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La condenaron por vender medicamentos nocivos para la salud: una joven murió

Acordaron una pena de 3 años de prisión en suspenso y el pago de una multa de $200 mil. La condenada era secretaría de un homeópata. Él aún no fue condenado.

Un médico homeópata de Buenos Aires (Mario Pedro Borgarelli) y una neuquina que hacía las veces de su secretaria fueron acusados en el mes de mayo por causarle la muerte a una joven paciente que había iniciado un tratamiento para obesidad. La víctima murió de un infarto que, según la autopsia forense, le generó la medicación recetada por el profesional, la cual está prohibida por la ANMAT. El homeópata acudía mensualmente a atender a sus pacientes en la región, sin tener matrícula provincial, y enviaba las drogas desde su provincia natal. La encargada de vender esos medicamentos, cobrar y distribuirlos, era la secretaria, Carmela Marta Giliberto, quien fue condenada a 3 años de prisión en suspenso y al pago de una multa de $200 mil.

Este lunes se realizó una audiencia en la que la fiscalía, representada por la fiscal María Eugenia Titanti, y la defensa, a cargo del doctor Gabriel Guitérrez, presentaron un acuerdo que fue homologado por el juez Mauricio Zabala, el cual contempló una pena en suspenso y el pago de una multa.

La secretaria del homeópata admitió su responsabilidad en los delitos que le imputaron, que son los de tráfico de medicamentos ocultando su carácter nocivo, en concurso legal con el ejercicio ilegal de la profesión, en este caso farmacéutica.

A la mujer se le atribuye haber vendido y distribuido medicamentos perjudiciales para la salud, producto de la cual Tamara Espinoza, de 30 años, falleció. Se pudo establecer que, por lo menos, la secretaria Giliberto realizó esa actividad ilegal desde noviembre del 2018 hasta principios del 2021, tiempo durante el que generó un importante lucro, parte del cual ahora deberá abonar en concepto de multa.

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La fiscal Titanti presentó el acuerdo ante el juez en el que condenaron a Carmela Marta Giliberto por haber vendido y distribuido medicamentos dañinos para la salud, motivo por el cual una joven murió.

La fiscal Titanti presentó el acuerdo ante el juez en el que condenaron a Carmela Marta Giliberto por haber vendido y distribuido medicamentos dañinos para la salud, motivo por el cual una joven murió.

El médico Borgarelli venía a Neuquén una vez al mes a atender a una gran cantidad de pacientes, a quienes veía en el domicilio de Giliberto, la secretaria, ubicado en el barrio Gregorio Álvarez. Allí les recetaba unos medicamentos que solo podían conseguir allí mismo, los cuales eran preparados en una farmacia de Buenos Aires y luego distribuidos por la secretaria neuquina.

Los tratamientos que recibían los pacientes en este centro de salud clandestino eran, sobre todo, de obesidad, alopecia y esterilidad. Debían pagar una consulta antes de ser atendidos y luego Giliberto recibía una nueva suma de dinero de seña para coordinar el envío de la medicación. Cuando el profesional estaba fuera de la provincia, retiraba la medicación, la enviaba por Correo Argentino y así la mujer recibía los paquetes y los distribuía entre quienes habían pagado. Todo ello, sin contar con la habilitación profesional farmacéutica.

La pena y la multa para la secretaria

La fiscalía y la defensa, con conocimiento de los familiares de la víctima, llegaron a un acuerdo pleno que contempla una pena de 3 años de prisión en suspenso y una multa de 200 mil pesos y costas que ha generado el proceso. Además, la mujer deberá cumplir con algunas pautas de conducta que abarcan la obligación de fijar domicilio y concurrir de manera semestral a la Dirección de Población Judicializad, no tener contacto con testigos ni con el médico homeópata Borgarelli y no cometer ningún otro tipo de delitos.

Entre los atenuantes, la fiscal Titanti mencionó que la imputada tiene 81 años de edad, no tiene antecedentes condenatorios y aceptó y reconoce su responsabilidad en los hechos.

Mientras que en relación a los agravantes, se tuvo en cuenta el daño causado, sobre todo el de la joven Tamara Espinoza, aunque no se le atribuyó a la secretara el homicidio ni la responsabilidad penal por el fallecimiento de la paciente. Pero sí fue ella quien comercializaba los medicamentos peligrosos. También se contempló la reiterancia y la cantidad de personas que consumieron esta medicación; es decir, la cantidad de veces que se repetía esta conducta. Mientras que, por último, se tuvo en cuenta el lucro obtenido por ejercer ilegalmente la profesión de farmacéutica.

Respecto a la multa de 200 mil pesos, se decidió que la misma será cancelada con parte de lo que le secuestraron a la imputada.

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