Los hinchas xeneize agarraron la calculadora y sacan cuentas para avanzar a la próxima fase en la previa al duelo ante Auckland City.
El gol a los 83 minutos de juego que terminó confirmando la derrota ante el Bayern Múnich obligó a Boca a agarrar la calculadora y empezar a hacer cuenta para ver cuáles son las posibilidades que tiene el equipo de Miguel Ángel Russo para clasificar a los octavos de final del Mundial de Clubes que se disputa en Estados Unidos. En el xeneize se ilusionan a pesar de que no dependen de si mismo.
La derrota 2-1 ante los Bávaros dejó satisfecho a los hinchas que colmaron el Hard Rock y le vendieron caro la derrota que le permitió a los alemanes clasificar a la próxima instancia del certamen. Ahora Boca solo piensa en hacer un buen papel en la última fecha ante Auckland City, un modesto club de Nueva Zelanda con jugadores que no se dedican exclusivamente al fútbol y que suman 16 goles en contra en dos partidos, y que los portugueses no sumen.
El xeneize necesita ganar si o si en el último duelo de fase de grupos que disputará el próximo martes 24 a partir de las 16 horas para igualar transitoriamente el puntaje de los portugueses. Sin embargo, en simultaneo jugarán Bayern-Bénfica: para mantener las esperanzas vivas necesita que los alemanes se lleven la victoria (le permitirá a los xeneize igualarlo en puntos) y, para dar una mano aun mayor, golearlo para restar en la diferencia de gol favorable que tienen los portugueses actualmente (+6, mientras que Boca tiene -1).
Sin embargo Boca tiene una tarea difícil ya que debe ganar, además golear para no sufrir complicaciones y en caso de igualar los puntos tener una buena diferencia de gol que lo meta en la próxima fase. Si hay igualdad en la DG se analizará la cantidad de tantos anotados y, luego, la regla del fair play. En el xeneize se ilusionan con el milagro aunque depende de muchos factores propios como externos.
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