Las diferencias entre los distintos tipos de votos para aquellos que no se deciden por ningún candidato.
En el balotaje de este domingo 19 de noviembre, la fórmula presidencial que obtenga mayor número de votos afirmativos será la elegida para gobernar el país por los próximos cuatro años.
Los votos positivos serán los únicos que se contabilizarán y son los que definirán la elección.
El voto nulo significa que realizamos un voto de forma incorrecta. Pasa cuando metemos una boleta que no está habilitada en la elección, una boleta rota o dos boletas en un mismo sobre. También se anula cuando se emitió con una boleta no oficializada, ya sea de elecciones anteriores o de otros distritos.
En cambio, el voto en blanco implica que el elector o electora realizó una afirmación consciente de que no le quiere dar el voto a ningún candidato de los que se postulan. Prefiere no elegir. Es un sobre vacío.
El voto impugnado se da cuando las autoridades de la mesa identifican que el votante no es el titular del Documento Nacional de Identidad (DNI) o tienen dudas sobre la identidad. La impugnación tendrá que ser probada. Si no hubiera forma de corroborar la identidad, el voto no se contará en los cómputos finales. Pero si se pudiera probar, el voto será computado.
Por último, el voto recurrido es cuando la validez del sufragio es cuestionada por alguno de los fiscales que forman parte de la mesa electoral. Una boleta un poco rota, recortada o con alguna modificación anormal. En este caso, los votos se dejan asentados en un acta aparte, se adjunta a la boleta y es analizado por el Juzgado Federal.
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