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La Mañana bromatología

Endurecen controles en elaboración de comida

Todos los locales deberán exhibir un certificado de correcta manipulación.

La ciudad de Neuquén se puso más estricta con los controles de elaboración de alimentos para asegurar la calidad de los productos destinados a su comercialización. Si bien en la ciudad existe desde 2002 una ordenanza que obliga a quienes intervienen en la cadena de comercialización a realizar un curso de manipulación de alimentos, desde la semana pasada rige una que busca ampliar sus alcances.

Se trata de la modificación del artículo 1 de la Ordenanza 9594 que obliga a los elaboradores, fraccionadores, vendedores y a quienes transporten este tipo de mercadería a acreditar la certificación del curso de manipulación de alimentos. Lo nuevo de la normativa es que también incluye a partir de ahora a cualquier persona que tome contacto directo con los alimentos destinados a la venta en la ciudad.

La modificación de la normativa fue aprobada en septiembre por el Concejo Deliberante, pero fue promulgada días atrás.

La ordenanza modificada dice que “será obligatoria la realización de todo otro curso o capacitación gratuita que el Órgano Ejecutivo Municipal considere necesario, para instruir a los manipuladores sobre buenas prácticas higiénicas y sobre la prevención del desarrollo de enfermedades transmitidas por alimentos (ETA)”.

En el Municipio sostienen que la manipulación correcta de alimentos “es esencial para evitar la transmisión de enfermedades”.

Cursos

Por esta razón, el Municipio organiza cursos básicos gratuitos y que si bien constituyen un requisito obligatorio para la obtención de la libreta sanitaria para los comerciantes gastronómicos, están abiertos a todos los vecinos atentos a la seguridad alimentaria de sus familias. En promedio asisten 400 personas por mes, entre comerciantes y vecinos, a estas capacitaciones solamente en la sede de la dirección de Calidad Alimentaria de Islas Malvinas 1850. Además, se sale a las escuelas e instituciones a dar charlas.

Sergio Olivera, director de Prevención de Enfermedades Bromatológicas, explicó recientemente que si bien estos cursos están dirigidos básicamente a los comerciantes que trabajan con alimentos, “también lo sugerimos al vecino porque si manipulamos los alimentos practicando normas higiénicas básicas podemos evitar que nuestras familias enfermen por consumir un alimento contaminado”. Lo mismo para el caso de celíacos, para quienes esos productos no pueden entrar en contacto con otros.

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