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La Mañana

Por qué no hay que taparse la boca y la nariz al estornudar

Un hombre, al usar esta maniobra, sufrió una fractura de garganta.

El estornudo es considerado un acto reflejo que tiene cierto nivel de control consciente. Se cree que tiene dos fases: una inspiratoria espasmódica inicial y una fase respiratoria nasal y oral. Esta reacción generalmente se produce como respuesta al contacto con gérmenes o por inhalación de productos irritantes. Sin embargo, hay personas que estornudan cuando reciben ciertos estímulos (hasta un 25% de la gente estornuda repetidamente cuando se expone repentinamente a una luz brillante, incluida la del Sol).

En el primero de los casos, el organismo limpia las vías aéreas y resulta prácticamente imparable: cuando una persona estornuda, el aire expulsado puede salir a una velocidad de 70 a 130 kilómetros por hora. La lluvia de saliva resultante es capaz de cubrir un área aproximada de ocho metros cuadrados.

Cuando algunas personas quieren reprimirlo, se tapan la nariz y la boca en el momento del acto. Recientemente, un impactante caso llevó a los doctores a avisar que esta estrategia no es nada recomendable, ya que un hombre joven que intentó evitar el descargo de esa manera se fracturó la garganta, lo que no sólo le produjo mucho dolor, sino que a punto estuvo de dejarle sin habla.

Los investigadores explicaron que este hombre de 34 años acudió a urgencias y contó (como pudo ya que casi había perdido la voz) que notó un crujido después de un potente estornudo reprimido y que su cuello había comenzado a hincharse. Las exploraciones encontraron burbujas de aire en los músculos de la caja toráxica, una condición que se llama pseudomediastino. El paciente fue ingresado en el hospital para recibir antibióticos (y evitar posibles infecciones a causa de las burbujas) y alimentación intravenosa para no tragar. Finalmente, se recuperó después de una semana.

El motivo de sus lesiones está en que la presión generada con el estornudo no pudo liberarse a través de la boca y la nariz. En lugar de eso, la fuerza dañó los tejidos blandos de la garganta. De hecho, rompió la faringe, la cavidad membranosa que une el esófago y la laringe con la boca y la nariz y que funciona como una caja de resonancia para el habla. Aunque las lesiones son raras, esta maniobra tiene varias complicaciones bastante peligrosas, como el pseudo mediastino, la perforación del tímpano, el aneurisma cerebral, (la rotura de pequeños vasos sanguíneos del cerebro), lesiones musculares o incluso rotura de costillas.

Además, cuando se impide un estornudo aparece otro efecto secundario: no se expulsa al agente irritante o infeccioso que lo provocó. Si además se intenta sorber los mocos, se puede llegar a infectar el oído.

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