Escándalo en la Legislatura: qué consecuencias traerá el quiebre de la fórmula Figueroa-Ruiz
Cuáles son los desafíos del Frente Neuquinizate hacia el futuro y la necesidad de más transparencia en la política.
Hace un año, cuando Rolando Figueroa y Gloria Ruiz asumieron los cargos de gobernador y vicegobernadora de Neuquén pocos podrían haber anticipado el violento quiebre de la fórmula que los había unido en una alianza política tan exitosa.
Aquella dupla fue diseñada para desafiar al entonces imbatible Movimiento Popular Neuquino, pero hoy, un año después, lo que comenzó como un acuerdo de colaboración ha terminado en una fractura que resuena en todos los rincones de la política provincial.
Durante la campaña, Figueroa y Ruiz desplegaron una estrategia política que se complementaba a la perfección: él encabezaba la lucha contra el MPN con un discurso en sintonía con el hartazgo de la población, mientras que ella, en un papel secundario pero crucial, apostaba a la humildad y la transparencia como sus principales banderas.
Sin embargo, ya obtenido el poder, las lógicas cambiaron y el “síndrome del vicegobernador” empezó a operar en la política local. Pareciera que el fastuoso edificio de la Legislatura neuquina montado sobre calle Leloir carga una maldición.
La Legislatura, epicentro del escándalo
Detrás de los miles de metros cuadrados, sobrecargados de lujos, sobreabundantes empleados y asesores, flotas de vehículos e inflados presupuestos, yace no un poder legislativo con independencia de poderes para lograr equilibrios institucionales tal cual fue concebido por Charles de Montesquieu y posteriormente replicado por Juan Bautista Alberdi para la constitución argentina. Es en cambio ese gigante de cemento, un verdadero trampolín a la gobernación Neuquina.
Con semejante ejército de asesores y dinero a disposición para utilizar sin tener que rendir cuentas prácticamente a nadie, quien ostenta el cargo de vicegobernador inexorablemente se ve tentado a intentar probarse el sombrero de gobernador.
Así lo hicieron los últimos 2 vicegobernadores que tuvo Neuquén, Rolando Figueroa y Marcos Koopmann, quienes como corolario compitieron entre sí en las últimas elecciones.
Todo indicaba que las intenciones de Gloria Ruiz, eran las de continuar con la tradición de los vicegobernadores.
Incrementar exponencialmente los gastos discrecionales de la presidencia de la Legislatura de 200 millones al año a 6.000 millones, con la única justificación de “porque los que estaban antes también lo hicieron” desnudaron ambición política, mientras que los manejos de personal y recursos, evidenciaron una desprolijidad que solo pudo ser alimentada por el exceso de confianza.
Sin dudas que esa combinación de ambición y desprolijidad, fue la que provocó una inédita respuesta de prácticamente todo el arco político, que culminó con un proceso de suspensión y auditoría nunca antes utilizado en la historia democrática de Neuquén.
La velocidad y contundencia con que los diputados actuaron ante los escándalos de la vicegobernadora plantea una pregunta: ¿Por qué reaccionaron tan rápidamente en lugar de esperar que la justicia hiciera su trabajo?
Es más que obvio que aún no finalizado el primer año de gestión, no era momento para escisiones internas que afecten la gobernabilidad, tan necesaria para encarar los desafíos implícitos en un nuevo gobierno, especialmente en el contexto del hiper desarrollo de Vaca Muerta que necesita evidenciar confianza y no conflicto.
Además, a un año y medio de que la población le diera en las urnas un portazo en la cara a los malos manejos de la política, tampoco era tiempo para poner frente a la vidriera de la ciudadanía un festival de viáticos millonarios, plazos fijos, tarjetas de crédito institucionales ilimitadas, una decena de familiares en cargos públicos ni la compra de una camioneta 4 x 4 que solo un millonario puede adquirir.
Sin dudas que eso irritó a Figueroa y a su entorno legislativo, que no tuvo más remedio que reaccionar con el proceso de inhabilitación moral.
Habrá muchos que evaluarán como necesaria una posible destitución de la vicegobernadora una vez analizadas todas las pruebas objetivas de posible corrupción. Pero seguramente otros considerarán la medida como una acción que se corresponde a una disputa del poder por el poder mismo y no a una genuina búsqueda de transparencia y ejemplaridad.
Martín Menem y Karina Milei, los arcángeles
Por ello, finalizado el primer capítulo de esta historia, podemos concluir que el espacio Neuquinizate luego de una sucesión de éxitos, ha sufrido su primer golpe político del que tendrá que recuperarse.
En paralelo las “fuerzas del cielo” con los arcángeles Martin Menem y Karina Milei, han descendido desde Buenos Aires, para aprovechar el mal momento de la política provincial, ungiendo a Nadia Márquez como la elegida para liderar la oposición al nuevo oficialismo neuquino, quienes sin dudas protagonizarán en el 2025 unas elecciones legislativas que prometen ser una contienda apasionante.
¿Habrá sin quererlo, consecuencias positivas de los últimos sucesos? Con una mirada optimista podemos anticipar que la vara de la honestidad y la transparencia se podría elevar significativamente en nuestra provincia. Felizmente de ahora en adelante la política cuidará el manejo de los fondos públicos como nunca antes. Los patrimonios de los políticos podrían ser observados con lupa.
La ley provincial nro. 5 sancionada en 1958, establece la presentación obligatoria de declaraciones juradas patrimoniales para los funcionarios de los 3 poderes del estado. Sin embargo, dicha ley debe revisada: los ciudadanos no tiene acceso a la información vertida en dichas declaraciones y como si fuera poco, casi nadie la cumple: actualmente solo un puñado de funcionarios la han presentado este año.
¿Será este trágico momento donde la política se desgarra las vestiduras de la honestidad, una oportunidad para mejorar los mecanismos de control y transparencia provinciales?
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