La denunciaron por certificados truchos, pero no encontraron pruebas: "Fue violencia de género e institucional"
Se trata de una mujer cuya vivienda fue allanada en marzo por Delitos Económicos. No se encontró prueba en su contra y la profesional quiere limpiar su reputación.
Sin prueba para avanzar en la causa, la Fiscalía de Delitos Económicos decidió frenar la investigación contra una profesional de la Salud denunciada por emitir certificados falsos. Luego de la humillación y el escrache, la mujer decidió dar su versión para limpiar su imagen y espera poder volver a trabajar sin manchas en su legajo, como lo hace desde hace 20 años.
A mediados de marzo, LMNeuquén dio a conocer la investigación por estafa que señalaba a una profesional de la salud denunciada por presuntamente firmar certificados sin ser médica ni contar con matrícula para ello.
El subcomisario Gerardo Oviedo, de Delitos Económicos, contó en ese entonces que todo inició a fines de enero de este año, cuando un médico neuquino se acercó al Departamento a formalizar una denuncia contra la mujer, tras enterarse en un club de verano que al parecer la profesional emitía certificados ilegales a diversas personas, utilizando un número de matrícula falso. Todo lo contó a los investigadores y así se ordenó el allanamiento a la vivienda de la mujer en marzo, donde se secuestraron talonarios de recetas en blanco con el membrete del Centro de Salud de barrio El Progreso, donde se desempeñaba la mujer.
No obstante, a dos meses de ese allanamiento y de ser notificada de la investigación en su contra, la Fiscalía de Delitos Económicos decidió archivar la causa por falta de prueba.
"No hay elementos que permitan acreditar fehacientemente la materialidad ni la autoría del hecho denunciado, y atento el tiempo transcurrido no se advierte posibilidad de incorporar evidencia relevante que nos permitiera avanzar en la investigación", reza el escrito con el que se determinó el archivo, con fecha del pasado 17 de mayo.
La profesional, quien está terminando la carrera de Medicina, pidió hablar con LMNeuquén después del mal trago para dar su versión de lo ocurrido.
Una pesadilla real
"Todavía no puedo entender por qué esta persona me denunció", confió sobre el profesional que inició la causa al denunciarla por la presunta emisión de un certificado, cuya existencia no pudo ser comprobada dado que el supuesto beneficiado con ese certificado no lo pudo aportar para incorporar como prueba -solo se contaba con una supuesta copia digital- y nunca fue utilizado, por lo que tampoco existía constancia del mismo. El denunciante es vecino "hace más de 20 años" de la mujer que resultó imputada .
"Se viralizaron mis fotos, mi currcíulum, mi legajo, mi formación académica; se puso en tela de juicio si me había recibido o no... Todo lo que se dijo de mí fue mentira y me ocasionó un montón de problemas. Psicológicamente, la pasé muy mal y en mi ámbito laboral, generó mucha desconfianza hacia mí", lamentó la profesional, que es Licenciada en Instrumentación Quirúrgica.
Contó además que el denunciante brindó varias versiones distintas de cómo "descubrió" que ella supuestamente se dedicaba a emitir certificados sin la debida acreditación y que es una persona "bastante conflictiva en el vecindario". Hoy, a pesar de que la causa ya no pesa sobre sus hombros, la víctima asegura vivir con miedo de esta persona, quien siente que "la mira todo el tiempo" y a quien denunció por violencia de género.
Respecto de las acusaciones en su contra, asegura que nunca emitió el certificado que se le adjudicaba y por ello nunca pudo ser aportado como evidencia. Tampoco se hallaron en el marco de la investigación certificados que hayan sido presentados por otras personas y firmados por ella bajo una matrícula falsa, como se afirmó.
Además, la mujer señaló que los talonarios de receta hallados en su casa durante el allanamiento -los cuales se encontraban completamente en blanco salvo por el membrete del centro de salud- "los usa mi hija para jugar y yo a veces para anotar cosas", negando cualquier fin ilícito.
Solo uno de los recetarios de los varios talonarios que se hallaron tenían el sello con el nombre de un profesional, un compañero suyo al que aseguró que se lo guardó durante la pandemia y quedó entre sus pertenencias.
Lo que más lamenta es que desde Salud nunca la citaron para poder dar su versión y defenderse. Hoy, debe volver a trabajar, pero deberá pedir que se la traslade a otra función. "Yo no puedo volver así nomás. Hace 20 años que trabajo en el sistema público y nadie me dio el derecho de escucharme. Quiero que se aclare todo lo que se dijo de mi persona", reclamó.
En este sentido, expresó que necesita que se sepa la verdad no solo para limpiar su imagen, sino "para que no vuelva a pasarle a ningún otro trabajador o trabajadora".
"Esto es violencia de género, es violencia institucional, soy una persona que he trabajado toda mi vida, tengo una vida recontra transparente, trabajo y estudio, no hago otra cosa que eso y toda mi vida me capacité. La persona que hizo la denuncia siguió su vida como si nada. Yo terminé siendo víctima de la situación y encima tengo que pedir por favor que me permitan trabajar", concluyó.
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