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La Mañana Volcanes

Están las 24 horas tomándoles el pulso a los dos volcanes

Un sistema de monitoreo permite registrar la actividad del Lanín y el Copahue para tener alertas tempranas. El programa continuará en Domuyo, Tromen y Laguna del Maule.

En un rincón casi oculto sobre calle Belgrano, una serie de pantallas les toman pulso a los volcanes de Neuquén. A partir de una millonaria inversión, casi 30 empleados de Defensa Civil se rotan las 24 horas del día para conocer el minuto a minuto de la actividad volcánica de la provincia y así elaborar reportes de alerta temprana para evitar los peligros del Copahue y el Lanín.

Tanto el Copahue como el Lanín son volcanes activos. El primero ya acostumbró a la población a sus erupciones, con eventos de magnitud en el año 1992, en el 2000 y, el último, en 2013, a los que se suman frecuentes pulsos eruptivos en temporadas de invierno y de deshielo, cuando llega nieve al cráter y esa mezcla de temperaturas lo hace toser.

El Lanín, en cambio, parece un volcán dormido. “En geología se establece que un volcán es inactivo cuando no se registra ningún evento en los últimos 10 mil años, que en escala geológica es poco tiempo, pero es mucho para la escala humana es muchísimo tiempo”, explicó Gerónimo Millain, geólogo de Defensa Civil de la provincia. Según investigaciones de material que se encontró cerca del cráter, este cono neuquino tuvo actividad hace unos dos mil años, por lo que se considera un volcán activo.

Hasta hace poco tiempo, tanto la provincia de Neuquén como el Servicio Geológico Minero Argentina (SEGEMAR) se nutrían de los datos que aportaba una estación sísmica chilena sobre el volcán Lanín. En octubre y en febrero, y gracias a una millonaria inversión de la provincia y aportes del gobierno nacional, se instalaron estaciones de monitoreo en ambos volcanes, con el objetivo de elaborar reportes de alerta poblacional y coordinar posibles evacuaciones en caso de que se produzcan eventos.

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“El Centro de Información de Alerta Temprana monitorea en tiempo real el estado del tiempo y el comportamiento de los volcanes Lanín y Copahue”, expresó Martín Giusti, director de Defensa Civil de la provincia. Según explicó, estos datos se comparten con todas las localidades del interior y también con las oficinas del SEGEMAR en Buenos Aires. Desde allí viajan a Chile, que también se ve afectada por la actividad volcánica en el límite fronterizo, y también a los servicios geológicos de Estados Unidos y otros países.

Contar con información en tiempo real de la actividad volcánica tiene grandes beneficios para Neuquén. En primer lugar, se pueden establecer alertas tempranas para saber cómo actuar en caso de emergencia. “Hay volcanes como el Copahue que pasan de alerta verde a amarilla, de amarilla a naranja y así hasta roja, pero el volcán Puyehue, por ejemplo, pasó de verde a rojo en cuestión de horas”, dijo Millain.

OPERATIVO VOLCANES INFORME

En el caso de esa erupción, las alertas llegaron desde Chile cuando la localidad de Villa La Angostura ya estaba cubierta de cenizas, lo que no permitió una actuación rápida para evitar riesgos mayores. Ahora, con información local y en tiempo real, Defensa Civil puede ganar un tiempo valioso para evitar daños a partir de los riesgos volcánicos.

Millain explicó que cada volcán tiene su propio carácter. Como si tuvieran una huella digital irrepetible, cada uno se comporta de forma distinta, y sólo con años de investigación se puede prever cómo van a actuar a continuación. Por eso, la provincia colocó estas estaciones sísmicas, que funcionan como un holter conectado las 24 horas a cada formación. Así, las pantallas de Defensa Civil muestran una serie de líneas similares a un electrocardiograma: son los sismogramas, que delatan cada movimiento que tienen los volcanes.

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Las líneas oscilantes parecen meros garabatos para el observador inexperto. Por eso, Gerónimo y otros geólogos de la oficina se abocan a interpretar las líneas para determinar si es necesario cambiar el nivel de alerta de cada volcán, que puede ser verde, amarillo, naranja o rojo, y a elevar reportes poblacionales en caso de que haya que evacuar alguna población o tomar medidas especiales para evitar riesgos.

“Tener estos datos en tiempo real va a permitir formar a una gran cantidad de profesionales de la provincia”, señaló Mariano Paniccia, integrante de la Oficina Provincial de Tecnologías de la Información y la Comunicación (OPTIC) y uno de los responsables de la instalación de las estaciones sísmicas en los remotos terrenos del volcán. Durante el operativo de montaje, comprendió cuán preparada está la provincia de Neuquén para desarrollar tareas de alta complejidad en espacios inhóspitos.

-> La odisea de instalar las bases

“El equipamiento fue comprado durante la gestión de Jorge Sapag y, cuando yo llegué en 2017, todavía estaba guardado”, dijo Giusti y aclaró que fue necesario el apoyo del Estado nacional para el aporte de equipamiento complementario y capacitaciones para su utilización. Dijo también que se habían consultado precios para contratar la instalación de los sistemas en distintos puntos de los volcanes. El valor total era de 2,5 millones de dólares.

Por su costo elevado, se decidió que los mismos empleados de Defensa Civil instalarían los equipos. Luego de ser capacitados, recibieron el apoyo de la OPTIC y de Aeronáutica Neuquén para poder hacer los viajes hasta los distintos puntos elegidos. “Nos reuníamos en la base, se designaban las tareas y los helicópteros llevaban primero al personal y luego los equipos”, explicó Paniccia.

Los trabajadores tuvieron que hacer pozos profundos o nivelar la roca madre para poder instalar distintos sensores y sistemas de medición. Si bien los equipos son de alta tecnología, era necesario resguardarlos de las inclemencias del clima y garantizar su autonomía incluso en los temporales de nieve. Por eso, la instalación era el paso clave para colocar aparatos que estuvieran conectados las 24 horas a los nodos, ubicados en la base de cada volcán.

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“Desde los nodos locales se lleva la información a la provincia y al servicio nacional con más de un punto de conexión, en una redundancia de conectividad”, aclaró Paniccia. Este término implica que los datos no viajan por un solo carril. Por eso, aunque alguno falle, siempre habrá una vía de acceso para que la información esté disponible en tiempo real.

Gracias al trabajo coordinado de los expertos en informática, las autoridades de Defensa Civil pueden observar el comportamiento de los volcanes desde su teléfono celular. Los datos se cruzan con los que sigue aportando el servicio de información chileno, y así se conoce el comportamiento único de cada volcán.

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Los pasos a seguir

Según explicó Millain, los sensores ubicados sobre el volcán Lanín son importantes para conocer su carácter. Con pocos estudios realizados, cualquier evento volcánico podría activar una alerta roja que impactaría sobre la localidad de Junín de los Andes. “Quizás en unos años sepamos qué parámetros hay que tener en cuenta para emitir una alerta”, detalló. Es decir, es posible que esos eventos volcánicos registrados y nunca antes vistos formen parte del comportamiento normal del Lanín.

Giusti aclaró que hay objetivos a corto plazo para esta oficina. Además de los sistemas ya instalados en Lanín y Copahue, el objetivo es llegar con más estaciones sísmicas a otros volcanes de la provincia. Se prevé monitorear también el Domuyo, el Tromen y la Laguna del Maule. “Queremos hacerlo antes de abril para evitar la nieve, y la idea es instalar los de Tromen y Maule en forma simultánea para optimizar el tiempo”, concluyó.

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