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Roller derby: juego, mística y amistad sobre ruedas

Roller derby: juego, mística y amistad sobre ruedas

Sofía Sandoval

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Neuquén.- Quizás la presencia de un grupo de adolescentes afuera del gimnasio ya adelanta lo que se está gestando adentro, donde cuatro equipos de patinadoras se preparan para enfrentarse en un cuadrangular de roller derby, un evento autogestionado por el equipo Las Malditas X que busca posicionar este deporte alternativo en Neuquén.

Mientras esperan, las canciones de rock se superponen en los altoparlantes y la ventana del buffet despide un penetrante olor a choripán que se mezcla con las ofertas de panchos, tortas y hamburguesas veganas que ofrecen a los asistentes.

Para las jugadoras, este tipo de evento es la única oportunidad de encontrarse y competir. “No es como en el fútbol, donde hay torneos, ligas y canchas por todos lados”, dice Daniela, una de las Malditas.

Cuando se mencionan las palabras roller derby, hay muchos que sólo ensayan un gesto de desconcierto, mientras que los demás se imaginan un deporte rudo. “Piensan que te ponés los patines y ya salís con un ojo negro”, explica una jugadora de Las Hijas del Pantano, quienes llegaron desde Zapala para disputar el cuadrangular.

Pero, ¿cómo conocieron ellas este deporte que aún lucha por hacerse conocido en Argentina? La película Whip It, con Drew Barrymore, fue la puerta de entrada para muchas, pero hay otras que llegaron por recomendaciones de amigos o por la simple intención de convertir su gusto por los patines en un deporte de equipo.

“El derby es un deporte de contacto”, dice la voz imponente de Azul. Por eso –aclara- el rol del referí es muy importante. “No es pegar por pegar, no es un vale todo”, asegura Yamila, otra de las zapalinas.

Daniela coincide. “En el derby hay lugar para todo tipo de cuerpos”, dice y mira a las competidoras, que son una muestra cabal de lo inclusiva que es la disciplina. Daniela, que tiene 39 años, asegura que el deporte tampoco conoce de edades. “Como implica cierto riesgo, exigimos que sean mayores de 18 años, pero en nuestro equipo hay madres e hijas, tías y sobrinas e incluso algunos varones”, explica.

“Me gusta el derby porque acá tu equilibrio depende del otro”. Daniela

“Argentina tiene muy buen nivel internacional. Ya tenemos dos equipos federados”. Tamara

“Llegué a este deporte porque las vi jugando; es una actividad que requiere mucho entrenamiento”. Leila

El juego

Después de las dos de la tarde, las Malditas se preparan para estrenar la pista y darle vía libre al cuadrangular. Mientras el equipo blanco gasta las ruedas sobre el piso de cerámicos, las chicas de camiseta negra ensayan bloqueos y paredes para detener a una posible rival.

Los referís dan un toque de silbato y el partido comienza. Dos jugadoras de distintos equipos, identificadas con una estrella en el casco, intentan sobrepasar a sus rivales y hacer una vuelta, que significará un tanto para su conjunto. Con maniobras en los patines, las chicas tratan de superar las manos entrelazadas de las contrarias, que hacen lo posible por impedirles el paso.

En el segundo jam, Maldita Furiosa, con el número 15, no titubea y va al choque con tal de hacerse un lugar. Aunque las de camiseta negra resisten, siempre encuentra un vericueto para colarse y recorre con rapidez el resto de la pista, con un tanto anotado y una sonrisa que deja al descubierto el color rojo de su protector bucal.

La demostración termina con un abrazo de grupo y la pista nuevamente libre para recibir a otras patinadoras que se enfrentarán en un nuevo partido, demostrando que el roller derby rueda cada vez con más fuerza en la ciudad.

Colores y apodos que le dan un toque muy singular

El imaginario popular distingue al roller derby por una estética oscura que mezcla ingredientes del punk con un distintivo toque femenino. En Neuquén, ese aspecto está algo más apaciguado, pero a nadie le sorprende ver melenas de varios colores entre las jugadoras, cordones fluor para los patines, medias tres cuartos a lunares o cancanes negros.

La mística del deporte se completa con los apodos que usan las jugadoras. En las camisetas se leen denominaciones como Ultraviolenta, Felina, Antigil o Clonazepunk.

“Los nombres se los puede poner cada jugadora o te los pone tu equipo cuando detecta algo llamativo en tu personalidad”, explica Azul que, para el derby, se hace llamar Mabeeel. Según aclara, el nombre salió de una canción de Damas Gratis. ¿Quién lo eligió? Azul se ríe: “Un poco mi equipo y un poco yo”.

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