Por qué nombraron a un rival narco del clan Montecino en el caso Otoño Uriarte
Un sorpresivo detalle se conoció este jueves en el juicio que se ventila por la desaparición y muerte de la joven de Fernández Oro.
Dos testigos del juicio por Otoño Uriarte vincularon a los acusados con la desaparición y crimen de la joven de Fernández Oro. Fueron charlas diferentes y describieron situaciones distintas una de otra. Uno de los testigos involucró directamente en el caso a un conocido delincuente y narcotraficante de la región, rival del Clan Montecino, quien fue blanco de un crimen mafioso.
Uno de los testigos del miércoles, quien era amigo del acusado Maximiliano Lagos, afirmó que entre tres y cuatro años después de la desaparición Lagos se incriminó mientras comían en su casa. Le dijo, según expresó al Tribunal bajo juramento, que él había participado del secuestro y el crimen y que actuó a pedido de Cacha Pelada, su tío, quien tenía antecedentes por diversos delitos.
Según el relato, fue el propio Cacha Pelada quien le dijo días después del secuestro que "se había complicado" y debían deshacerse de la joven. Es decir, asesinarla y ocultar sus restos.
Quién era Cacha Pelada
Miguel Ayala, más conocido en la región como Cacha Pelada, fue un malviviente que se metió en diversos rubros delictivos, como los robos y el narcotráfico. Entre 2000 y 2010, Ayala era el único narco que competía por la distribución de droga con el Clan Montecino.
Los narcos cipoleños encabezados por Héctor Montecino se habían aliado a la banda que comandaba Condorito Dávila cuando ambos estaban en prisión. En el Valle, solo Ayala tenía una organización criminal similar.
De hecho, Cacha Pelada -quien había estado preso por diversas causas- solo se movía con tranquilidad por el barrio Colonizadora de Allen, donde actuaba como una especie de benefactor a cambio de protección de los vecinos.
Sin embargo, la ayuda de los vecinos para alertar movimientos extraños o la llegada de policías no fue suficiente para mantenerlo a salvo. Cacha Pelada fue sorprendido por dos sicarios en su propio territorio y ejecutado sin llegar a defenderse. Le dispararon siete veces en el estómago.
Los autores del crimen fueron atrapados y condenados. Tenían 18 y 22 años. La conexión con el mundo narco no se estableció en el juicio, ni fue necesaria para la investigación, ya que los sospechosos fueron atrapados poco después del asesinato y había pruebas contundentes en su contra.
La Policía, mientras tanto, siempre sostuvo que el crimen ocurrido en 2011, se trató de un "ajuste de cuentas".
¿Vinculado al caso Otoño Uriarte?
Cuando Otoño Uriarte desapareció, Cacha Pelada fue uno de los muchos sospechosos que se nombraron, especialmente durante los meses de búsqueda. Sin embargo, las teorías múltiples. Surgían desde la Comisaría 26 y la Fiscalía mientras aumentaba la presión de los vecinos por la falta de respuestas.
Muchos de esos sospechosos, conocidos del ambiente delictivo del Alto Valle, eran mencionados por los propios vecinos que "escuchaban" rumores o pedían que se investigue, pero no llegaron a ser objetivo de investigaciones profundas.
Con el tiempo, todas las teorías se desvanecieron y solo quedaron en la mira José Jafri, Néstor Cau, Germán Antilaf y Maximiliano Lagos. Los cuatro acusados en el juicio.
El nombre de Cacha Pelada volvió a surgir en el debate, cuando un testigo aseguró que Lagos reconoció su participación en el caso como un "trabajo para Cacha Pelada" a raíz de una deuda.
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