Padre e hijo no se ponen de acuerdo.
Brasil. El presidente electo de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, aseguró ayer que la pena de muerte, prohibida constitucionalmente, es un “asunto cerrado” para el Gobierno que asumirá a partir del 1° de enero. “Además de tratarse de una cláusula pétrea (imposible de alterar) de la Constitución, nunca formó parte de mi campaña. Asunto cerrado, antes de que se convierta en el revuelo del día”, señaló el mandatario electo en redes sociales, su principal medio de comunicación con los brasileños.
“Nunca formó parte de mi campaña. Asunto cerrado, antes de que se vuelva el tema del día”. Jair Bolsonaro el ultraderechista usó Twitter
Bolsonaro respondió así a la entrevista que dio uno de sus hijos, el diputado federal Eduardo Bolsonaro, a O Globo, en la que defendió “la posibilidad de pena de muerte para traficantes de drogas, a ejemplo de lo que ocurre en Indonesia, y para autores de crímenes atroces”, según publicó el diario ayer. Eduardo Bolsonaro se basó en Indonesia, país que visitó en 2017, incluyendo una cárcel cercana a Yakarta. En esa ocasión, el parlamentario solicitó visitar, sin obtener el permiso, el complejo penitenciario de la isla de Nusakambangan, donde dos brasileños fueron ejecutados en 2015 por narcotráfico. “Allá (en Indonesia) esa política funciona. Cuando uno se pasea por las calles no ve a nadie fumando marihuana o usando ningún tipo de drogas”, dijo. “Los traficantes, los políticos que desvían fondos destinados a la salud... Hay muchos crímenes que implican la vida de los demás y para los cuales se podría estudiar la aplicación de esta medida (la pena de muerte)”, aseguró.
Eduardo Bolsonaro, reelegido en las elecciones legislativas de octubre, afirmó que se podría convocar un plebiscito para preguntar a los brasileños sobre esa cuestión, a pesar del veto recogido en la Carta Magna.
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