Un productor rionegrino no solo logró salvar la vida de sus animales, sino que creó una empresa que desarrolla “forraje verde hidropónico” en cuestión de días, casi sin agua.
Un día, allá por el 2021, Juan Andrés Balogh, un productor rionegrino, vio cómo una sequía brutal lo ponía contra la espada y la pared. Entre el "tratar de hacer algo" o el esperar a que la falta de alimento le matara una a una sus ovejas. Como ocurrió en grandes extensiones de campo, donde perecieron miles y miles de animales. Y decidió no quedarse con los brazos cruzados. Investigó, hizo pruebas. Hubo montón de ensayos y errores pero logró dar en la tecla para salvar a sus animales. Y luego empezó a pensar cómo expandir su proyecto para también ayudar a salvar los de sus vecinos y otros ganaderos.
El productor del IDEVI (Instituto de Desarrollo del Valle Inferior del Río Negro) echó manos a la obra y, en cuestión de días, vio cómo de un manejo especial que hacía de un puñado de semillas y poquísima agua, comenzaba a brotar un manto verde de un prometedor y vigoroso forraje que alcanzó para alimentar y salvar a sus más de medio centenar de ovejas que quedaron ‘chochas’ con el invento.
Juan Andrés fue por más y logró equiparse, tecnologizarse y actualmente desarrolló una empresa donde busca compartir la experiencia y los resultados de su trabajo. No vende directamente el forraje sino que ofrece los módulos y todos los conocimientos necesarios para que cada productor pueda obtener, con sus propias manos, este forraje verde “mágico” que brota en muy pocos días y casi sin nada de agua.
Balogh desarrolló la tecnología y diseñó módulos para la creación de forraje verde hidropónico. Dentro de estos módulos se puede producir biomasa vegetal sin utilizar suelo ni fertilizantes, a partir de la germinación de semillas de cereales como cebada, trigo, maíz, avena y sorgo. Esta masa forrajera tiene un alto valor nutritivo y se puede consumir al 100 por ciento ya que tiene una buena digestibilidad para los animales, según explicó el productor.
Comentó que el cultivo es sumamente sencillo. “El procedimiento comienza con las semillas, yo uso trigo, cebada, avena, maíz. Se le hace una selección a la semilla, un lavado y desinfección y después el proceso de hidratación de la semilla”, explicó Balogh a LMNeuquén. “Con 4 kilos de semillas puedo hacer 8 bandejas y luego se deja en un balde a oscuras y ahí empieza a dar raíces y después se pasa directamente a las bandejas”, describió.
“La idea surgió por una sequía, estuve a punto de perder todas mis ovejas, estuve investigando y encontré en la FAO que utilizaron este forraje cuando ocurrió la explosión en Chernobil y en Chile cuando hizo erupción el volcán y con eso salvaron los animales”, detalló. Eso fue el puntapié del emprendimiento que luego se convirtió en la empresa Forraje Tecnol.
Con apenas 4 bandejas, allá por el 2021, logró salvar a sus animales de una muerte que los acechaba.
“La tecnología que usamos es la robótica. Nos dimos cuenta que debíamos controlar los parámetros básicos para mantener la temperatura, la humedad, el riego y gracias a un financiamiento pudimos mejorar los procesos”. contó.
El forraje verde hidropónico (FVH) se produce por módulos. El emprendedor explicó que con un módulo de 2 metros por 3,60 por 2,20 de altura, se pueden producir entre 150 y 180 kilos de forraje diario. “Con esto podemos alimentar a 300 ovejas y la gran ventaja de esto es que prácticamente no utiliza agua. Si bien se ve muy húmedo todo es porque está muy bien controlado”, resaltó el emprendedor rionegrino. “Lo que comercializamos es el módulo para que otros productores puedan producir su propio forraje y acompañarlos en los primeros días para enseñarle cómo es el método. Después el módulo hace todo”, añadió.
En solo 8 días
La producción de este tipo de forraje ocurre en un lapso de escasos 8 días “desde que colocamos las semillas en las bandejas. Y obtenemos un forraje de 25 cm de alto”, afirmó Balogh. A partir de un financiamiento productivo, logró incorporar tecnología y electrónica en un módulo que genera FVH. El módulo controla los riegos, movimiento de microaspersores, temperatura, humedad, oxígeno, dióxido de carbono y luces.
“Toda esta tecnología es amigable con el medio ambiente, todos los insumos son fabricados por mi pyme. El año pasado Forraje Tecnol fue propuesto de interés público en la Legislatura. Hoy continúo mejorando la tecnología, en pos de generar un módulo económico, de energía renovable. Necesitamos producir más, alimentos saludables, en espacio reducido y cuidar recursos no renovables”, concluyó.
Una tecnología de producción de biomasa vegetal
-El FVH es una tecnología de producción de biomasa vegetal obtenida a partir del crecimiento inicial de las plantas en los estados de germinación y crecimiento temprano de plántulas a partir de semillas viables. El FVH o “green fodder hydroponics” es un lienzo o forraje vivo, de alta digestibilidad, calidad nutricional y muy apto para la alimentación animal. En la práctica, el FVH consiste en la germinación de granos (semillas de cereales o de leguminosas) y su posterior crecimiento bajo condiciones ambientales controladas (luz, temperatura y humedad) en ausencia del suelo. Usualmente se utilizan semillas de avena, cebada, maíz, trigo y sorgo.
-Producción: En un kilo de granos como avena se producen 10 kilos de forraje en 10 días, en consecuencia, por ejemplo con una bolsa de avena “podemos alimentar desde el inicio a 25 o 30 pollos hasta su tiempo de faena”.
-No necesita tierra ni fertilizantes.
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