Sus padres llegaron a la Neuquén mucho antes del traslado de la capital. Dejó profundas raíces y frutos que alimentaron la historia neuquina.
Se llamaba Juana Amalia Bustingorry y fue la primera bebé recién nacida en ser anotada en el Paraje de la Confluencia, un día como hoy, de 1898, cuando este rincón del territorio ni siquiera había sido designado capital de Neuquén.
“Juanita”, como le decían, era hija del vasco francés Alejandro Bustingorry y la española Josefa Apestegui, una pareja que se había asentado primero en la provincia de Buenos Aires y luego había decidido probar mejor suerte en la Patagonia. El destino final de este matrimonio sería la zona donde hoy se encuentra El Chocón.
Juanita, la menor de nueve hermanos, prácticamente no conoció a su padre. En 1899, durante una crecida histórica que tuvo el río Limay, Alejandro sufrió una herida en una pierna, mientras intentaba salvar a su familia de aquella inundación y murió de una gangrena.
A partir de aquella tragedia, la vida de Josefa fue mucho más difícil, pero con el espíritu incansable de los pioneros, logró salir adelante y criar a toda la prole. Todos los hijos echarían raíces en la región y se convertirían con el tiempo en protagonistas del crecimiento que tuvo aquella ciudad que soñaron los fundadores. Todos tuvieron su propia historia, aunque en este artículo nos centraremos en aquella primera bebé que registraron en Neuquén, a fines del siglo XIX.
En la década del 20, Juanita conoció a Mauricio Arabarco, un hombre de origen vasco francés que también se había radicado en la Confluencia y se dedicaba a la cría de animales. Con este ganadero se casó y se afincó en un campo de El Cuy, provincia de Río Negro.
Juanita y Mauricio tuvieron cuatro hijos: Angélica, las mellizas Josefa y Estrella (esta última murió cuando era una niña) y Mauricio.
Los descendientes de aquel matrimonio también tuvieron su historia y echaron raíces profundas que se convirtieron en parte de la joven y rica historia que tiene la provincia de Neuquén.
Angélica, la hija mayor de Juanita, fue una destacada maestra, pero además desempeñó funciones como locutora en LU5, cuando la radio comenzó a dar sus primeros pasos a en 1945 y convocó a los vecinos para conformar ese primer staff de profesionales.
Josefa, también maestra, fue la primera mujer piloto civil del Aero Club Neuquén, pero también, la primera mujer concejal que tuvo la ciudad en el período constitucional que comenzó en 1958. Fue reconocida además en todo el país cuando en 1974 participó y ganó 5 millones de pesos en el famoso programa de televisión “Odol Pregunta” respondiendo sobre la vida del Perito Moreno.
Mauricio, conocido como “El Vasco”, se recibió de escribano, pero además fue un apasionado investigador sobre la historia neuquina. Dos libros de su autoría (“Mateando con Juanes” y “Costeando”) reflejan la nostalgia de aquella Neuquén agreste y humilde que soñaba con ser una gran ciudad.
¿Qué fue de la vida de Juanita? Enviudó joven –igual que su madre- pero tuvo una larga vida dedicada al trabajo del campo, siempre acompañada por el cariño de sus hijos. Murió en 1990, cuando tenía 92 años.
La historia la recuerda como el retoño más tierno que plantaron Alejando y Josefa apenas llegaron a la Confluencia y como la primera bebé que se registró en Neuquén, un día como hoy, hace 122 años.
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