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La Mañana COVID

La niebla mental después del COVID puede durar siete meses

Este deterioro cognitivo consiste en tener dificultad en la concentración, la memoria y falta de claridad en los pensamientos.

Una investigación científica llevada a cabo en Estados Unidos brindó nuevos detalles sobre la denominada neblina mental tras el COVID-19 y advirtió que esta secuela tiene un promedio de duración de 7 meses. Aquellos que debieron ser internados por la enfermedad son los más susceptibles a sufrirla.

Los científicos de la Escuela de Medicina Icahn del Sistema de Salud Mount Sinai, de Nueva York, analizaron a 740 pacientes con coronavirus sin antecedentes de demencia, desde abril de 2020 hasta mayo de 2021. La edad media de los participantes del estudio fue de 49 años y se evaluó el funcionamiento cognitivo. Tras el análisis de los datos, los investigadores encontraron que el 15% e los pacientes mostraba déficits en la fluidez al hablar, el 16% en un conjunto de habilidades mentales llamado funcionamiento ejecutivo, el 18% en la velocidad de procesamiento cognitivo, el 20% en la capacidad de procesar categorías o listas, el 23% en el recuerdo de la memoria y el 24% en la codificación de la memoria, entre otras deficiencias.

Los pacientes que debieron ser hospitalizados durante su infección fueron los más propensos a presentar deficiencias en la atención, el funcionamiento ejecutivo, la fluidez de las categorías y la memoria. En lo que respecta a la codificación de la memoria, los datos mostraron que el 37% de los que padecieron un cuadro grave evidenciaron deficiencias, en comparación con el 16% de los pacientes ambulatorios. A su vez, se encontró que las tasas de disfunción cognitiva tiene un promedio de duración de 7 meses después del coronavirus.

"En este estudio, encontramos una frecuencia relativamente alta de deterioro cognitivo varios meses después de que los pacientes enfermaran por COVID-19. Este patrón es coherente con los primeros informes que describen un síndrome disejecutivo después del contagio y tiene implicaciones considerables para los resultados ocupacionales, psicológicos y funcionales", sostuvo la autora principal del trabajo, Jacqueline Becker, en la revista JAMA Network Open.

La niebla mental consiste en tener dificultad en la concentración, la memoria y falta de claridad en los pensamientos. Además de hallarla como una consecuencia del COVID-19, puede producirse por tomar algunos medicamentos o por el efecto del jet lag después de muchas horas de vuelos en avión. "La asociación del COVID-19 con el funcionamiento ejecutivo plantea cuestiones clave en relación con el tratamiento a largo plazo. Se necesitan más estudios para identificar los factores de riesgo y los mecanismos subyacentes a la disfunción cognitiva, así como las opciones de rehabilitación", concluyó Becker.

Científicos del Instituto Nacional Médico de Francia descubrieron que el virus SARS-CoV-2 afecta a importantes células vasculares del cerebro, las llamadas endoteliales, que juegan un rol fundamental en el correcto funcionamiento del órgano al aislar al sistema nervioso central de moléculas potencialmente tóxicas. El virus genera que corten de su material genético una proteína llamada NEMO, esencial para su supervivencia, por lo que terminarán muriendo.

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