Mateo, el ternero que fue rescatado en el anca de un caballo: hoy tiene una nueva vida en Zapala

Rescatar un animal promueve la empatía, reduce su sufrimiento y por sobre todas las cosas fomenta el respeto por la vida. Estas fueron las condiciones y las virtudes humanas que le dieron una nueva oportunidad a un pequeño ternero encontrado herido y rescatado de un campo en la zona de chacras del pueblo de Loncopué.

Allí comenzó la historia del pequeño animal que luego sería bautizado como Mateo por los rescatistas y proteccionistas que le dieron cobijo y una esperanza de sanación. La joven Paola Luna es integrante de una especie de “santuario” (en Zapala) donde albergan animalitos rescatados por maltrato animal, en estado de abandono o en procesos judicializados.

Según contó a LM Neuquén “este espacio es un centro de revinculación animal, es decir, los animales vienen, se rehabilitan, se recuperan, si están heridos y después empiezan a revincular en caso de que sean agresivos que tengan problemas de conducta o se le saca el miedo porque hay muchos animales que vienen totalmente traumatizados por la agresividad que reciben y la violencia con la que son tratados o el abandono en el que se encuentran. Eso también los vuelve muy temerosos”.

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El ternero fue rescatado de un campo en Loncopué y trasladado a Zapala por ambientalistas.

El Santuario ubicado en tierras zapalinas es por ahora un grupo entusiasta de 13 personas voluntarias que trabajan ad honorem y que buscan convertir a este refugio en una fundación o en una asociación civil. Hasta ese lugar llegó la historia del ternerito que fue encontrado por su dueño en el Campo Nonial en cercanías de Loncopué.

Mateo, el ternerito que ahora tiene vida en Zapala

La cría estaba abandonada y condenada a morir. El dueño tomó la determinación de darle una nueva oportunidad y se contactó con los rescatistas de la “ciudad del viento”. Los conocía porque antes ya había llevado un perrito para que lo asistieran, lo cuidaran y le dieran refugio. E

s así que cargó al ternerito en el anca de un caballo y lo llevó a un lugar seguro. Luego lo transportaron a Zapala para que comenzara su trabajo de curación, recuperación y rehabilitación.

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El ternero tenía múltiples fracturas y fue rescatado para tener otra vida en Zapala.

“Nos dijo que había encontrado lastimado al ternero en el campo de su propiedad, que era muy chiquito y no lo quería sacrificar porque le daba pena. Lo acogimos con la condición de que no lo regresaríamos para que luego fuera convertido en carne. Nos dijo entonces que nos lo regalaba”, contó Paola. A partir de ese momento comenzó todo el operativo de asistencia veterinaria para analizar su cuadro clínico.

Abandonado y quebrado: con un final feliz

El ternerito recibió casi de inmediato un nombre como identidad “única e intransferible”, así que lo llamaron Mateo Nonial (Nonial es por el lugar de procedencia). El primer diagnóstico fue que presentaba una quebradura de la pata trasera izquierda. “Estaba flaquito pero estaba bien de ánimo. Lo vino a ver el veterinario, se arriesgó a hacerle una muleta, una férula, para ver si podemos hacer que suelde eso. Lo tendremos alrededor de veinte días para ver si funciona, y después hay que tratar de rehabilitarlo”, destacó Paola. Asimismo ponderó la inmediata ayuda desinteresada de vecinos que colaboraron para comprar los insumos médicos y de alimentación.

Por otra parte, personas especialistas en temas del campo y del manejo de animales aportaron un guinche y correas para poder pararlo. Asimismo, remarcó la loable actitud del dueño del animal que lo regaló en función del bien mayor. “Lo que valoramos es el respeto a las buenas prácticas de producción porque más allá de que para el hombre es una pérdida económica, él puso por encima el sufrimiento de un animal que era muy chiquito”, contó la voluntaria.

Comento además que Mateo Nonial tiene recién cinco meses, el próximo mes de junio cumple seis. “Nació en enero y la mamá lo abandonó porque no caminaba y con todo este frío y tirado en el campo, sin poder moverse, sin comer, sin tomar agua, seguramente iba a morir y hoy está con vida y en franca recuperación”, aseguró.

En este santuario acompañan hoy a Mateo otros animales como perros y gatos, que según desde la agrupación admitieron que “cualquier animal tiene que tener una buena vida y una muerte digna”. Al respecto Paola aseguró que “no pedimos la humanización ni nada de los animales, pero sí un respeto por la vida de cada ser vivo”.

Para todos aquellos que quieran colaborar o saber más de esta agrupación sin fines de lucro que funciona en Zapala, se pueden comunicar con el número de celular: 2942-359485.