Horacio Marín es el presidente de YPF. En la AOG Patagonia tiene un imán en la escena de los negocios, por el tamaño de la petrolera estatal. Filtró una gran historia.
La AOG Patagonia 2024 fue el mayor escenario expositor en lo que lleva de vida, el evento que se retroalimenta con el crecimiento de Vaca Muerta, al que impulsa con sus ediciones anuales. Entre proyecciones de producción, generación de empleo y negocios que entusiasman a todos en la industria se filtraron historias de las personas detrás de los CEOs que lideran el proceso de expansión en la Cuenca Neuquina.
El presidente de YPF, Horacio Daniel Marín, contó una anécdota vinculada a su familia en estado de emoción extrema, al borde del llanto en todo momento. La fuerza de la historia y la relación del relato con el destino familiar se conjugaron en la interna personal de uno de los hombres más requeridos de la Expo Oil&Gas, porque lidera la petrolera líder en las operaciones desplegadas en Vaca Muerta.
"Había una vez en Italia una pareja: un hombre y una mujer que estaban en la Baja Italia", inició el relato el ingeniero químico de la Universidad Nacional de La Plata que cuenta con un Master of Science en Ingeniería del Petróleo de la Universidad de Texas en Austin.
La migración de la familia del CEO
"Ese hombre tuvo que ir a la primera línea en la Primera Guerra Mundial y una granada lo enterró vivo. Esa persona fue sacada por el que estaba en el frente con él y tuvo que empezar a hablar de nuevo", contó Marín, conteniendo la emoción para no entregarle la voz.
"A su vez, la otra persona, una mujer que tenía 11 hermanos, que también fueron a la primera línea y no murió ninguno. Cuando volvieron a ese pueblo, en la Baja Italia, dijeron que no iban a volver a ir a una Segunda Guerra Mundial, porque la probabilidad de ir y no volver era muy alta", continuó el experimentado directivo petrolero formado en las filas de Tecpetrol, dueña del yacimiento que más gas entrega: Fortín de Piedra.
"Tomaron el último barco de Nápoles a dónde iba y llegaron a Ensenada, La Plata", resumió.
Y luego amplió sobre los primeros pasos de la familia en su nuevo hogar: "Esa chica cuando vino a la Argentina tenía 11 o 14 años, nunca había comido chocolate en su vida, cuando entró a una casa que era muy humilde se encontró con una letrina y cuando salió les dijo tenemos que trabajar todos porque nos merecemos un inodoro. Para mí fue el mayor mérito porque me marcó a mí como persona".
Y al final, evidentemente emocionado completó la trama de la anécdota: "Esa chica es mi vieja, la señora es mi abuela y el tipo es mi abuelo".
El presidente de YPF venía de participar en actividades de primer orden de la AOG Patagonia cuando entregó el relato de su historia familiar.
Los antepasados inmediatos de Marín fueron parte de una ola de inmigración que trajo a la Argentina a unos 850 mil italianos desde 1921 hasta 1947, de los cuales 455.000 se quedaron. No fueron los primeros italianos en llegar más o menos en masa a la Argentina.
Los resultados del Censo Nacional de 1869 arrojaron que había unos 71.500 italianos viviendo en el país. Después del censo, la inmigración se aceleró y perduró en altos niveles hasta los '70 del siglo XX.
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