El sólo reconoció 69 casos. La fiscalía cree que hay muchos más.
El portero del Hospital Great Ormond Street, de 55 años, admitió ser responsable de 69 ataques sexuales contra ocho niños, durante 35 años en los que se desempeñó como trabajador de la salud no médico. Se trata de Paul Farrel, a quien la policía le encontró en el allanamiento que hizo de su casa, una habitación repletas de DVDs y centenares de fotografías de abusos infantiles. Por esta razón, la fiscalía que investiga el caso cree que, en realidad, este hombre pudo haber abusado de 500 pibes en todos estos años.
El target de edad al que apuntó Farrel fue de entre 5 y 16 años, y sus ataques sexuales se ubican en el tiempo entre 1985 y el año pasado. Sólo con los casos que él mismo reconoció haber cometido, la justicia podría condenarlo a cadena perpetua.
Los abusos fueron entre 1985 -cuando el acusado tenía 19 años- y 2020. Algunos tuvieron lugar en el mismo hospital y otros en las casas de las víctimas.
La “estrategia” de este individuo pasaba por la manipulación psicológica de los niños y adolescentes, a quienes convencía de ser un hombre de familia y los convocaba a su lugar de trabajo, el hospital, para que vieran dónde y cómo se desempeñaba. En ese contexto, el degenerado abusó -según confesó de dos niños en el cuarto de ropa blanca, donde se encerró con ellos para violarlos. Además, parte de las artimañas del portero pasaban por antes hacerse “amigo” de los padres de sus víctimas, para generar una confianza todavía mayor.
Los investigadores sostienen la teoría de que hay muchísimos más casos en la “naturaleza depredadora” que mostró al haber sostenido su modus operandi a lo largo de tantísimos años.
Claro que sus abusos no siempre fueron en el hospital: incluso, en algunos casos, llegaron a ser en los mismos domicilios de sus víctimas, aprovechando la relación de confianza que generaba con los adultos del hogar.
Después de la primera denuncia en su contra, los investigadores comenzaron a seguirle los pasos y a medida que las pericias iban abriendo el camino a la verdad, aparecían otras víctimas que contaban su triste experiencia. El mayor de los damnificados, tiene en la actualidad 43 años.
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