Fundada en 1926, la Casa Los Vascos, en Esquel, es hoy un atractivo turístico, además de un comercio. Un auténtico "túnel del tiempo" para hacer las compras.
¿Que es un almacén de ramos generales? Hace muchas décadas, era fácil saberlo; hoy son una especie al borde de la extinción: ropa, calzado, herramientas, alimentos, bebidas, insumos de ferretería, todo bajo un mismo techo. En la ciudad de Esquel, provincia de Chubut, en la Patagonia Argentina, está el que se reivindica como “el último de la Argentina”, a punto de cumplir 100 años.
“¿Alguna vez entraste a un lugar donde parece que el tiempo se detuvo? En Los Vascos, el pasado sigue vivo: en cada estante, en los objetos antiguos, en la manera de recibirte”, se describe Casa Los Vascos en su cuenta de Instagram -porque lo tradicional no quita lo moderno- donde también avisa que abre de lunes a sábado y que se encuentra en el lugar de siempre, la esquina de 25 de Mayo y 9 de Julio, en pleno centro de Esquel, igual que el primer día en 1926.
La Casa Los Vascos, en Esquel, Chubut.
Más allá de los cambios menores que sufrió con el tiempo, Casa Los Vascos sigue siendo la misma de hace 99 años, con sus mostradores de madera maciza y lustrada, sus cajoneras y estanterías y cada una de sus áreas operativas en funcionamiento tal como fueron concebidas. A la manera del “negocio del señor y la señora Oleson” en La Familia Ingalls, continúa funcionando como ese sitio al que uno puede acudir para comprar lo que sea que necesite.
Como aquel Esquel de 1926
Los almacenes de ramos generales no eran solo lugares donde la gente iba a hacer las compras. También funcionaban como un espacio de encuentro donde se fortalecían los lazos comunitarios, la gente iba a enterarse de lo que estaba pasando, o a anunciar alguna novedad familiar -un nacimiento, una boda- o cerrar un negocio.
Los rincones de Casa Los Vascos buscan mantener ese espíritu e invitan a la recorrida para viajar en el tiempo, tenga uno que hacer compras o no.
Casa Los Vascos, en Esquel, Chubut. Cada sector tiene su encargado.
Allí están entre los exhibidores, como testigos de la vida económica y social de Esquel, balanzas antiguas, cajas registradoras mecánicas y los increíbles libros de contabilidad de hojas amarillas donde, con la caligrafía prolija y metódica obligatoria de otros tiempos, aparecen detalladas compras, ventas, deudas, acreencias y los fiados que eran una práctica comercial habitual, basada en la confianza, fundamental para el desarrollo de la región.
Es que Casa Los Vascos ya no es solo un comercio sino un auténtico atractivo turístico, donde los visitantes de más edad pueden recordar y encontrarse con elementos y maneras que todavía eran relativamente comunes durante su infancia y adolescencia, y los más jóvenes descubren en persona cómo se podía comprar y vender sin sistemas informáticos que hicieran las cuentas, registraran los precios o fueran llevando el stock.
Una experiencia muy particular
La compra puede ser toda una experiencia. Cada sección tiene su encargado ubicado detrás del mostrador. La atención, a la vieja usanza, es personalizada y paciente.
Casa Los Vascos, Esquel, Chubut.
Después de elegido lo que uno va a comprar -en uno o más sectores- hay que ir con la boleta, o las boletas, a pagar a la caja y luego, regresar a retirar la mercadería. Con tiempo y calma, como eran las cosas un siglo atrás.
Un comentario reciente en una red social de turismo es suficientemente descriptivo: comprar ropa, comer queso, todo junto y en el mismo lugar. “Realmente es como viajar en el tiempo -dice- Una experiencia muy enriquecedora e interesante para vivir el pasado en estos tiempos actuales. Además me compré ropa de excelente calidad y comí uno de los mejores quesos que probé en mi vida”.
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