Falleció este jueves, en horas de la tarde, a sus 88 años. Sus restos serán velados en la sala velatoria de la calle Alderete 222 de 21 a 23.
Alrededor de las 15 de este este jueves se produjo el fallecimiento de Juan Carlos Marín, una leyenda neuquina del básquet y la trasmisión deportiva. También será, sin dudas, recordado como uno de los memorioso de los hechos históricos de Neuquén que en sus palabras resultaban apasionantes.
Su familia siempre estuvo vinculada al básquet. Su padre, el ilustre vecino José Ricardo Marín conformó junto a su madre Filomena del Carmen Hernández una familia de seis hijos, todos entusiastas deportistas. En una nota que le realizáramos el año pasado nos recordaba sus comienzos como deportista:
“Yo nací acá en Neuquén Capital en el año 1936 y mi amor por el básquet surgió por la influencia que tuve de mis hermanos. Yo iba al club Pacífico dónde mis hermanos mayores jugaban. Nosotros vivíamos en la calle 25 de Mayo y Rivadavia, a la vuelta de casa estaba la calle Córdoba y allí mismo entre Alberdi y Rivadavia estaba nuestro querido Club.
El desarrollo del básquet acá fue bastante incipiente, hasta que los Clubes Independiente y Pacífico formaron sus primeros equipos. Ayudaba mucho el hecho de que permanentemente venía gente de afuera, por ahí venía algún militar con una simpatía y afición al deporte junto con otros entusiastas que le dieron un verdadero impulso a la disciplina.
Al principio jugaba con los mismos chicos del barrio y después cuando me fui a estudiar a Plaza Huincul en la Escuela Industrial y a la salida íbamos a practicar al Campamento Central en el que entrenaban dos o tres clubes. Tenía por entonces 14 o 15 años y me fui afianzando poco a poco. La cuestión es que me vieron jugar y me propusieron participar de los Juegos Campeonatos Infantiles Evita a los que enviaban equipos de todo el país. Los campeonatos empezaron siendo sólo de fútbol y luego incorporaron el básquet.
Las eliminatorias zonales eran entre Neuquén Capital, Zapala y Plaza Huincul que era en dónde me habían convocado a mí. Ganamos en Zapala y después nos tocó jugar contra Neuquén. Acá me conocían todos y al verme en el otro equipo me dijeron de todo menos bonito: ¿Cómo vas a jugar con los petroleros de Huincul si vos sos acá de Neuquén? Y cosas así. Los únicos que me aplaudieron fueron una hermana y un comisario Don Juan Russo que era muy amigo mío. Encima jugamos en el Club Pacífico, el club de mi infancia y les ganamos clasificando para el nacional”.
El inicio de todo
Recordemos que, 1948 durante el primer gobierno de Perón, por iniciativa de Eva Perón y del ministro de Salud Ramón Carrillo, nacen los Juegos Infantiles Evita, como impulso al deporte y al acceso social al deporte y de los que participaron más 100.000 niños y niñas de todo el país. Neuquén tuvo en Juan Carlos Marín uno de sus más fervientes representantes.
“En febrero de 1952 y nos tocó viajar a Buenos Aires y alojarnos en las instalaciones del Estadio de River Plate durante 40 días. Había equipos representando a todas las provincias. El primer partido nos tocó contra Salta que tenía dos jugadores altos y el resto todos bajitos. Nosotros nos confiamos de que les podíamos ganar fácil. Los dos lungos agarraban todos los rebotes y se las pasaban a los petisos que salían imparables a una velocidad increíble y nos ganaron por 12 puntos.
El segundo partido lo disputamos contra Tierras Australes que así se llamaba por entonces la delegación de Tierra del Fuego, a quienes les ganamos y después jugamos el tercer partido contra Córdoba en un Club de San Telmo que tenía piso de arcilla, pero muy bien apisonado y perdimos por 3 puntos. En Villa del Parque que le ganamos a Santiago del Estero que por entonces era una potencia deportiva en la que destacaron figuras como Varela que después fueron grandes campeones. La final la terminamos perdiendo con Tucumán que resultaron después ser los campeones del Torneo”
El golpe militar que derroca a Perón en 1955 tuvo un impacto directo en las organizaciones deportivas y el básquet no fue una excepción.
“En la década del 50´ Argentina había ganado el Campeonato Mundial y tenía jugadores extraordinarios – Recuerda Marín - Cuando cae Perón en el 55, a ese equipo lo eliminaron por completo, los terminaron echando prácticamente a todos, porque a pesar de haber ido en representación de Argentina, por haber contado con el apoyo del peronismo, sufrieron enormes represalias y así se perdieron grandes deportistas, como fue el caso de Oscar Furlong y tantos más. Ahí nuestro básquet decayó muchísimo”.
Un momento para crecer
Es recién a principios de los años 70´ cuando el básquet nacional recibe un impulso de la mano del jugador y entrenador argentino León Najnudel que logra darle al deporte un impulso inusitado.
“Oportunamente apareció Najnudel, que revolucionó el mundo del básquet formando ATEBA (Asociación de Técnicos de Básquet Argentino) La Confederación Argentina de Básquet invitó a dos técnicos por cada provincia para que viajaran a capacitarse a Buenos Aires. Me tocó representar a Neuquén junto con Víctor Mancini, alojándonos en esa oportunidad en lo que hoy es el CENARD (El Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo).
