es importante considerar que el screening puede generar falsos positivos y exponer a las personas a radiación, por lo que los beneficios y riesgos deben evaluarse en función del perfil de riesgo de cada individuo. Las pautas y recomendaciones específicas para el screening de cáncer de pulmón pueden variar según la edad y los factores de riesgos previos por lo que es aconsejable discutir con un médico para determinar la mejor estrategia según la situación individual.
Ejercicio y alimentación sana
El ejercicio regular y una alimentación saludable pueden desempeñar un papel importante en la prevención del cáncer de pulmón y en la mejora de la salud en general. Sin embargo, es crucial entender que el principal factor de riesgo para el cáncer de pulmón es el tabaquismo. Abandonar el hábito de fumar sigue siendo la medida más efectiva para reducir el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
En términos de ejercicio y dieta, mantener un estilo de vida activo y adoptar una alimentación balanceada pueden contribuir al bienestar general y fortalecer el sistema inmunológico. Un sistema inmunológico fuerte puede ser crucial en la defensa contra el desarrollo de diversas enfermedades, incluido el cáncer.
El cáncer de pulmón generalmente no se considera una enfermedad hereditaria en el sentido de que se transmite directamente de padres a hijos a través de los genes. Sin embargo, existen factores genéticos que pueden aumentar la susceptibilidad individual al cáncer de pulmón. Algunas personas pueden tener una predisposición genética que las hace más propensas a desarrollar la enfermedad cuando están expuestas a ciertos factores de riesgo, como el tabaquismo o la exposición a carcinógenos ambientales.
Además, es importante tener en cuenta que los hábitos familiares, como el tabaquismo, pueden influir en la aparición del cáncer de pulmón en familias.
En este sentido, los factores ambientales y de estilo de vida suelen desempeñar un papel más significativo que la herencia genética directa en el desarrollo del cáncer de pulmón. Si hay antecedentes familiares de cáncer de pulmón u otros cánceres, es aconsejable discutirlo con un profesional de la salud para comprender mejor el riesgo individual y tomar medidas preventivas, como dejar de fumar y adoptar un estilo de vida saludable.
El autor, Luciano Piazzoni, es oncólogo clínico (MPNQN 5282/MPRN 5892 MP ESP NQN 2940/MP ESP RN 1430) en el Centro Oncológico Integral (COI) de Leben Salud
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