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La diseñadora textil detrás de los pañuelos más coloridos de Instagram

La emprendedora neuquina estudió diseño de indumentaria y plasma su creatividad en pañuelos y accesorios de tela.

La experiencia es, en muchos casos, la mejor herramienta para fijar los conocimientos. Y en eso creía Natalí Espíndola cuando creó no uno sino dos emprendimientos de moda, que buscaban plasmar en el mundo concreto todo lo que había aprendido en su carrera de diseño. En Lunáticamente, su segundo proyecto, se inclinó por el diseño textil para crear pañuelos, tapabocas y accesorios para el pelo con mucha personalidad.

Natalí estudió diseño de indumentaria en Neuquén y luego comenzó la carrera de gestión de moda, en donde incorporó nuevos conceptos de marketing para llegar a un público mayor con sus creaciones. Entre ambas carreras, trabajó en un local de ropa y lanzó su propio proyecto de diseño de indumentaria.

Si bien el primer emprendimiento no prosperó porque la joven no terminaba de definir un estilo propio que la convenciera, la experiencia fue más que valiosa para cimentar su nueva propuesta. Así nació Lunáticamente, un proyecto de diseño textil que propone estampas creativas para accesorios urbanos.

“Siempre me gustó mucho la luna, y me gusta escribir, me gustan las palabras”, dice la diseñadora sobre su marca. Con el detalle de que esa palabra incluye también una parte de su nombre, optó por crear una propuesta pensada para el mundo digital.

“No sueño con tener un local, siempre lo pensé para que sea de venta online y con la pandemia se potenció mucho más”, dice la joven y reconoce que son cada vez más los clientes que eligen comprar desde la comodidad de su casa y recibir sus productos a través de un servicio de mensajería.

Su proceso comienza, siempre, desde la inspiración pura. Natalí usa temas universales, como la naturaleza o la astronomía, para que le sirvan de musa. Así, diseña en un programa de computadora distintos motivos basados en imágenes que impulsan su creatividad y con técnica de collage. Una vez que el diseño está listo, lo imprime en papel y lo estampa en una tela para saber cómo quedará el producto final.

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Con el motivo ya elaborado, hace un pedido a Buenos Aires para que estampen ese diseño por metro. Opta por una tela sintética de caída similar a la seda, y ahí comienza la confección. Con sus telas de sello neuquino, corta y confecciona pañuelos de distintos tamaños, scrunchies para el pelo y tapabocas llenos de color.

Sus conocimientos de gestión de moda la llevan a prestar mucha atención a su página web y todo lo que comunica a través de redes sociales. Si bien hay gente que hace los pedidos a través del sitio, otros la contactan para saber cómo se usan los productos o para generar un trato más personalizado. Con paciencia y cuidado, Natalí responde las consultas y busca generar un lazo con sus clientas.

Entre otras propuestas de comunicación, la joven incluye pequeños tutoriales en video con ideas que inspiran a las clientas a incorporar estos accesorios en sus looks. “Mucha gente me pregunta por las diferencias entre los tamaños de pañuelos y cómo se usan, y yo hago videos explicativos”, dice.

“Le dedico mucho tiempo a la presentación, para que las clientas reciban un producto lindo en su casa”, dice la joven y aclara que esos detalles son los más importantes para generar un impacto positivo en los que eligen sus accesorios. Por eso, opta por una etiqueta de diseño y una cajita prolija que contenga sus productos en cada envío.

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También supo interpretar el gusto de los clientes. Así, renueva las telas más pedidas con colores distintos, o incluso repite algunas imágenes y combinaciones que tuvieron buena aceptación en el público. La demanda, así, parece moldear su instinto creativo.

En la actualidad, Lunáticamente ofrece tapabocas a 350 pesos, pañuelos que oscilan entre 700 y 990 pesos y scrunchies que cuestan 300 pesos cada uno. Sin embargo, los clientes pueden acceder a combos más económicos y descuentos por pagos en efectivo, que buscan que los artículos de diseño sean accesibles para todos.

Natalí explica que sus diseños tuvieron buena aceptación en el público y ya hay clientes que hacen comprar al por mayor. Aunque su objetivo no es afincarse en un local, sí sueña con expandir sus redes para tener un alcance nacional, y aplicar todo lo aprendido a productos originales que se ganen su lugar en el terreno nacional.

La expansión de su proyecto la llevó a abandonar su trabajo y a continuar con sus estudios, mientras se dedica full time a la confección de accesorios con estampas propias. “Mientras estudiaba, siempre me gustó el diseño textil, y es también lo que hago con más facilidad”, afirma.

Aunque dedica muchas horas a la confección y hasta hace entregas a las clientas que viven cerca de su casa, Natalí ya piensa en tercerizar la confección para dedicarse de lleno al proceso creativo, y así generar más y más diseños para proponer nuevas telas estampadas. La elección de las imágenes, la técnica de collage y la opción por cada color parecen distinguir su marca, y es ahí donde focaliza todo su potencial.

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