FaceApp: polémica por la aplicación del "cambio de género" que transforma a políticos y famosos
La aplicación, de origen ruso, actualiza sus términos de uso para ser más transparente, aunque sigue sin aclarar los datos que comparte de sus usuarios
Face App, la aplicación creada por el ruso Yaroslav Goncharov que se hizo se hizo popular el año pasado con la función de envejecer los rostros, volvió a estar en boca de todos con el boom que generó la opción de cambio de género que permite transformar caras masculinas en femeninas y viceversa.
Más allá de su uso extendido, el filtro trae consigo una polémica. Es que el servicio incluye una peligrosa letra pequeña: existen dudas sobre su privacidad y su estrategia de comercialización de los datos personales de sus usuarios.
La aplicación, disponible para los sistemas operativos iOS y Android, incluye una tecnología neural que logra de manera automática generar transformaciones muy realistas de las imágenes. Para completar el proceso utiliza servicios de almacenamiento en la denominada "nube" de Amazon y Google y , aunque la plataforma se ha vuelto más transparente en aras de respetar la privacidad de sus usuarios en comparación con el pasado, los expertos siguen preocupados por la protección de datos.
Para utilizar la app es necesario dar permiso a ciertas funciones como la cámara y el carrete donde se almacenan las imágenes en el dispositivo móvil. "No divulgamos fotografías o vídeos de usuarios con empresas de terceros, con la excepción de la imagen cargada con los proveedores en la 'nube' Google y Amazon para proporcionar las funciones de edición", asegura la compañía en sus reglas de uso. Y agrega: "Podemos compartir su información personal con proveedores de servicios que prestan servicio en nuestro nombre o ayudan a operar la aplicación".
"Tiene una letra pequeña muy larga, segmentada por zonas y regiones, que además es distinta. La política de privacidad es teóricamente correcta, pero no son transparentes sobre con quién comparte información sin especificarlo. Dicen al principio que no comparten información con terceros, pero no indican para qué se va a transmitir la información y, sobre todo, tampoco para qué", opinó, en diálogo con el potal ABC, el experto jurista digital, Samuel Parra.
El servicio también quedó expuesto a acusaciones de racismo cuando se comprobó que uno de sus filtros blanqueaba la piel de usuarios de color con el supuesto objetivo de volverlas más atractivas. En su momento, Goncharov pidió disculpas por la situación y retiró las herramientas bajo cuestionamiento.
Otra de las cuestiones que }nquietan a los usuarios es la empresa desarrolladora, Wireless Lab, de procedencia rusa y su director general y fundador es el ingeniero Yaroslav Goncharov, quien la creó en 2014. La firma se ubica, sin embargo, en Wilmington, localidad del estado estadounidense de Delaware, considerado un paraíso fiscal. sin embargo, en la página web se publica que tiene sede en San Petersburgo (Rusia).
Con todo, miles de personas han publicado en sus perfiles de redes sociales los resultados de su foto manipulada, hasta el punto que muchos usuarios han querido comprobar el resultado con personajes famosos.
El sistema funciona a través de un algoritmo informático y redes neuronales para escanear los rostros y modificar algunos detalles de la imagen como las ojeras y otros rasgos faciales propios del género. De hecho, el software estereotipa los cánones de belleza femeninos y exagera, en cambio, las facciones masculinas.
En las redes no paran de circular fotos con el resultado de las transformaciones de políticos y famosos.
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