El Brujo Atahualpa y otro caso aterrador en Cinco Saltos: "Se apagan las luces solas"

Aún genera escalofríos su anterior relato, cuando reveló la desgracia que persiguió a una familia en Cinco Saltos, en medio de las prácticas de magia negra en esa zona. El Brujo Atahualpa, el gurú más famoso, vuelve a generar misterio y pánico al confiar otras aterradoras y tenebrosas experiencias en esa vecina ciudad que está catalogada como “tierra fértil” para las brujerías.

En un alto de su tarea diaria con los pacientes en su búnker del centro neuquino, rodeado de velas ardientes y santos, el Brujo accedió a confesar otros casos infartantes en los que le tocó intervenir para expulsar los maleficios.

Mientras pitaba un habano que utiliza habitualmente para ahuyentar las malas energías, el chamán que llegó hace décadas de Perú y se considera un valletano más se animó a confiarnos otro episodio que provocará muchas sensaciones.

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En efecto, admitió que “además de la tragedia familiar en un campo que les conté, me tocó curar también casas donde pasan muchas cosas”, dijo incrementando el suspenso…

El miedo y el morbo también aumentaban a medida que avanzaba la tenebrosa descripción del popular Brujito.

"Se pagan las luces solas e incendios inexplicables"

“Me tocó curar casas donde se mueven y apagan las luces solas”, indicó y la cara de susto de sus interlocutores -el periodista y fotografo del diario- reflejaba la tensión que se vivía en el recinto.

Encima, lejos de quitarle dramatismo a su recuerdo, Atahualpa agregó: “estuve en casas donde hubo incendios sin estar prendido nada”.

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Y aún faltaba una terrorífica e inquietante confesión: “Supe que mucha gente joven busca el suicidio allí como para escapar al miedo emocional y psíquico que pasan por sus vidas".

La tragedia familiar

La semana pasada el Brujo reveló una horrenda historia, un drama familiar inexplicable: “A las afueras de la ciudad me toca ir a curar un campo que está muy maldito, donde la persona que vive ahí es el único sobreviviente. Un hombre grande ya de una familia muy numerosa donde con el correr de los años cada integrante de la misma tuvo muerte con desgracia”.

“Algunos murieron en accidentes automovilísticos, suicidios, peleas entre parientes… Pura desgracia donde el único hombre con vida de una extensa familia siempre creyente buscó y buscó ayuda hasta el cansancio para poder romper ese maleficio enigmático oculto. Entonces, tuve que intervenir con mis energías ancestrales indígenas incaicas para poder eliminar y desterrar la maldición familiar. Hoy en ese lugar no crece nada pero sí el que vive ahí está más en paz y tranquilo día a día”.