Un nuevo informe de la Universidad Torcuato Di Tella muestra que la pobreza en Argentina continúa descendiendo, aunque a un ritmo más lento.
El informe del Nowcast de pobreza de la Universidad Torcuato Di Tella, elaborado por Martín González-Rozada, reveló nuevas cifras sobre la situación económica en Argentina. A partir de distintos índices publicados por el Indec, el estudio señala una caída moderada de la pobreza tras meses de subas constantes, aunque los especialistas advierten sobre una tendencia que comienza a estabilizarse.
El Nowcast de pobreza es una herramienta que permite actualizar de manera mensual la estimación de la incidencia de la pobreza en el país. Utiliza los Ingresos Totales Familiares (ITF) extraídos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y los compara con la Canasta Básica Total (CBT). Esta canasta, que determina el umbral por debajo del cual se considera que una familia es pobre, suele moverse a un ritmo menor que la inflación, basándose en los hábitos de consumo promedio de la población.
La última actualización mostró que la pobreza alcanza el 49% de los argentinos. Se trata del cuarto mes consecutivo de caída, iniciando un cambio en julio cuando el porcentaje bajó de 52,9% a 51,1%, una disminución llamativa durante un contexto crítico. A partir de entonces, el índice siguió retrocediendo de manera más gradual, hasta situarse por debajo del umbral del 50%, considerado un punto crítico para cualquier gobierno.
Un dato que preocupa y un desafío de largo plazo
Para el mes de octubre, la Universidad Torcuato Di Tella estimó que la pobreza ronda el 49%, con un margen de error que varía entre 47,5% y 50,5%. Sin embargo, desde la caída abrupta registrada en julio, la tendencia parece haberse vuelto más estable, con un ritmo de descenso considerablemente más lento. Todo esto ocurre mientras la economía sigue enfrentando desafíos y se espera que la recuperación económica juegue un rol decisivo en los próximos meses.
El impacto de estas cifras no se limita a una cuestión estadística. La estabilidad del índice de pobreza resulta crucial para el futuro de las próximas generaciones y es un tema que preocupa especialmente a la Casa Rosada. Una disminución sostenida y tangible podría dar al gobierno actual un impulso político considerable, sobre todo en un contexto electoral. Sin embargo, el riesgo de que esta caída sea revertida si no se gestiona con cuidado también genera incertidumbre.
La pobreza como problema estructural
A lo largo de las últimas décadas, Argentina ha visto cómo la pobreza se ha transformado en un desafío crónico que va más allá de las políticas de corto plazo. Si bien el gobierno de Mauricio Macri logró una reducción que alcanzó el 25%, esta situación no se mantuvo, y las cifras pronto volvieron a subir. En la actualidad, la administración de Javier Milei enfrenta el desafío de mantener una tendencia descendente, aunque los expertos señalan que se trata de un problema profundo y estructural que requiere esfuerzos sostenidos a largo plazo.
Especialistas advierten que incluso las caídas moderadas de la pobreza pueden marcar el inicio de una recuperación económica si se mantienen a lo largo del tiempo. No obstante, cualquier paso en falso podría desencadenar un nuevo repunte, afectando a millones de personas. La clave, según los economistas, reside en combinar políticas que promuevan el crecimiento económico con una estrategia efectiva para proteger a los sectores más vulnerables de la población.
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