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¿Cómo se llama tu uva?: Confusiones y rarezas

Ya sea por las regiones, los modismos o los estilos locales, cada varietal de vino tiene su nombre y, detrás de ello, una historia.

Estamos familiarizados con un puñado de ellas: si nos dicen Malbec sabemos de qué estamos hablando, si nos dicen Cabernet Sauvignon lo mismo y otro tanto si alguien deja caer al pasar una de las rara, las alemanas Riesling o Gewürztraminer. ¿Pero qué pasa cuando se habla de Auxerrois o Vidure?

Como con las recetas de cocina, que a menudo tienen distintos nombres en distintas partes de un país o entre países –el puchero y el cocido es un perfecto ejemplo– con las variedades de uva pasa lo mismo. De hecho, Auxerrois es uno de los tantos nombres con la que se conoce en Francia al viejo y querido Malbec. Es que a lo largo de los siglos las variedades de uva fueron teniendo distintos nombres.

Algunas regiones lograron imponer el suyo a nivel global, como sucede con las variedades bordelesas (más abajo damos ejemplos de algunas) y otras, simplemente fueron rebautizadas en destino por es manía tan humana de apodar todo lo que nos es familiar, sea por cariño, divertimento o distinción. A continuación un petit compendio de curiosidades detrás las variedades y sus sinónimos, todos legalmente aceptados.

Malbec. Así conocemos en Argentina a esta variedad oriunda de Cahors, Francia. Sólo que allá la tienen por Côt. Hay una pequeña diferencia entre ellas, sin embargo, siendo esta última un clon de la primera. Pero más allá de la precisión –inútil para cualquier paladar– el Malbec hasta 1972 en Argentina se llamó Malbeck, año en que el INV aceptó latinoamericanizarla sacándole la K a pedido de un importador norteamericano que con buena puntería notaba que la K no tenía sabor argento.

Quienes la han estudiado a fondo, aseguran que el nombre proviene de unos viticultores húngaros que a comienzos del siglo XIX trabajaron con la variedad y que se apellidaban, claro, Malbeck. Para añadir un punto más de confusión a este berenjenal, hasta entonces se la conocía como Auxerrois, tal y como se la nombra el macizo central en Francia entre los productores.

Cabernet Sauvignon. Esta es una variedad de nombre universal. Sin embargo, en el pasado llevó otro título hasta que decantó el nombre y el apellido con el que la llamamos. En Aquitania se la conocía como Petit Vidure en contraposición al Gran Vidure, hoy Carménère, con quienes compartían cartel en el siglo XVIII.

Su nombre actual, sin embargo, encerró un enigma cuya historia permaneció bajo un halo de sospecha hasta 1996, en que el ADN fue lapidario: nacida de un cruzamiento en el siglo XVII entre Cabernet Franc y Sauvignon Blanc, el viticultor que la multiplicó también usó el nombre de cada una. O quizás no. Quizás es un uso posterior. Lo que está claro hoy es que nadie en el mundo le pide al sommelier un Petit Vidure.

¿Tannat o Harriague? Esa es la cuestión. Para el Instituto Nacional de Vitivinicultura, no hay misterio: es la misma uva con dos nombres. Pero si todo el mundo sabe hoy que el Tannat tiene garra charrúa, lo que pocos saben es que fue un inmigrante vascofrancés llamado Pascual Harriague el que le dio el empujón.

Con aplomo típicamente uruguayo, del otro lado del Río de la Plata no tardaron en llamar a una con el nombre del otro: así, la uva de Harriague se coló de boca en boca y de copa en copa en los manuales de historia y la listas de sinonimias aceptadas.

El problema de Montepulciano. Es un asunto de examen en cualquier prueba de vinos. Existe el Vino Nobile de Montepulciano, que se elabora en torno al pueblo homónimo de la Toscana y existe la variedad de uva conocida como Montepulciano D’Abruzzo, que se cultiva y embotella en la región de Abruzzo. No tienen nada que ver entre sí, salvo que las palabras “Monte” y “Pulciano” explican parte del problema: denomina la montaña del comandante o líder, en etrusco antiguo (si damos crédito a la etimología). Y de esa tipo de colinas debe haber habido muchas en el pasado, todas con vides.

Pero para sumar a la confusión, en el mundo está prohibido el uso de Montepulciano para llamar a la uva, ya que confunde más de lo que aclara. Se aceptan otros sinónimos como Cordisco o Torre dei Passeri, ambas usables en Argentina.

Balsamina no juega más. En Río Negro se llamó hasta 2012 Balsamina al Syrah. Pero el 22/06/2012, hace casi diez años, se cortó el chorro: obligados a zanjar la cuestión el INV publicó el listado de variedades y sinónimos aceptados para las uvas en Argentina a raíz de la confusión entre Balsamina y Syrah. Como resultado, Balsamina no juega más en el mapa varietal, pero quedaron otros nombres en pie para la uva del sur de Francia.

En el listado actualizado en octubre de 2021, sin embargo, queda flotando una sospecha: se reconoce como la misma uva a las que se llaman Petit Syrah, Shiraz y Sirah. Pero hete aquí que existe otra uva llamada Petit Sirah (nótese el cambio de las íes) que tiene vida propia, está aprobada en Chile y se embotella como tal.

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Cuando fue descripta por primera vez, por el naturalista Damián Hudson, esta variedad de uva nativa, por su parecido, fue nombrada por el como Torrontés en honor a las uvas españolas. Pero no tienen nada que ver entre sí, por eso a esta última se le añade Torrontés Riojano aunque se la acepta sin el apellido.

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