El sospechoso, un ciudadano danés, se había convertido al Islam y se temía que se hubiera radicalizado. Hasta el momento las autoridades no determinaron el motivo del ataque.
En un comunicado de prensa, la policía dijo que el sospechoso, un ciudadano danés de 37 año llamado Espen Andersen Brathen fue acusado de haber matado a cuatro mujeres y a un hombre el miércoles pasado a la noche en la ciudad de Kongsberg, al sur del país. El hombre debía declarar ante la justicia local el viernes.
Un abogado de la policía dijo a la emisora pública NRK que sería evaluado por psiquiatras. Durante una rueda de prensa, el jefe del Servicio de Seguridad Policial de Noruega (PST), Hans Sverre Sjovold, dijo que el sospechoso había estado "entrando y saliendo del sistema sanitario durante algún tiempo".
Todas las víctimas tenían entre 50 y 70 años, dijo el jefe de la policía regional, Ole Bredrup Saeverud. Tras el ataque, las banderas de los edificios públicos ondearon a media asta este jueves, mientras que se colocaron flores y otros recuerdos en la plaza principal de Kongsberg.
El primer ataque se registró por primera vez el miércoles por al tarde noche. La policía se enfrentó al hombre seis minutos después, les disparó varias flechas y escapó. Finalmente fue capturado unos 30 minutos más tarde. Una mujer también fue apuñalada en un cruce cercano a los otros ataques.
Fue durante ese tiempo, entre que se le abordó primero y se le detuvo después, cuando las víctimas fueron asesinadas, dijo el jefe de la policía. La policía realizó disparos de advertencia cuando finalmente fue detenido, pero no está claro si los agentes iban armados cuando se encontraron con el sospechoso por primera vez. La policía noruega no suele llevar portar armas y las guardan en las comisarías o en la patrulla.
El atentado fue el más mortífero de Noruega desde que el ultraderechista Anders Behring Breivik asesinó a 77 personas, la mayoría adolescentes, en la isla de Utoya en julio de 2011.
El atacante supuestamente comenzó su ataque en el supermercado Coop Extra en la zona oeste de Kongsberg. Uno de los heridos fue un agente de policía fuera de servicio que se encontraba en el local en ese momento. El agente y otra persona que resultó herida se recuperan en el hospital con lesiones que no ponen en peligro su vida.
La policía informó el jueves de que una tercera persona también había resultado herida y fue trasladada a urgencias. La fiscal de la policía, Ann Irén Svane Mathiassen, declaró a NRK que, por los datos recabados en las investigación, todas las personas atacadas eran "víctimas completamente aleatorias"y agregó que el hombre había vivido en Kongsberg durante varios años.
Por otro lado, la policía no descarta la hipótesis de que el hombre entró en las casas de la gente para matarlos durante el ataque. Una testigo dijo al canal local TV2 que había oído una conmoción y vio a una mujer poniéndose a cubierto, y luego a un "hombre de pie en la esquina con flechas en un estuche al hombro y un arco en la mano".
"Después, vi a gente que corría para salvarse. Una de ellas era una mujer que llevaba a un niño de la mano", añadió. La policía dijo que el atacante también utilizó otras armas durante el incidente, sin dar más detalles. El sospechoso se desplazó por una amplia zona y las autoridades acordonaron varias partes de la ciudad.
Se ordenó a los residentes que permanecieran en sus casas para que las autoridades pudieran examinar la escena y reunir pruebas. La policía registró los jardines y garajes de los alrededores con la ayuda de perros rastreadores.
-> El día después
La alcaldesa de Kongsberg, Kari Anne Sand, dijo que se trataba de un ataque impactante en una zona donde vivía mucha gente, y que un equipo de crisis ayudaría a los afectados.
Sand describió la ciudad como "una comunidad completamente normal con gente común", y dijo que todo el mundo estaba profundamente conmocionado por "esta situación tan trágica".
La policía trasladó al sospechoso a una comisaría de la ciudad de Drammen, donde su abogado defensor dijo que fue interrogado durante más de tres horas y que estaba a disposición de las autoridades.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que es de Oslo, dijo que era una "noticia impactante".
Los arcos y las flechas no están clasificados como armas ilegales en Noruega. Está permitida la compra y la posesión. Los propietarios no están obligados a registrarlos, aunque deben utilizarlos en campos de tiro con arco designados.
Tras el ataque, se ordenó a los agentes de policía de todo el país que llevaran armas de fuego como medida de precaución adicional, pero "no hay indicios hasta ahora de que haya un cambio en el nivel de amenaza nacional", dijo el gobierno noruego en un comunicado.
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