Víctima: "Fue de terror como nos robó esa banda; todavía no puedo dormir por las noches"
Victoria contó cómo su familia fue víctima de la banda de "los miguelitos". La Tercera los detuvo tras investigar varios robos, la justicia ya los liberó.
Duerme solo dos horas por día, la exalta el ruido de un motor o una frenada y el psicólogo le dijo que dura unas tres semanas el estrés postraumático producto de un robo violento. Ella lleva diez días y desde que se enteró, el lunes, que la justicia liberó a los ladrones, la banda de los miguelitos, la indignación le dio coraje y ahora resolvió salir a contar la pesadilla y el horror que vivieron.
Su nombre real por seguridad no lo daremos, pero ella eligió bautizarse como “Victoria” y quiere dar pelea desde su lugar de víctima.
Victoria dialogó con LMN y contó que hace dos sábados, en un barrio del oeste neuquino que también por seguridad no mencionaremos, la banda de los miguelitos entró a su casa.
“Había pasado la medianoche y sentí ruidos en la puerta. Creí que a mi hijo se le había trabado la llave por lo que me levanté para abrirle y ví que había varias personas”, contó Victoria.
“Vi varias sombras y pensé que le estaban pegando a mi hijo, pero cuando quise reaccionar habían entrado (tras barretear la puerta) y uno me agarró fuerte del cuello y no me soltaba”, detalló Victoria que hubo momentos del robo que producto del shock no lo recuerda. “Todavía tengo algunas lagunas”, aclaró.
A la casa le entraron como cuatro delincuentes. Uno la tenía a ella por el cuello, observó a dos que se dirigían a la habitación de los padres. Luego, descubrió que eran tres los que rodeaban a los padres, ambos de 66 años que despertaron asustados y “los amenazaron de que nos iban a matar a mí y a mí hijo, por suerte él no estaba”, confió la mujer.
Lo cierto es que la odisea con los padres en la cama continúo porque amenazaban con golpear a los ancianos con un caño si gritaban.
Durante el robo la exigencia era “dame la plata, dame dólares. Fui a un mueble y le di lo que tenía. Ahí me dijo ‘pero vos a mí me estás tomando por un gil, te estoy diciendo que me des plata’ y me apretó el cuello”, detalló Victoria.
De inmediato se dirigieron a la habitación de los padres que estaban aterrados.
“Yo le pregunté a mi mamá si había plata y le entregamos una mochilita donde estaban los ahorros. Primero denuncié 1.8 millones de pesos, pero después, haciendo cuentas, eran 2.1 millones”, confirmó Victoria.
“Traté de mantener tranquila para que no les hicieran daño a mis viejos y rogaba que se fueran rápido y que no llegara mi hijo. Todos tenían pasamontañas, pero yo trataba de no mirarlo porque temía que me pudieran hacer más daño”, confió esta joven madre.
Fuga y persecución solidaria
“Para todos nosotros fue una película de terror. Mi papá hacía un mes había tenido una convulsión por la cual se cayó y se lastimó la cabeza. Ese día del robo le habían sacado los cinco puntos y en un momento mi papá mueve los brazos y le que quisieron pegar con un caño por lo que mi mamá gritó y lo abrazó para que no le peguen”, contó la mujer.
La suerte quiso que a los pocos segundos de obtener el botín sonara la bocina de un vehículo, por lo que había otro integrante más de la banda esperando para la huida.
Cuando se fueron “reaccioné corriendo atrás de ellos y agarré la barreta con la que abrieron la puerta y se la tiré a la Kangoo, justo un conductor los vio y ahí se armó una persecución. Fue muy valiente por los siguió varias cuadras. Les tiraron hasta el matafuego y finalmente los miguelitos y ya no los pudo seguir”, contó Victoria que cuando se hizo de día tuvo que salir a comprar una puerta nueva por lo que se endeudó.
En esos momentos de puro vértigo y adrenalina, donde el tiempo parece haber quedado detenido a las víctimas todo se le hace interminable.
“Ahora, te puedo decir que todo ocurrió entre siete y nueve minutos, pero han dejado secuelas en todos nosotros”, reveló la mujer.
Indignación con la justicia
A la semana del robo, “yo no podía dormir de noche y mi hijo se venía con algunos amigos a casa para que de esa forma sentirnos un poco más seguros”, detalló.
Retomemos, a la semana del robo, personal de la brigada de la comisaría tercera logró detener a los integrantes de la banda de los miguelitos.
Fueron acusados por varios hechos, pero el lunes ya estaban en libertad.
“Cuando me enteré de que los detuvieron estuve más tranquila, sentí un alivio enorme. La gente de la Comisaría tercera se portó muy bien con nosotros, hasta recuperamos algunas cosas gracias a las fotos que publicó el diario La Mañana. Pero cuando llegó el lunes y me enteré que estaban sueltos, la verdad que se me se nos cayó el mundo porque uno vive con miedo”, describió Victoria.
La mujer aseguró que está indignada con la justicia, pero que va a insistir hasta que los ladrones queden presos.
“Las víctimas tienen que hablar y contar lo que viven porque esa es la única forma de que la gente se entere lo que está pasando y la justicia tenga que trabajar para encerrar a estos tipos que no les importa nada”, concluyó Victoria.
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