Mirá quién volvió: un reflexivo Marcos Peña rompe el silencio
El ex jefe de Gabinete de Mauricio Macri habló sobre la presión, la soberbia y la desconexión durante su gestión.
Marcos Peña, ex jefe de Gabinete de Mauricio Macri, rompió el silencio tras dejar la gestión en 2019 y abstenerse de hacer declaraciones a la prensa durante cuatro años. Manifestó que durante su desempeño experimentó una considerable presión acumulada, reconociendo cierta soberbia en su actitud. A pesar de ello, destacó el privilegio de formar parte de un Gobierno que aspiraba a "contribuir" al país.
"Fue mucha presión acumulada durante mucho tiempo. Y creo que lo que más aprendí en ese sentido es que todos tenemos un límite en un punto. A veces esa concepción de liderazgo con la que crecimos, de que todo lo podés, y es un tema de voluntad, de meterle para adelante, tiene un costo, tiene un costo que va por dentro. Y que un poco lo iba viendo a lo largo de los cuatro años, que más allá de las discusiones ideológicas, las discusiones políticas, las discusiones institucionales, casi siempre se trataba de temas entre personas, y casi siempre se trataba de temas entre personas donde no estaban muy explícitas las motivaciones, las angustias, las ansiedades, lo que hay emocionalmente detrás de esa persona", expresó Peña en diálogo con Infobae.
Además, señaló la existencia de una "brecha muy grande entre expectativas y herramientas", señalando que los Gobiernos nacionales a veces generan sensaciones de impotencia al carecer de los instrumentos necesarios para cumplir con las demandas.
Peña, tras la presentación de su libro sobre liderazgo, resaltó cómo la vorágine de la gestión y su dinámica pueden desconectar a los funcionarios de la realidad cotidiana: "Yo traté, como cuento en el libro, de ponerle mucho hincapié a la familia, y a tratar de tener una rutina lo más con los pies sobre la tierra, pero no es fácil. No es fácil porque vivimos cosas muy intensas en esos cuatro años, y todo el sistema está armado para que de repente estés ahí, como digo en el libro, como que te inyecta bronce la silla en la que estás sentado. Es muy difícil".
El ex funcionario reconoció la existencia de dos versiones de sí mismo, la pública y la personal, admitiendo que la primera dominaba en gran medida, afectando sus relaciones personales.
Marcos Peña: introspectivo y "soberbio"
Peña también reconoció que su actitud durante el Gobierno fue percibida como "soberbia" y que, tras una introspección, se dio cuenta de su actitud impermeable y su creencia de tener respuesta para todo. Atribuyó su rol en la comunicación de Cambiemos durante los cuatro años de gestión como un error, producto de la dinámica del momento, no de una intención consciente. Sin embargo, aceptó que fue un "error de soberbia creer que uno puede agarrar todas las granadas que hay dando vueltas, sin un costo".
"Lo que sí creo que hoy queda más claro es que eso no era por un afán de poder, de protagonismo. Era un compromiso con lo que yo sentía que era muy importante en la tarea que hacíamos. Más allá de los errores, ¿no? Pero sí creo, un punto que marco en el libro, que es la mirada de largo plazo, la sustentabilidad de las cosas, creo que es importante, evitar esa desmesura que genera esa sensación de soberbia", agregó.
Para Peña, el rol de jefe de Gabinete es "muy difícil y depende mucho del diseño de cada Gobierno". "Con algunos ex jefes de Gabinete decíamos en joda que íbamos a hacer un sindicato de pararrayos. Ese rol depende mucho de lo que el presidente te pida, pero en general está para absorber costos y conflictos. Por eso probablemente dura tan poco el cargo en general, ¿no?", se preguntó.
Peña consideró un privilegio y un honor ocupar ese cargo, pues cree en la satisfacción de ayudar y contribuir al país. Sin embargo, admitió que había decidido dejar la función pública después del 10 de diciembre de 2019, e incluso antes, pero permaneció "porque Mauricio quería que siguiera donde estaba".
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