Qué se esconde detrás del crimen que conmociona a una localidad rionegrina
El abogado de la familia de la víctima reveló que la gente tiene miedo de colaborar. Hay dos hermanos detenidos y una policía sospechada de encubrimiento.
El homicidio a balazos de Alen Alfieri, hijo del Juez de Paz de Villa Manzano, mantiene conmocionada a esa pequeña y apacible localidad rionegrina, que integra el municipio de Campo Grande junto a Sargento Vidal, San Isidro y El Labrador, donde las chacras dominan el paisaje.
Hay dos detenidos: los hermanos Cherai y Charid Aguayo. Pero también aparece involucrada una policía de la Comisaría 44 de Villa Manzano, donde le secuestraron su arma reglamentaria. La vinculan porque es novia de Charid.
La familia de la víctima se presentó como querellante en la causa que investiga la Fiscalía Descentralizada de Cinco Saltos. Nombró como representante al abogado Omar Urra, quien este miércoles solicitó una batería de medidas probatorias en busca de darle sustento a la investigación.
El profesional sostuvo que restan resultados periciales, como el contenido de los teléfonos celulares incautados.
Por su parte, destacó que trabajan para armar una teoría del hecho, pero aún requieren reunir mayor información para fundamentarla y un punto clave para cerrar el esclarecimiento: el móvil.
“Todavía no podemos establecer el motivo que los llevó a cometerlo, pero estamos en eso”, sostuvo Urra, y aseveró que no descartan ninguna hipótesis. “Todo es posible”, admitió en este aspecto.
El abogado destacó que la familia se encuentra muy afectada por el crimen y que quiere llegar “hasta las últimas consecuencias para llegar a la verdad”.
Pidió a la población colaborar para dilucidar lo que sucedió, porque advirtieron que hay vecinos que tienen datos que pueden ser relevantes para reforzar la pesquisa, pero que hay reticencia por miedo a sufrir represalias. El motivo es que estarían involucrados sujetos pesados, vinculados a la delincuencia y con una posible pata policial.
“Hay mucha gente que sabe y no se anima a hablar”, advirtió Urra. Pero buscó llevar tranquilidad a esos posibles testigos, al resaltar que “se les va a brindar seguridad para resguardarlos en todos los aspectos”.
Peritajes al arma de la policía
El ataque ocurrió durante los primeros minutos del martes 23 de enero última en una chacra de Sargento Vidal, donde vivía Alfieri, hijo adoptivo del Juez de Paz de Villa Manzano.
Esa madrugada llegó en moto junto a su novia y desde unos arbustos perdidos en la oscuridad le dispararon cuatro a balazos a traición: tres le impactaron en una pierna y el restante en la espalda, causándole la muerte.
La chica resultó ilesa de milagro, y fue testigo de todo lo sucedido. Declaró que eran dos los agresores. A los pocos días fue detenido Cherai Aguayo cuando transitaba por la vía pública de Villa Manzano.
El otro Aguayo fue apresado el último fin de semana por personal policial de Cinco Saltos, por orden de la Fiscalía de Cinco Saltos. En el mismo operativo también allanaron la Comisaría 44 y secuestraron la pistola reglamentaria de la policía que sale con Charid. Mientras que en la casa de la mujer encontraron un cargador que sería de otra arma, que pertenecería al acusado.
La 9 milímetros de la policía será sometida a una serie de peritajes, con el fin de determinar si fue utilizada para ultimar a Alfieri.
Hay un dato que lo sugiere: las balazos que recibió la víctima fueron efectuados por un arma de un calibre “grande”, dijo Urra. Mencionó que puede ser de 32 o 38 o 9 mm.
“El calibre es una de las tantas circunstancias que nos permitió avanzar con el allanamiento” (a la unidad policial) añadió el abogado, que no descartó que otros miembros de la fuerza estén involucrados.
Por el momento la mujer está sospechada de delito de encubrimiento. Están esperando los informes periciales para determinar si avanzan en la acusación.
“Lo estaban esperando”
En la audiencia realizada el lunes en la que le formularon cargos a Charid la Fiscalía expresó que el ataque fue “de forma sorpresiva y a traición” (por la espalda), y que los autores una vez que tuvieron a la víctima tirada en el piso “registraron su cuerpo para sustraer sus pertenencias personales y se llevaron su teléfono celular”.
“Lo estaban esperando”, aseveró Ulloa, por lo que le cabría el agravante de la planificación.
La teoría fiscal, con la adhesión de la querella, destacó que Alfieri “no tuvo la posibilidad de defenderse”, por lo que encuadró el caso en esta instancia en el delito de homicidio agravado por la alevosía y por el uso de arma de fuego, robo agravado y portación ilegal del arma.
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