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La Mañana Satélite

Un satélite gigante caerá en algún lugar de la Tierra

Con el tamaño de un rinoceronte macho adulto, el satélite ERS-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA) se prepara para su último acto.

Con el peso de un rinoceronte macho adulto, el ERS-2 se extiende a lo ancho como un autobús y se despliega a lo largo de otro. Sin actividad desde hace 13 años, este gigante espacial se precipitará hacia la Tierra en las próximas horas. Lanzado en 1995 como el satélite más grande y avanzado de la Agencia Espacial Europea (ESA) para estudiar nuestro propio planeta, el ERS-2 cerrará su servicio desintegrándose en la atmósfera terrestre. Aunque debido a su tamaño, es probable que algunos fragmentos de hasta 52 kilogramos sobrevivan y caigan en varios puntos de la Tierra.

La Oficina de Desechos Espaciales de la ESA, en colaboración con una red de vigilancia internacional, sigue de cerca el descenso de este objeto de 2.3 toneladas. Al tratarse de un reingreso natural, sin posibilidad de maniobras, resulta imposible predecir con certeza dónde y cuándo volverá a ingresar a la atmósfera y comenzará a desintegrarse. La última estimación sugiere que ocurrirá alrededor de las 16:41, hora española, de este miércoles, con un margen de error de hora y media. Si se acierta con precisión, el impacto podría ocurrir en la costa oeste de Estados Unidos. "Esta incertidumbre se debe principalmente a la influencia de la actividad solar impredecible, que afecta la densidad de la atmósfera terrestre y, por lo tanto, la resistencia que enfrenta el satélite", señalan desde la ESA.

La Agencia Europea califica el proceso como "normal y seguro". Las probabilidades de que alguien resulte herido por el impacto de un fragmento del satélite son de 1 entre 100 mil millones. Asimismo, es más probable que caiga en el océano. La ESA asegura que, en caso de que algún fragmento sobreviva, no contendrá sustancias tóxicas ni radiactivas.

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El satélite captado estos días por Heo Space entrando en la atmósfera.HEO SPACE

El satélite captado estos días por Heo Space entrando en la atmósfera.HEO SPACE

Junto con su casi gemelo, el ERS-1, lanzado cuatro años antes, el ERS-2 recopiló una gran cantidad de datos valiosos sobre el cambio climático, la disminución del hielo polar, los cambios en la superficie terrestre, el aumento del nivel del mar, el calentamiento de los océanos y la química atmosférica. También ha monitoreado desastres naturales como inundaciones o terremotos en partes remotas del mundo. Cuando se lanzó el ERS-2, la noción de cambio climático era mucho menos apreciada y comprendida que hoy, pero sus datos proporcionaron a los científicos una comprensión temprana del impacto humano en el planeta.

Ambos satélites estaban equipados con un impresionante conjunto de instrumentos que incluían un radar de apertura sintética de imágenes, un altímetro de radar y otros potentes sensores para medir la temperatura de la superficie del océano y los vientos marinos. El ERS-2 también tenía un sensor adicional para medir el ozono atmosférico. Sus datos siguen siendo utilizados en la actualidad y están disponibles en el Programa Espacial Heritage de la ESA.

La historia de satélite

El satélite fue sometido a 66 maniobras de desorbitación entre julio y agosto de 2011, completando así su misión. Estas maniobras consumieron el combustible restante del satélite y redujeron su altitud promedio de 785 kilómetros a aproximadamente 573 kilómetros, disminuyendo en gran medida el riesgo de colisión con otros satélites o desechos espaciales, y asegurando que la órbita del satélite decayese lo suficientemente rápido como para reingresar a la atmósfera en los siguientes 15 años.

Con cada lanzamiento de satélites, la gestión de desechos espaciales y su eliminación segura se vuelve cada vez más crítica, con el objetivo de mitigar la acumulación de más desechos espaciales.

La empresa australiana HEO, que colabora con la Agencia Espacial del Reino Unido, capturó imágenes del ERS-2 dando vueltas durante su reentrada los días 14, 28 y 29 de enero, así como el 3 de febrero, cuando se encontraba a unos 300 kilómetros de altitud. La semana pasada alcanzó los 200 kilómetros y comenzó a caer a una velocidad de unos 10 kilómetros por día. Su velocidad de descenso aumentará rápidamente y, cuando alcance los 80 kilómetros, comenzará a desintegrarse en pedazos.

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