El original proyecto que pone en valor los saberes ancestrales mapuches en Ruca Choroy
Abrazando Culturas fue reconocido por la Provincia por revalorizar la cultura neuquina. La historia de la pareja que se enamoró de la región y muestra el proceso productivo local.
En la Región del Pehuén, donde la identidad mapuche se entrelaza con la vida cotidiana y los oficios tradicionales, el proyecto Abrazando Culturas avanza con una propuesta integral: producción artesanal con materia prima local, capacitación en saberes ancestrales y oportunidades laborales para jóvenes de la comunidad.
El emprendimiento —que integra las líneas Witral (tejidos), Pehuén (harina de piñón) y Mamull (madera)— fue recientemente sumado a aportes provinciales a través del programa Impacta Neuquén, lo que permitirá adquirir maquinaria, mejorar los espacios de trabajo y montar un local de ventas y exposición.
Gabriel Abregú, referente del proyecto, recuerda que la iniciativa nació con un propósito claro: “Abrazando Culturas surge con la idea o con las ganas de poder revalorizar la cultura, que es lo que más nos interesaba”. Ese impulso se fortaleció al convivir y aprender dentro de la comunidad mapuche: “Empezamos a ver desde adentro el valor y el proceso que tienen todas las artesanías y todo lo que producen. Veíamos que faltaba visibilizarlo un poco más: mostrar los procesos, mostrar de dónde viene cada cosa y cómo es el proceso productivo hasta llegar a los productos”.
Puesta en marcha
Abrazando Culturas se fundó en 2021 y desde 2023 el equipo comenzó a incorporar capacitadores locales y externos para enriquecer los talleres: “Llevamos talleres de oficios vinculados al tejido, a la pastelería y empezamos a innovar con harina de piñón, probando nuevas recetas, también trabajamos con carpintería”. La formación, sin embargo, trasciende lo productivo. “Nos interesó contribuir en la comunidad y ayudar con las problemáticas que se viven, creemos que el trabajo dignifica, y los talleres buscan brindar oportunidades, sumar a lo que ya está y crear nuevas posibilidades”.
El proyecto se sostiene en un fuerte componente comunitario. Gabriel y su esposa, Damaris, quienes llegaron a la provincia desde la ciudad de Tandil, coordinan actividades junto a artesanos y talleristas de la zona: “Buscamos fomentar ese movimiento: si no tienen condiciones en su casa, les brindamos el espacio para producir, queremos solventar los costos y que las ganancias sean para las personas de la comunidad”. Los talleres son gratuitos y rotan según la época del año, adaptándose a las dinámicas locales.
Con la mirada puesta en el turismo —uno de los motores crecientes de la región—, Gabriel proyecta un modelo que valore no solo el producto final, sino su historia: “Queremos que el turista pueda visibilizar el proceso: la esquila, el hilado, el teñido, la recolección de piñones. La idea es que a través de un código QR los productos puedan llevar a conocer esos procesos”.
El financiamiento recibido permitirá avanzar hacia un objetivo largamente esperado: espacios acondicionados, más maquinaria y un ámbito destinado exclusivamente a la capacitación y la producción.
Un proyecto del corazón
Para Gabriel, ese crecimiento está íntimamente ligado a los vínculos construidos en la comunidad: “No es un proyecto frío: es algo que amamos. Lo que más nos enamoró de este lugar fue la sencillez, la caridad de las personas, la amistad sincera, hemos creado lazos muy fuertes con muchas familias”.
Con raíces profundas en el territorio y una propuesta que conjuga identidad, trabajo y transmisión cultural, Abrazando Culturas se consolida como un emprendimiento transformador en Ruca Choroy, impulsando una economía local con verdadero arraigo comunitario.
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