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La Mañana

¿Por qué los dejaron salir?

En medio de un clima de gran sensibilidad respecto de las salidas transitorias y la libertad anticipada de delincuentes peligrosos, por el caso Micaela, en Neuquén salió a la luz, diez días después, que dos internos de la U11 se fugaron.

Se trata de dos presos con frondosos prontuarios que no sólo han cometido robos a mano armada sino que se han tiroteado con la Policía y, además, ya habían participado de una fuga masiva en el 2012.

Uno es Néstor Martínez, que cayó en 2007 tras el crimen del sargento ayudante Gabriel Jara en medio de un tiroteo en el centro neuquino. El otro es Omar “Loco” Sastre, vinculado a varios robos con arma.

Ambos recibieron recientemente el beneficio de las salidas transitorias. El 16 de abril, Martínez, y el 17, Sastre. Era la primera salida por 10 horas a la casa de un familiar y debían retornar a la U11, nunca volvieron y ahora hay que buscarlos de nuevo. Los fugados no son nenes de pecho, son tipos de avería, como se dice en el ambiente a los pesados.

Lejos de tener una actitud madura, la jueza de ejecución penal Raquel Gass se negó a dar explicaciones respecto de cómo se brindó dicho beneficio y cuáles eran las garantías que tenía el sistema judicial sobre estos presos, digo, qué decían los informes técnicos que no previeron que se escaparían.

El planteo no es contra la “corpo judicial”, sino contra la soberbia de aquellos magistrados que piensan que no le deben explicaciones a nadie. Sus decisiones afectan a la sociedad, por lo tanto, saber cómo fue el devenir de sus decisiones es importante para construir de forma madura el diálogo que nos ayude a crecer en un tema tan espinoso como la resociabilización de los presos.

La jueza que les otorgó el beneficio no brindó explicaciones. La sociedad las demanda porque es la que lo sufre.

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