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Crimen narco en la Autovía Norte: las escuchas develan el Breaking Bad neuquino

Al video del auto donde lo trasladaron a Telmo para ejecutarlo, se suman las escuchas que dejan al desnudo el submundo del narcomenudeo.

En un juicio por jurados, el fiscal Agustín García dejó demostrado con video y escuchas que, a Lucas Telmo, quien se movía en el ambiente del narcomenudeo, lo mataron por una deuda que tenía con sus asesinos: Maximiliano José Bovino, Darwin Patricio Quezada Navarrete y Lucas Veroiza.

La investigación desnudó una trama donde queda en claro que a Telmo se la habían jurado. Hasta último momento, el joven clamó y pidió tiempo para pagar su deuda. En un arrebato por vivir ofreció entregar de inmediato una mesa pool, pero para los narcos, Telmo se había quedado sin crédito.

Pretendieron prenderlo fuego para borrar las evidencias, pero como el tiempo los apremiaba solo lo ejecutaron y huyeron. Hubo una planificación, dos armas y descuidos que supieron capitalizar los investigadores.

En el juicio, la fiscalía exhibió el video de la cámara que estaba incorporada en el Mercedes Benz que utilizó Lucas Telmo para ir a buscar a Navarrete y Veroiza.

Las imágenes son contundentes porque muestran todo el recorrido, la aparición de escena de Bovino y el destino final.

Pero el relato lo completó la fiscalía con las escuchas que se hicieron gracias a las certeras intervenciones telefónicas donde los propios asesinos aportan luz al entramado criminal.

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La última imagen de Lucas Telmo, horas antes de ser acribillado de siete tiros por una deuda de drogas.

La última imagen de Lucas Telmo, horas antes de ser acribillado de siete tiros por una deuda de drogas.

La trama en video

Repasemos el crimen y todo que se pudo reconstruir a partir de la cámara del Mercedes Benz.

El viernes 16 de febrero, pasadas las 13, Telmo dejó a su novia en su casa y permaneció en la vivienda del dueño del Mercedes hasta las 17. Luego, partió hacia el barrio Z1 para recoger a Navarrete y a Lucas Veroiza.

En el trayecto, compraron cervezas en un comercio del oeste neuquino, donde las cámaras registraron a Navarrete con tatuajes inconfundibles.

Posteriormente, en inmediaciones de El Girasol y El Maíz, en el barrio Colonia Rural Nueva Esperanza, Navarrete y Veroiza "abordaron a la víctima".

Según los audios grabados dentro del vehículo, lo golpearon y lo obligaron a pasar al asiento trasero bajo amenaza de muerte. “Agachá la cabeza”, le ordenaron.

Navarrete tomó el volante y le sacaron el celular a Telmo y llamaron a Bovino a quien le indicaron que todo estaba bajo control.

“Acá lo tengo, dice que quiere hablar con vos, que quiere pedirte perdón, que te va a pagar, no sé”, le dijo a Bovino uno de los captores de Telmo.

El encuentro ocurrió cerca de la empresa Capex. Antes, Bovino consultó: "¿Llevo ayuda?", a lo que Navarrete respondió: "No no, si ya está, él quiere hablar y quiere solucionar las cosas".

Bovino arribó en una Toyota Land Cruiser blanca registrada a nombre de su esposa, la cual quedó grabada junto al Mercedes. Subió al auto con Telmo y los agresores.

A pesar de las súplicas de Telmo prometiendo saldar su deuda y la oferta final de la mesa de pool, Bovino lo acusó de seguir traficando con otro proveedor.

Después de esto, según lo registrado en los diálogos previos, se concretó el homicidio. La cámara del Mercedes captó casi tres horas de imágenes cruciales, aunque no el momento exacto del crimen, ocurrido cuando se apagó la ignición del vehículo.

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La asistente letrada Guadalupe Inaudi recibió amenazas de parte de uno de los narcos acusados y el fiscal jefe Agustín García pidió frenar el juicio.

La asistente letrada Guadalupe Inaudi recibió amenazas de parte de uno de los narcos acusados y el fiscal jefe Agustín García pidió frenar el juicio.

Escuchas y análisis criminal

El bloque duro y útil de las escuchas surge entre el 23 de febrero y 7 de marzo de este año. Las intervenciones fueron autorizadas por el juez de Garantías Juan Manuel Kees a pedido de la fiscalía y sobre las cuales también trabajó Seguridad Personal de la Policía.

Del análisis rápido de las escuchas queda en claro que ambiente narco neuquino es agreste y violento. A nadie le importa más que uno mismo, el resto es descartable por eso las traiciones están a flor de piel.

Ser socios puede durar menos que un pasamano y el crimen de Lucas Telmo así lo demostró.

Maximiliano Bovino era el capo, Navarrete su lugarteniente y Lucas Veroiza un soldado de temer. Entre ellos se traicionaron, se apretaron hasta que finalmente volvieron a cerrar filas de cara al juicio y con la mediación de sus abogados.

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Darwin Patricio Quezada Navarrete, alias Paco.

Darwin Patricio Quezada Navarrete, alias Paco.

“¡Esta me voy a hacer cargo!”

Tras caer días después del crimen, Bovino estaba seguro de que él no podía terminar tras las rejas, su negocio con las drogas le generaba el suficiente dinero y ofertó a uno de sus cómplices dinero a cambio de que se entregara como autor. Una actitud bien de caponarco, pero sin el peso suficiente.

Justamente, la propuesta de Bovino fue a su lugarteniente que recibe la oferta por medio de un tercero mientras estaban tras las rejas. Todo quedó grabado en las intervenciones autorizadas por el juez.

