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La Mañana Gilda

La historia de una luchadora, "la Gilda cipoleña": el casting que le puede cambiar la vida

Avanza en famoso concurso televisivo. Se enamoró en una nota y formó familia. El emotivo tributo a su papá. Del show al galpón de empaque sin dormir. Votála.

Cantando por un sueño. Mónica Cartes viajó más de un día en colectivo de regreso desde el norte del país pero, lejos de quejarse del cansancio natural, se la nota muy contenta y esperanzada.

Es la cipoleña que participó de un reconocido casting en Tucumán y toda esa región y que se ilusiona con que la voten en el exitoso concurso televisivo para “cumplir el sueño de vivir de la música”.

Un extenso viaje que además tuvo un tinte emotivo ya que “regresé a la tierra de mi papá, que nos dejó hace un tiempo y cantar allí, siendo que él me inculcó esta pasión por la música fue inolvidable”, celebra.

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Ella misma se describe como una “luchadora del canto”, que la pelea desde muy abajo y en silencio. Le toca actuar ante poca gente, incluso en algunos casos frente a un público indiferente, o en escenarios importantes y llenos pero ella siempre le pone la misma energía y garra.

Y no es poco lo que le devolvió la música, la recompensa. Por empezar, en el ambiente conoció a su actual pareja Roly Rolando, quien “me hizo una entrevista para FM Terapia y me conquistó” revela entre risas.

El evento norteño, que tiene mucho rating en el norte argentino, lo organiza Moringa Producciones y se denomina “el gran casting del norte”. Intervienen como jurados David Lozano, Jessica Tamara, productoras de cantos, entre otras personalidades. Lo televisan en el emblemático canal 10 y según Moni, que se presentó en vivo el 3 de noviembre, “abre muchísimas puertas”.

"Soy una luchadora desde siempre"

“Resulta que mandé un video al casting, salí elegida y para concursar tuve que viajar a cantar. Nos dieron alojamiento, me hicieron notas, me llevaron a la peluquería, todo de primer nivel. Tuve que irme en colectivo eso sí, cansador jaja pero valió la pena por la devolución que tuve y fui superando instancias. El casting iba cambiando de sede, se hace en cada provincia, en los teatros. Es televisado, tiene premios en efectivo, electrodomésticos y mucha difusión. Salimos en Canal 10, en el Canal de la Música y en Crónica TV”, explica esta cipoleña criada en zonas de chacras, en un barrio “de laburantes”.

“Desde muy chica arranque con la música, estudié 2 años en la casa de la música en Cipolletti, luego en la escuela de Valery Lynch y con 16 años me animé a pisar el escenario. Soy una luchadora desde siempre, solista, no tengo banda ni nada, no es fácil para ningún género, pero para la mujer menos…”, explica sobre las dificultades para trascender en lo que tanto ama.

No obstante, está convencida de que “aproveché al máximo esta oportunidad, estuve en las tierras de mis viejos que son de allá, Enrique Cartés y mi madre Marina. Papá lamentablemente ya no está, me inculcó la música, me ayudó mucho, fue mi cable a tierra, el que me motivó a estudiar canto, a salir adelante. Tocaba diferentes instrumentos y teclados, acá en los barrios de chacra, en patios de casas, en fiestas navideñas. Yo lo acompañaba con temas de Gilda, de Selena y ahora voy con estilos variados, trato de ir modernizándome”.

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También, claro, hay un reconocimiento a su madre, que “me ayudó mucho a seguir, todo arrancó desde la escuela primaria. En los festivales, veranos culturales… En el concurso Borrando Fronteras estuve seleccionada para cantar en el Senado en el Buenos Aires, hermoso”.

Su historia, sus sueños y cuando iba a trabajar sin dormir

Creció en las chacras, “en la zona del Santa María Goretti, cerca de ruta 22 como yendo para Allen”.

“Mis padres tuvieron que venirse de Tucumán a buscar un futuro mejor, nací en Allen y amo también Cipo donde vivo, aunque me tiran las raíces del norte”, admite Moni y mira de reojo los videos de sus excelentes actuaciones en el Concurso.

Con tal de no largar ni renunciar a su gran anhelo, alguna vez le tocó ir sin dormir a trabajar al galpón de empaque, donde “era clasificadora de fruta”. “Pero no me quejo tuve una infancia hermosa junto a mis cinco hermanos que me bancan en mi locura”, destaca.

“Ojo, el encargado era piola, me cambiaba el horario si podía y si no me ha pasado que me la tenía que aguantar sin descansar”, recuerda aquellas jornadas agitadas.

Protagoniza, además, una historia de amor muy particular. “Mi marido hace locución, sonidos y nos conocimos en la Fiesta de la Pera en una entrevista que él me hizo para Radio Terapia. Surgió la amistad, comenzamos a conocernos y llegamos a formalizar. El también es tucumano, de Monteros”, sorprende con su confesión, al menos a los que desconocían el dato amoroso.

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Tenía dos sueños, uno ya lo cumplió y ahora va por el otro. “Esto de Tucumán fue muy importante, volver era algo que le debía a mi viejo, sentía necesidad de regresar y dejar en alto el apellido de mi papá. Y a la vez que se me abra una puerta para poder vivir de la música que es lo que hago, más allá del resultado, ya es un logro”, reconoce con emoción.

Avisa que ahora “me tienen que votar al 3002 Mónica, o por QR”. Y en el final agradece a “todos los que me están apoyando con las votaciones, lo dejo en la mano de Dios, mi sueño es poder llegar y la motivación es saber que se puede, nada es imposible”, culmina "la Gilda cipoleña”.

¡Vos podés con tu voz, Moni!

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