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Pancho Casado: "No estábamos preparados para esto"

Personaje: hace 33 años que conduce el programa Línea abierta. El reconocido periodista y conductor analiza el trabajo cotidiano que realiza todos los días desde su casa y el rol clave que tiene la radio en medio de la pandemia.

Hace 33 años que conduce Línea Abierta, el programa de radio más escuchado de Neuquén. En todo este tiempo se acostumbró a dar todo tipo de noticias, incluso las más trágicas y dramáticas. Sin embargo, reconoce que nunca se imaginó que durante un año y medio su trabajo habitual lo haría a distancia, encerrado en su propia casa, hablando todos los días de un tema recurrente que no termina: la pandemia de coronavirus.

Francisco “Pancho” Casado no merece demasiadas presentaciones. Es un gran referente de la radiofonía nacional y el hombre que hace décadas viene despertando e informando a miles de oyentes de todos lados con su característico estilo.

El COVID le cambió la vida, como a toda la humanidad. Y hasta lo enfermó a él y a su familia, aunque sin consecuencias graves, afortunadamente. Por eso sigue en pie, aislado con esta nueva modalidad de teletrabajo, pero brindando un producto de calidad, como toda la programación que tiene LU5 Radio Neuquén.

“Esta enfermedad nos tomó por sorpresa. No estábamos preparados para esto”, reflexiona.

Asegura que más allá de los contratiempos, la tecnología permitió que la radio se mantuviera al aire de manera ininterrumpida, como ocurre hace 76 años.

El único detalle es el nivel de recaudos que hay que tomar porque el estudio ahora se trasladó a su hogar, igual que a la mayoría de los empleados de LU5, y no siempre se logra el silencio de radio al que uno estaba acostumbrado.

“Hoy hay ruidos domésticos de todo tipo”, dice y se ríe. “O ladra un perro en el medio de la nota, o se escucha el ruido de la aspiradora o la risa de algún nene”. En efecto, el home office tiene la comodidad del hogar, pero también sus desventajas. Lo importante es estar aislado para evitar los contagios.

“En medio de tanta angustia e incertidumbre, la radio es un abrazo para todos los adultos mayores que nos escuchan a diario”. “No hay virus que pueda apagar la radio. En realidad, nada puede apagarla, ni un corte de luz ni siquiera una inundación”. “Hemos mejorado la tecnología y estamos saliendo al aire como si estuviésemos en el estudio. Eso se lo debemos a las grandes corporaciones”. Francisco Casado. Periodista

“La radio nos cuida mucho. Hubo contagios, pero no en el edificio, sino afuera. Era probable que ocurriera, pero se hizo todo lo posible a través de la tecnología para mantener al personal a salvo de la pandemia”, asegura.

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Pancho también está convencido de que así como el coronavirus obligó a un achique del personal presencial en la emisora, también amplió muchísimo la audiencia. “La radio es mucho más escuchada ahora porque la gente tiene necesidad de sentirse acompañada. Una gran franja de nuestra audiencia la componen los adultos mayores que fueron los más castigados por la pandemia y por el encierro. Por eso la radio es una caricia para ellos, para que los viejos no se sientan tan solos”, reflexiona

Reconoce además que la peste que golpea al mundo con fuerza fue un punto de inflexión para la humanidad porque nada volverá a hacer igual, por más que se logre una vacunación masiva.

Equipo. Pancho, junto al grupo que lo acompaña todos los días.

“¿Cómo vamos a hacer para volver a abrazar y a besarnos cuando esto se termine? La enfermedad quedará como endémica, pero seguirá latente”, asegura. Cree que los seres humanos sufrirán (o ya lo están sufriendo) el síndrome del pájaro enjaulado: “Si le dejás la puerta abierta, probablemente no salga porque tiene miedo y no está acostumbrado”.

También sostiene que la angustia y la incertidumbre de la comunidad se refleja en cada llamado y mensaje que llega a la radio. Es increíble cómo se manifiesta la gente todos los días, como si fuera a modo de desahogo”, asegura.

En cuanto a las preocupaciones que exteriorizan los oyentes son muy variadas. Algunas pasan por las cuestiones económicas y otras por el miedo a la enfermedad, de acuerdo a la realidad de cada persona. “No es lo mismo escuchar a un jubilado el Instituto de Seguridad Social de Neuquén que a uno de la ANSES. A los dos los afecta la pandemia, pero hay uno que encima tiene problemas económicos porque cobra muy poco”, dice.

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