“Él (por Bovino) me dice que están amenazando a su familia y a mí familia. Me dijo que lo mejor es que él este afuera porque se remaneja. ‘Yo te mantengo toda la familia’, me dijo”, contó Navarrete a su interlocutor en una llamada.

Pero el nivel de impunidad en el que se manejarse es muy interesante. Navarrete en la escucha toma valor y afirma: “¡Esta me voy a hacer cargo! Me dijo que lo que necesites adentro me lo daba. Encima me lo dijo delante de la gorra, se mandó en cana solo”.

Del otro lado de la línea, una allegada de Navarrete fue tajante: “vos no te hagas cargo de nada, ni a palo. No seas tan pajero. No arregles nada, ese viejo pajero te tendría que haber puesto un abogado. Cómo te va a dejar morir con un defensor público”.

La allegada ya había aportado a las autoridades información que complicaba a Bovino y tenía miedo: “si le dan la domiciliaria me va a dar vuelta amigo”.

En ese momento, Navarrete preocupado le pregunta: ¿Y qué declaraste? A lo que le contestan: “Que fue el chabón (por Bovino) y el Lucas (Veroiza). Y sí, si fue así. Vos solo lo citaste (a Lucas Telmo)”.

De esa forma queda en clara la trama. Navarrete es el que cita a Lucas Telmo y con Lucas Veroiza lo van a poner a disposición de Bovino. Después Bovino y Veroiza lo van a ejecutar con un revólver calibre 38 y una pistola 357.

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Lucas Veroiza uno de los ejecutores de Lucas Telmo.

Lucas Veroiza uno de los ejecutores de Lucas Telmo.

“Es una terrible soga el boludo”

Acá la fiscalía profundiza en el entramado de las conspiraciones entre ellos para tratar de zafar de la condena.

A todo esto, los abogados de Bovino toman la representación de Navarrete y van a cerrar el círculo, solo Veroiza estaba prófugo y buscaba ponerse en contacto con Navarrete.

Cuando se entera Navarrete que Veroiza lo buscaba se fastidia y asegura: “Es una terrible soga el boludo. No sabe dónde morir”.

Poco después le avisan que Veroiza, “estaba fondeado, sin guita y relejos, pero en la city”. Es decir, no había salido de la provincia, se estaba quedando sin recursos y acorralado.

Pero a todo esto surge el problema de que Bovino no había pagado los abogados y Navarrete muy molesto aseguró: “no sabe lo que lo voy a rehundir al gil”. En ese submundo todo es un sálvese quién y cómo pueda.

Incluso de las escucha surge que tienen que pagar en dólares los abogados y que la guita que hacen con la droga la tienen toda escondida por lo que hay que moverla.

Todo esto es vox populi en el mundillo criminal, policial y judicial, pero con las escuchas se puso todo en escena.

Un buche de Navarrete que necesitaba “trabajar” movió contactos y le develó que Veroiza “está en el Nido (en la zona oeste de Neuquén)”. En el medio, surge el tirar la foto de Veroiza para mandarlo al frente.

En cuestión de días Veroiza se termina entregando junto a un abogado.

Tras quedar acusados los tres por el crimen de Telmo, Navarrete le manda a decir a Veroiza: “yo no estaba ahí” para que lo despegue del crimen. A lo que Veroiza le garantiza no incriminarlo a cambio de que le dé una mano.

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Maximiliano Bovino, alias Viejo, es un capo narco pesado.

Maximiliano Bovino, alias Viejo, es un capo narco pesado.

Traiciones tras las rejas

“Ahora se entregó y me pide que yo lo ayude a salir de ahí, pero yo no lo voy a poder ayudar mucho si él sacudió con el 38 y una 357. Pero bueno, a mí me servía que el chabón se entregue. Capaz que quedo con algo, pero no con todos esos años (de condena). No quiero que me tiren todos esos años”, le sincera Navarrete a la persona con la que siempre hablaba por teléfono.

Incluso, Navarrete hace cuentas y asegura: “si termino con cinco o siete años, en cuatro ya estoy en la calle y salgo como un campeón”.

Navarrete se sentía seguro respecto del relato de los otros involucrados: “no pueden mentir mucho porque está todo grabado. La única parte que no está grabada es cuando ellos gatillan”.

Pero la voz del otro lado de la línea le aclara: “vos tenés que comprobar que al momento de los balazos no estaba ahí. Encima dejaron el auto ahí, lo hubieran prendido fuego”, le recrimina con un pragmatismo extremo.

La interlocutora de Navarrete hace un resumen y análisis de situación que no tiene desperdicio: “cada uno se va a querer salvar el lomo. El pibito (por Veroiza) no sé va a querer arruinar porque es jovencito. El viejo no se va a querer arruinar porque el viejo tiene guita y lamentablemente tiene poder. Vos, vas a quedar en el medio, como retirado. Y no te estás dando cuenta y te estás durmiendo en los laureles”.

Finalmente, el miércoles 4 de diciembre, por unanimidad el jurado popular los declaró a los tres culpables del crimen de Telmo en carácter de coautores del delito de homicidio triplemente agravado: por haber sido cometido con la utilización de un de arma de fuego, por alevosía debido al estado de indefensión de la víctima y por haber sido cometido con la premeditación de tres personas.

Ahora, deberán afrontar la audiencia donde se debatirá la pena que deben cumplir.

Toda la información que se develó en las escuchas justifica la tan mentada guerra contra el narcomenudeo. Las intervenciones sirvieron para tener un cuadro de situación y saber que no solo manejan droga, guita y armas, sino que además compran voluntades en alcaidías y cárceles. Y hay una red de abogados que no mueven una tecla si no aparecen los dólares y que pueden presentar informes de salud falso para pedir un traslado o la domiciliaria. Todas las miserias juntas.

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