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La Mañana pandemia

Por la pandemia, cada vez hay más consultas de salud mental

Desde la Red Sanar, advierten de un crecimiento "exponencial" de los trastornos de ansiedad y depresión. El miércoles, inician un nuevo ciclo de talleres.

Después de un año de pandemia, siguen en alza las consultas de salud mental por la incertidumbre que genera el nuevo virus. Desde Red Sanar Neuquén, advierten que hay un crecimiento “exponencial” de los trastornos de ansiedad y depresión. Esta semana iniciarán un nuevo ciclo de talleres para quienes necesiten ayuda.

Red Sanar es una organización de voluntarios con más de cien nodos en todo el país, que se dedica a ayudar a personas con trastornos del espectro ansiedad-depresión. Funcionan con talleres grupales de asistencia libre y gratuita, en los que trabajan con elementos de la terapia cognitivo-conductual.

Con la llegada de la pandemia, se incrementó de la demanda en los nodos neuquinos y la tendencia sigue en alza. Abrieron un nuevo taller de iniciación que comienza el próximo miércoles y recibieron tantos pedidos que analizan crear un segundo grupo.

“El miedo y la soledad son dos grandes estresores y eso lleva a un crecimiento exponencial de las personas con estos trastornos, porque en la provincia tenemos otras pandemias además del Covid, que son la depresión y el Alzheimer, que está vinculados a este tipo de estrés crónico”, explicó Daniel Zaglio, médico y uno de los voluntarios de la red.

Comentó que hoy los talleres son virtuales, pero aun así la demanda “es muy fuerte” y las consultas más frecuentes son por trastornos de ansiedad generalizada, crisis de pánico, obsesiones y compulsiones. Añadió que muchos pacientes manifiestan que tienen miedo de morir o perder el trabajo, o que se les agravó su cuadro de ansiedad o depresión por el encierro y el aislamiento.

“No tenemos todavía estudios científicos, pero está la impresión de que el estrés agudo se está transformando en un estrés crónico, que hay un desgaste y empezamos la pandemia con una actitud muy interactiva y ahora estamos como bajando los brazos”, observó.

Red Sanar

Indicó que la persistencia en el tiempo de esta situación excepcional “genera desesperanza y respuestas desproporcionadas, porque la gente está desconcertada y la incertidumbre permanente se vive como una agresión y provoca ideas irracionales”.

Mencionó como ejemplo “los pensamientos del tipo que un poder oculto detrás del virus o que te podés salvar con una solución mágica como el dióxido de cloro y también que no sirvo para nada o los nunca y siempre: nunca va a terminar, siempre pasa esto”.

Remarcó que la red apunta a la psicoeducación “y no invalida que el paciente concurra también a un psicólogo”. Aclaró que “en la salud física, hay una escalera terapéutica en la que se prueba primero una cosa y después otra y, en salud mental, se aborda con varios tratamientos juntos”.

“En los talleres, respetamos mucho la libertad individual, que al paciente no lo lleve su familia a la rastra sino que sea libre de ir cuando quiere y se basan en el lazo afectivo entre pares, porque cada persona se tiene que involucrar para lograr un resultado”, subrayó.

Quienes necesiten este tipo de ayuda, pueden dirigirse por mail a la casilla [email protected]. El taller inicial abarca 12 encuentros semanales de dos horas.

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Fuerte demanda de jóvenes con trastornos por el aislamiento

En el último año, se disparó la demanda de jóvenes y adolescentes con trastornos vinculados al aislamiento y la falta de socialización. José Lumerman, supervisor general del Instituto Austral de Salud Mental, señaló que las consultas de ese grupo aumentaron un 200 por ciento y hoy están desbordados.

“En el Instituto estamos sin turnos, al punto del colapso, y en el último año se incrementó mucho, diría que en un 200 por ciento, la demanda de jóvenes”, detalló.

Dijo que ese aumento “es consecuencia del aislamiento, la falta de socialización, de productividad, más lo que significan las disfunciones familiares; es un malestar que se incrementa y la adolescencia es una etapa de la vida donde hay como como una sensibilidad particular porque es un momento de diferenciación”.

Recordó que, “cuando hay algún problema previo, la pandemia hace que todas las fragilidades que no aparecían como enfermedad se manifiesten” y eso lleva a muchas familias a buscar ayuda profesional.

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Vemos mucho estrés post-traumático, porque en realidad se trata de trauma constante, y mucha depresión; también episodios psicóticos, ideas de muerte, todo lo que acompaña a los cuadros graves”, precisó.

Indicó que, en este momento, “nuestra atención supera los 400 pacientes, por eso digo que estamos colapsados, pero hay que consultar, pedir turno, buscar un médico, no quedarse con la sintomatología hacia adentro”.

Reconoció que “un problema que tenemos en Neuquén, y en general en todo el país, es que hay poco recurso humano destinado a salud mental en relación a la población y, así como nos dimos cuenta con la pandemia que nos faltaban intensivistas, pasa lo mismo con psicología y psiquiatría, con los equipos preparados para atender toda esta demanda”.

Comentó que ellos mantuvieron el hospital de día abierto toda la pandemia “y fue una novedad a nivel país, porque está la idea de que la salud mental puede esperar y un cáncer o una hepatitis no”. Contó que lograron “un trabajo con el ministerio de Salud para sostener la presencialidad con cuidados porque era necesario, tal como hicieron las clínicas que atendían pacientes con Covid y otras enfermedades”.

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