A cuidar el corazón: por qué hay factores de riesgo que afectan más a las mujeres
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad de la población femenina en la Argentina.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad de la población femenina en la Argentina. Sin embargo, durante muchos años fueron subestimadas.
Pero se sabe que las mujeres no sólo sufren de igual forma las patologías del corazón sino que algunos factores de riesgo las afectan en mayor medida o incluso en manera exclusiva, según estableció la ciencia. A esto se suma que hay diferencias en cómo y cuándo se presentan los síntomas. Por eso, para prevenir y detectar a tiempo, es importante dejar de lado las falsas creencias y que cada caso tenga un abordaje personalizado y especializado.
Se estima que casi 54 mil mujeres mueren cada año por enfermedades asociadas al corazón y el sistema circulatorio (hipertensión, isquemias o insuficiencia cardíaca), lo que constituye la principal causa de decesos, según la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) que incluso presentó un proyecto de ley para declarar al 9 de octubre Día Nacional de Concientización de la Enfermedad Cardiovascular en la Mujer.
Los últimos datos publicados en el sitio oficial del Ministerio de Salud de la Nación son contundentes. En 2023 se registraron en la Argentina casi 100 mil muertes por todas las enfermedades del sistema cardiovascular, y de ese total el 49,6% de los casos corresponde a la población femenina. Un dato que este 8 de marzo, cuando se conmemora el Día Internacional de la Mujer, no puede pasar inadvertido.
“La primera causa de mortalidad en la mujer está representada por las enfermedades cardiovasculares, por lo cual su diagnóstico precoz es de suma importancia. Hacer detección temprana puede bajar el riesgo cardiovascular y prevenir eventos graves como el infarto agudo de miocardio y el accidente cerebrovascular. En cuanto a la edad de presentación, en el género femenino, estas patologías suelen ser más tardías, en general luego de los 55 años. Además, los síntomas pueden no ser tan característicos y muchas veces se presentan de manera más solapado o incluso asintomática. Por estos motivos, podría existir un subdiagnóstico en este grupo poblacional”, explicó Viviana Cavenago (MN 134319), cardióloga del Instituto Cardiovascular ICBA.
Las diferencias en factores de riesgo y síntomas
Tal como explicaron las expertas, se ha demostrado que existen diferencias entre varones y mujeres en las características clínicas y etiológicas, el perfil de factores de riesgo cardiovascular, la realización de pruebas diagnósticas, las medidas terapéuticas y hasta en el pronóstico de estas patologías. “En el caso de las mujeres se habla de factores de riesgo cardiovascular convencionales, como la hipertensión, diabetes, dislipemia, tabaquismo, obesidad y sedentarismo; pero se agregan aquellos denominados no convencionales, relacionados fundamentalmente con estadios hormonales, como la menopausia o desarrollados durante el embarazo (hipertensión en la gestación, pre-eclampsia, diabetes gestacional), como así también factores relacionados a enfermedades autoinmunes”, remarcaron.
Muchos de estos factores se relacionan directamente al estilo de vida, en especial aquellos que están asociados con aspectos psicosociales, la personalidad, los niveles y el manejo del estrés (que según estudios recientes puede afectar a las mujeres hasta tres veces más que a los hombres), la calidad del sueño, la contaminación ambiental, los desbalances hormonales y las enfermedades autoinmunes e inflamatorias.
Síntomas diferentes
“Es importante destacar que las mujeres pueden presentar síntomas cardiovasculares diferentes a los de los varones, lo que puede llevar a un diagnóstico y tratamiento tardío. Por lo tanto, es fundamental que los profesionales de la salud estén concienciados sobre la enfermedad cardiovascular en las mujeres y que se tomen medidas para prevenir y tratar esta condición de manera efectiva”, aseguró la experta.
Los especialistas hicieron hincapié en que “escuchar los síntomas es primordial y puede ayudarnos a prevenir eventos graves o fatales. Síntomas característicos como dolor de pecho opresivo, palpitaciones o falta de aire siempre deben motivar la consulta. Pero también hay que prestar atención a síntomas más solapados o no tan característicos como ser sudoración profusa, desvanecimiento, molestias en el pecho al realizar esfuerzos físicos o dolores en la mandíbula o la espalda".
Las patologías del corazón y la menopausia
El riesgo cardiovascular aumenta después de la menopausia. De todas formas, la edad no es un factor excluyente. “Dentro de las distintas etapas de la vida de la mujer, podemos describir diferentes escenarios, por ejemplo, hipertensión del embarazo. Luego de la menopausia, cuando hay una declinación del nivel de estrógenos, aumenta el riesgo de enfermedades como angina de pecho, infarto de miocardio y arritmias cardiacas. La hipertensión arterial también suele ponerse de manifiesto a edades más avanzadas”, explicó Cavenago.
Controles y tips para prevenir
Para tener el corazón bien controlado, el primer paso es realizar una consulta médica en la que se buscará identificar antecedentes personales y familiares, para detectar la presencia de factores de riesgo. El objetivo es entender cuál es el riesgo que presenta cada paciente de padecer un evento cardiovascular, para poder abordar de manera individual el tratamiento.
Más allá de los controles médicos, las pacientes tienen una “tarea” para colaborar con la prevención y que se basa en hacer varios cambios en su estilo de vida y hábitos diarios. Estos además pueden incidir significativamente en las perspectivas de tratamiento si finalmente la patología aparece. Los principales tips de cuidado son:
- Mantenerse en movimiento: realizar ejercicio físico regularmente, ya sea aeróbico (caminar, correr, nadar) o de fuerza, ayuda a reducir el riesgo cardiovascular.
- Seguir una alimentación saludable: consumir una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras.
- Controlar el estrés: practicar técnicas de reducción del estrés, como la meditación o el yoga, también son de gran ayuda.
- No fumar: dejar el cigarrillo para quienes ya tienen el hábito puede ayudar a reducir el componente inflamatorio que se genera en el organismo, causante principal del desarrollo de enfermedad cardiovascular.
- Controlar la presión arterial: es importante mantenerla en niveles saludables para disminuir el riesgo de eventos coronarios.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario