Los siete países que componen el grupo intentaron tender puentes con el gigante asiático, pero reclamaron por la paz en la región de Asia y el Pacífico.
Los líderes del G7, reunidos en la ciudad japonesa de Hiroshima, aseguraron que quieren tener “relaciones constructivas y estables” con China, pero advirtieron sobre sus “actividades de militarización” en la región de Asia y el Pacífico.
En un comunicado, los países del grupo -Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia- expusieron una serie de preocupaciones sobre las actividades económicas y militares del gigante asiático.
Al mismo tiempo, todos ellos trataron de mantener la puerta abierta a la cooperación y evitar que se agraven aún más las tensiones entre la segunda economía más grande del mundo: “Estamos dispuestos a construir relaciones constructivas y estables con China, reconociendo la importancia de comprometernos con franqueza y expresar nuestras preocupaciones directamente a China”.
Por otra parte, las autoridades de las naciones intentaron tender puentes: “Nuestros enfoques políticos no están diseñados para dañarlos ni buscamos frustrar el progreso económico y el desarrollo de China”.
“Llamamos al país a dialogar con nosotros, incluso en foros internacionales, sobre temas como la crisis climática y la biodiversidad”, añadió el texto.
Al mismo tiempo, reafirmaron su “oposición” a cualquier “militarización” en la región Asia-Pacífico, asegurando que no existe “fundamento jurídico” para las “reivindicaciones marítimas expansivas” de la potencia oriental.
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