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La Mañana inflación

Por efecto de la crisis, los panaderos están al horno

Impactaron la suba de precios de los insumos y la caída de ventas.

Ana Laura Calducci / [email protected]

Los panaderos neuquinos están al horno. Pagan 30 mil pesos de luz, la harina y los lácteos se fueron por las nubes y los clientes compran cada vez menos. Para no cerrar las puertas, muchos achicaron la planta de empleados y hasta dejaron de pagar impuestos. Afirman que la crisis del sector es peor que en 2001.

En el país, más de 300 panaderías bajaron sus persianas en lo que va de 2019. En Neuquén no hubo cierres masivos, pero sí se eliminaron sucursales, se evaden impuestos y se trabaja con menos personal que hace un año en el rubro.

“Yo tenía cinco locales y me quedé con dos, estoy en deuda con AFIP, vendo el pan casi sin ganancia y encima hay cada vez más competencia desleal”, contó Javier, dueño de las panaderías Maná.

Explicó: “Para no vender a pérdida, tengo que dejar el kilo de pan al almacén a 60 pesos, al mismo precio que muchos de ellos lo venden, o sea que lo consiguieron a menos. Ahí me doy cuenta de que muchos trabajan en negro”.

Javier es panadero hace décadas. Dice: “Nunca pasé algo así; tuve varias crisis, que salí porque el pan es un producto muy familiar, pero esto es peor que en 2001, ahí no lo sentí tanto como ahora”.

Gustavo Cabrera, propietario de Panna, en Centenario, coincidió en que el sector “está en una situación límite, que en cualquier momento va a estallar”. Dijo que tiene “una deuda de Ingresos Brutos que no puedo terminar de pagar. El distribuidor me ofrece productos a crédito, pero es un cuello de botella”.

Remarcó que “está muy complicado porque las levaduras, mantecas, cremas y varios insumos se volvieron impagables y encima te vienen 35 mil pesos de luz; conozco a otros panaderos que dejaron de tener gente en blanco o trabajan de manera irregular para no cerrar”.

Brisa, vendedora de una de las sucursales de La Americana, relató: “En el local había nueve empleados y ahora somos cinco. Por algún lado recortan; la gente se queja todos los días de los aumentos y cada vez te compra menos”.

Por las nubes. Las panaderías neuquinas ya ofrecen el precio del kilo de pan a 26 pesos. (Claudio Espinoza)

Trabajadores en problemas

En el gremio de panaderos de Neuquén y Río Negro, también están preocupados por la crisis. José Moreno, tesorero del sindicato, informó que en los últimos meses “tuvimos despidos de comercios chicos, donde había 10 personas y quedan siete, o empresas que cierran el despacho y trabajan atrás, en un galpón a puertas cerradas, para ahorrar en impuestos”.

La panificación es uno de los rubros más golpeados por la inflación porque tiene una alta demanda de luz y gas, además de utilizar lácteos, que están entre los productos que más se encarecieron. En Neuquén, algunos hacen trampa para vender más barato y otros patean deudas para adelante.

La clave es sobrevivir hasta que el pan vuelva a ser ese alimento para todos los bolsillos, que siempre está sobre la mesa.

5000 trabajadores panaderos hay en Neuquén y Río Negro

Desde el gremio que los nuclea, Upparnyn, indicaron que en el último año hubo despidos puntuales en muchos comercios, pero no se llegó a una caída masiva de las fuentes de trabajo.

Trabajo: El ajuste de los dueños de las panaderías contempló despidos de trabajadores y recortes.

Consecuencias de la difícil situación

Se achicó el margen

El margen de ganancia cayó al 5%. Hasta el año pasado, las panaderías ganaban el 15% del bruto. El 50% iba a impuestos, otro 35% se lo llevaba el alquiler, materias primas y sueldos.

El “panazo” no alcanzó

En septiembre, para denunciar la crítica situación, los panaderos de Centenario organizaron un “panazo” y regalaron más de mil kilos de su producto más popular. A seis meses de esa protesta, la situación se agravó.

La salubridad en la mira

Uno de los gastos fijos de las panificadoras son los descartables para cocinar, que no se pueden reutilizar por cuestiones bromatológicas. Gustavo Cabrera, referente del sector, advirtió que algunos pueden optar por ahorrar en este aspecto.

panaderia

En el centro ya vale 200 pesos la docena de facturas

Por el impacto de la inflación, los panificados se están convirtiendo en un producto de lujo para los consumidores neuquinos.

En algunas panaderías, la docena de facturas ya perforó el techo de los 200 pesos y el pan de mesa ronda los 90 pesos por kilo.

Javier, de panaderías Maná, indicó que “el monto varía bastante según el lugar porque cada uno cobra lo que puede, no lo que sale”. Agregó: “Si nos siguiéramos manejando como antes, el kilo de pan debería estar a cien pesos en todos lados, pero ahora el precio lo marca el que te compra”.

Mariano, vendedor en Santarelli, comentó que es difícil estar detrás de un mostrador “cuando todos los días sube algo”.

Detalló: “En las últimas dos semanas, las facturas que salían 180 pesos se fueron a 200 y el kilo de pan llegó a 90, porque toda la materia prima sube también casi a diario”.

Además, contó: “Hoy es raro el cliente que viene y compra un kilo de pan; en general, te piden tres hallullas, un felipe o dos salvados, se llevan lo poco que necesitan para el día y nada más”. Observó que, aunque los mismos vecinos tengan que volver a comprar a la mañana siguiente, ese recurso les permite asegurar que no se desperdicie ni una miga.

Los comerciantes de la zona coincidieron en que hay una caída de ventas generalizada, que es más fuerte aún en los confitados, que suelen ser los productos más caros de la vitrina.

“Yo tengo ocho tortas que hice para Semana Santa y siguen ahí, voy a tener que tirarlas, y suele pasar lo mismo con las masas finas, que nunca sabés si no estás haciendo demasiado”, confió Gustavo Cabrera, de Centenario.

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