Día del médico: por qué se celebra el 3 de diciembre
La jornada conmemora el nacimiento de un médico cubano que hizo aportes clave para la medicina. En Argentina también se recuerda a René Favaloro.
El 3 de diciembre se celebra el Día Panamericano del Médico con el objetivo de destacar el rol fundamental que cumplen los profesionales de la salud en la sociedad. Esta jornada se celebra en varios países de Latinoamérica que adhirieron a la iniciativa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En 1953, la OPS, con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), decidió declarar el Día Panamericano del Médico en recuerdo del Dr. Carlos Juan Finlay. Tres años más tarde, la Argentina se sumó a esta iniciativa gracias al impulso del Colegio Médico de Córdoba.
Carlos Juan Finlay y Barrés fue un médico y científico cubano, nacido el 3 de diciembre de 1833. A pesar de cursar su formación académica en Europa, la Universidad de La Habana no reconoció sus títulos y debió volver a matricularse en el Jefferson Medical College de Philadelphia, Estados Unidos. Fue allí donde estudió epidemiología y se especializó en los procesos de contagio de enfermedades, lo que resultaría esencial para los años siguientes.
Finlay fue convocado por el ejército de Estados Unidos para evaluar un problema preocupante en las fuerzas armadas, que era la elevada cantidad de bajas entre los soldados por causa de la fiebre amarilla. De esta manera, en 1881 realizó uno de los descubrimientos más trascendentales de la humanidad: el mosquito Aedes aegypti era el factor clave en la transmisión de esta enfermedad. El científico descifró que cuando esta variante del insecto alado pica a una persona infectada con esta patología, contrae este virus y puede transferirlo a las otras personas que pique.
El 18 de febrero de ese mismo año, presentó esta hipótesis ante la International Sanitary Conference, pero este organismo rechazó su trabajo. Nueve años más tarde, la Walter Reed Commission, una institución orientada a la investigación de la fiebre amarilla, confirmó su teoría y le otorgó un reconocimiento por su hallazgo.
Lecciones de René Favaloro sobre la salud, la medicina y la sociedad
1- La ciencia como un acto espiritual
“La ciencia es una de las formas más elevadas del quehacer espiritual, pues está ligada a la actividad creadora del intelecto, forma suprema de nuestra condición humana”, según sus declaraciones en una Conferencia en la Universidad de Tel Aviv, 1995.
2- La medicina debe ser accesible a todos
“Los progresos de la medicina y de la bioingeniería podrán considerarse verdaderos logros para la humanidad cuando todas las personas tengan acceso a sus beneficios y dejen de ser un privilegio para las minorías”, dijo el cardiólogo en el Congreso de Bioingeniería que se desarrolló en Buenos Aires, en 1999.
3- El rol primordial de la prevención
En su disertación en la Conferencia del Congreso Interamericano de Cardiología, en agosto de 1999, Favaloro destacó que “la prevención y el control de enfermedades son fundamentales para la mejora continua de la salud de la población. Para ello se deben tomar medidas destinadas a producir cambios en el nivel de vida de las poblaciones marginadas y eliminar las desigualdades evitables e injustas en términos de salud y bienestar individual y colectivo, demanda persistente y creciente de las sociedades latinoamericanas”.
4- El compromiso social en la medicina
En su mensaje a los estudiantes reunidos en Glacier Park Lodge, Montana, Estados Unidos, en 1993, Favaloro citó una frase de su libro Don Pedro y la educación: “Debemos trabajar, trabajar y trabajar con pasión. Siempre habrá tiempo para el ocio fecundo, en beneficio de todos. Hemos de esforzarnos para mejorarnos individualmente, pero entendiendo que formamos parte de una sociedad que demanda nuestra participación. Cuanto más destacada sea nuestra posición individual, más grande será nuestro compromiso social. Hay que aprender a no marearse con las alturas de la montaña. En la montaña de la vida nunca se alcanza la cumbre”.
5- El derecho a la salud
Favaloro insistía en que la salud debía ser entendida no solo desde un punto de vista físico, sino también como parte de un todo que incluye la educación, la justicia social y la equidad. “Es imprescindible organizar la cooperación internacional entre los países desarrollados y en desarrollo y luchar todos juntos por una sociedad mejor, con mayor equidad y justicia social, que haga posible respetar y defender -junto con las demás conquistas sociales- el derecho inalienable del hombre a gozar de buena salud”, dijo el recordado cardiólogo en 1999, en la Conferencia Internacional sobre la Salud del Corazón en los Países en Desarrollo, en Nueva Delhi, India.
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