León Najnudel, que fue el promotor de que tengamos acá en Neuquén, La Liga Nacional de Básquet, que de hecho se hizo para todo el país. Hasta entonces existían asociaciones, federaciones en cada una de las distintas provincias, lo mismo pasaba en Buenos Aires. Capital Federal tenía una Asociación Porteña y una Federación que abarcaba el resto de Buenos Aires, pero estaban separadas.
En esa oportunidad nosotros pudimos darnos cuenta de cuánto nos faltaba aprender, porque nos enseñaron tantas cosas que quedamos realmente maravillados. Aprendimos la “Técnica Individual”, la “Técnica en Conjunto”, las coordinaciones de ataque y defensa, se nos abrió un panorama tan grande para aprender y aplicar que no podíamos creerlo.
Allí también estaba Juan Carlos Solá que además de la capacitación nos invitó a un Congreso que de nivel internacional que lo organizaba Brasil en San Pablo y que podíamos visitar ya que lo teníamos cerca. Fue una oportunidad inigualable, un Congreso de Directores Técnicos de todo el mundo del que participaron, los norteamericanos, los rusos y los yugoeslavos que por entonces eran las tres potencias del básquet mundial. Fue como tocar el cielo con las manos”
La comitiva neuquina munida de un completo arsenal de técnicas innovadoras, cuantiosos apuntes y un impulso anímico desbordante retornó a la zona para trasmitir cuanto aprendieron.
“Cuando volvimos estaban entusiasmadísimos, nos habían explicado que no intentáramos aplicar todo de inmediato, que enseñemos progresivamente desde lo más sencillo a lo más complejo y de esa forma vimos como los chicos iban progresando que era una barbaridad, aprendíamos técnicas que nos permitían sacar el mayor provecho con el menor de los esfuerzos.
Después vino la formación de los más chicos con el Mini-Básquetbol, con un Mundial que organizó Argentina y del que participaron chicos de todo el mundo. Los chicos 8 a 10 años eran los Pre-Mini y los Mini de entre 9 a 12. El reglamento además obligaba a que si eran 10 en el equipo absolutamente todos tenían que jugar.
En 1969 en el Colegio Don Bosco de Neuquén nos tocó armar los intercolegiales. Eso fue como un sueño porque allí pude aplicar todo lo que había aprendido. Fue la época en la que el Cura García, que era el Padre Concejero, junto al director Sarriegui y el querido y recordado Padre Fito habían logrado que los pibes se entusiasmaran por competir, pero no tenían director técnico, así que acepté asumir el cargo. Uno de los más conocidos que estuvo en ese equipo fue Óscar Parrilli que a pesar de no tener mucha estatura, se destacaba por la destreza y la velocidad.
Liberati que era el preparador físico del Colegio estaba sorprendidísimo por que los chicos se quedaban fuera de turno para aprender las nuevas técnicas que les enseñábamos. Nos retroalimentábamos con las ganas que le ponían los muchachos porque a su vez nos entusiasmábamos nosotros también, tanto que tuvimos que agregar un día más de entrenamiento. Terminaron siendo campeones provinciales. Les ganaron a los de la Escuela Industrial que tenían más divisiones y pibes con casi 20 años y que venían arrasando siempre. Salimos campeones tres años seguidos 1960, 1970 y 1971 y con pibes que aprendieron bien desde abajo. La gente de la Federación decía: “Ojalá nosotros tuviéramos los pibes que tienen los intercolegiales”.
La comunicación del deporte
Juan Carlos Marín despertó entre la gente de la prensa el mismo interés por integrarlo a sus equipos, como el de los entrenadores que se disputaban su afiliación en los clubes.
“Además de mis actividades con el básquet tenía programas de radio en LU5 y también en LU19 de Cipolletti. Yo estoy en la radio desde los 17 años. Hice toda mi carrera en LU5. Empecé en la radio porque a mí, me conocían como jugador y allá a principio de los 50´ era toda una novedad transmitir básquet. Cuando se realizó el Campeonato Argentino la radio incorporó la cobertura de este apasionante deporte.
En ese entonces estaban las audiciones deportivas que hacía Dante Morosani, Guillermel, Coronato y muchos otros. Al principio iba leyendo todas las noticias que iban surgiendo. Después me pidieron que comentará fútbol, que te aclaro que no era lo mío, un día que no podía Pepe Ramos Paz y después que cubriera ciclismo y hasta boxeo. En la radio estuve prácticamente en todos los puestos, yo era técnico de la planta trasmisora, después pasé a ser comentarista, notero y posteriormente me llamaron para operación técnica en LU19.
Fue una época hermosa, trasmitíamos por dos líneas, la principal de transmisión y la de teléfono, a veces se enroscaba una y teníamos que trasmitir por línea telefónica, entonces yo tenía un tocadiscos Wincofón y pasaba un disco hasta que se volvía a conectar la línea. Teníamos un operario que iba de a caballo con una lanza larguísima para desenganchar los cables que se enredaban por los fuertes vendavales que soplaban por entonces”
La partida de Juan Carlos Marín deja un vacío sin reemplazo, en la comunidad deportiva, entre afectos y seres queridos. Sus anécdotas, que quedarán registradas en la memoria de quienes lo conocieron, darán cuenta de la grandeza de un hombre simple, que llevó a la gloria deportiva a Neuquén y que vivió fiel al legado de su intachable ejemplo.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario