El nuevo presidente del xeneize mostró gestos de preocupación por el rendimiento que mostró el equipo que entrena Diego Martínez.
Desde hace varios años Boca vive un proceso de recambio de entrenadores en vistas de conseguir fortalecer un plantel que sea competitivo tanto en el fútbol nacional como internacional, pero el objetivo se le viene haciendo más difícil de lo que los hinchas xeneizes quieren. Más allá de los simpatizantes, el comisión directiva no termina de poder conseguir tranquilidad durante el encuentro por algunas falencias que sigue teniendo el plantel a pesar de la nueva idea que está implantando el nuevo entrenador Diego Martínez.
En el palco del nuevo presidente del xeneize Juan Román Riquelme ya no se veía el mate en manos, ni tampoco tranquilidad por lo que ofreció el equipo que tuvo como figuras a los refuerzos Cristian Lema y Kevin Zenón. Ni siquiera a Riquelme, destacado por mostrar una personalidad tranquila a la hora de ver los encuentros del elenco azul y oro, se lo vio tranquilo este domingo.
En una de las imágenes que tomó la transmisión oficial del partido ante el Halcón, se lo vio al histórico ‘10’ del xeneize de camisa, tapándose la boca y dando indicaciones sobre el funcionamiento del equipo desde las alturas del palco. De ese modo lo hace en los diferentes encuentros donde Boca juega en su casa, acompañado muchas veces por los distintos integrantes del consejo de fútbol conformado por exjugadores que brillaron en la época dorada de Carlos Bianchi como entrenador del club.
Riquelme confió en el trabajo de Martínez luego de que este pase por Tigre y Huracán de Parque Patricios, donde decidió rescindir contrato para poder cumplir su sueño de entrenar al equipo de La Ribera. Pero las caras que mostró Riquelme en el encuentro con el halcón de Varela no fueron de satisfacción por el juego exhibido, carente de buen fútbol y al que le cuesta generar chances claras de anotar un tanto.
La gente de Boca pidió "un poquito más de huevo"
Boca no logró imponer su juego sobre Defensa y Justicia, y se tuvo que conformar con un empate en cero en el que fue su primer partido del campeonato en la Bombonera, que lució su campo de juego recuperado. Por el mal estado de la cancha, el anterior partido de local lo había jugado en el estadio de San Lorenzo.
El encuentro fue parejo y tuvo muchas imprecisiones, en especial por el lado del equipo de Diego Martínez, quien intentó llevar la iniciativa del juego pero no pudo nunca mostrar una superioridad concreta sobre su rival.
Defensa se fue con un resultado que lo conforma, más allá de que en el primer tiempo tuvo un poco más de orden y equilibrio. Pero aun así no alcanzó a tener profundidad.
El “hay que poner un poquito más de huevo…” del final de la gente de Boca hacia sus jugadores fue todo un mensaje, porque claramente no les gustó el juego del equipo ni la forma por momentos excesivamente paciente que tiene el conjunto de Diego Martínez, quien siempre intenta que sus equipos dominen desde el control de la pelota más que a través de los ataques directos.
Pero no lo hizo. Apenas, en una distracción de Defensa y Justicia, tuvo su jugada más peligrosa con un remate que pegó en el travesaño. Pero fue tan inesperada que muchos creyeron que era una jugada anulada, aunque no fue así: pudo ser el 1-0 del Xeneize.
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