Aseguran que Lula Da Silva está indignado con la respuesta de Nicolás Maduro
El mandatario de Brasil considera una provocación las declaraciones de su par de Venezuela. El temor a que Maduro no reconozca el resultado electoral.
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, está indignado con su par de Venezuela y ex aliado, Nicolás Maduro, por la forma agresiva que respondió a sus comentarios de que era necesario respetar el resultado de las elecciones del domingo próximo.
Lula se enojó no sólo porque lo mandó a “tomar té de manzanilla” para calmarse, sino especialmente porque Maduro cuestionó el sistema electoral de Brasil y lo hizo de la misma manera en que lo viene haciendo el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Brasil considera "una provocación" la declaración de Maduro
El diario O’Globo, que cita fuentes del gobierno brasileño, afirma que Lula y su equipo de relaciones internacionales tomó las palabras del mandatario venezolano como “una provocación”, pero que decidieron no responderle en vísperas de las elecciones.
Brasil, aclaran, quiere evitar un enfrentamiento directo con Maduro, que fue un aliado histórico de Lula, porque podría influir en el proceso democrático del país vecino.
Otro de las preocupaciones de Lula, afirman, es la posibilidad de que Maduro manipule los resultados de las elecciones del domingo próximo y no admita la derrota, lo cual generaría una grave situación política en la región.
Qué dijo Maduro que enojó a Lula
El presidente brasileño había cuestionado la infortunada frase de Maduro sobre que habría “un baño de sangre” si el régimen perdía los comicios.
“Me asusté con las declaraciones de Maduro. Tiene que aprender que cuando uno gana, se queda; cuando pierde, se va”, dijo el lunes el presidente brasileño.
El martes, durante un acto de campaña, le respondió: “Yo no dije mentiras. Solo hice una reflexión. El que se asustó que se tome una manzanilla”, clamó, sin mencionar expresamente a Lula.
La crítica al sistema electoral
En otro acto, ya sobre la noche del martes, Maduro volvió a cargar contra Lula al criticar el proceso electoral de Brasil. También incluyó a Estados Unidos y a Colombia, como países que tienen problemas con el control de los votos.
El presidente venezolano le dijo a sus seguidores que Venezuela -donde la oposición denuncia una serie de represiones, incluidas detenciones y descalificaciones de candidatos- tiene "el mejor sistema electoral del mundo".
“¿En qué otro lugar del mundo sucede esto? En Estados Unidos, el sistema electoral es inaudito. En Brasil, no auditan ningún registro. En Colombia, no auditan ninguna minuta. En Venezuela auditamos todo, afirmó Maduro.
Para el gobierno brasileño, la declaración de Maduroi afectó una de las banderas más importantes de Brasil y de toda América Latina: la democracia.
Por eso salió a responderle el Tribunal Superior Electoral, cuyos miembros afirmaron que las máquinas de votación electrónica brasileñas es un "informe plenamente auditable".
Brasil envía observadores a las elecciones
Lula decidió enviar dos observadores para controlar los comicios del próximo domingo, y lo reforzó con la asistencia de su excanciller y actual asesor internacional, Celsor Amorin.
Por su parte, el Tribunal Superior Electoral también mandó un equipo de servidores para ir monitoreando en vivo las elecciones presidenciales venezolanas.
Lula ha defendido el respeto a lo acordado en los Acuerdos de Barbados, un documento que garantiza la plena participación de la oposición y resultados reconocidos por todos.
El temor a que Maduro no reconozca los resultados
Después de 11 años en el gobierno, Maduro busca su reelección una vez más. Si bien pudo eliminar de la competencia a las principales figuras rivales con argucias judiciales, entre ellas a Corina Machado, ahora debe enfrentar a Edmundo González, el candidato que representa a una oposición unificada.
Las encuestas dan a González, que tiene el apoyo de Machado, una diferencia a favor de más de 40 puntos, lo que garantizaría su triunfo.
Sigue latente el temor a que Maduro manipule los resultados electorales
Sin embargo, tanto en el gobierno brasileño como en el de otros países Sudamericanos se teme que Maduro no quiera dejar el poder, lo que hundiría al país en una nueva crisis y lo dejaría totalmente aislado.
En las elecciones de 2018, donde Maduro fue reelecto, fueron eliminados de la competencia todos los candidatos opositores, lo que provocó un gran desánimo en Venezuela. Esto llevó a que la participación sea bajísima.
Los principales organismos internacionales, como Naciones Unidas, la Unión Europea, la Organización de los Estados Americanos y varias potencias mundiales rechazaron esos comicios por su falta de transparencia y garantías.
Los analistas coinciden en que este es un momento diferente y que encuentra al régimen muy desgastado, lo que podría facilitar que el proceso electoral se desarrolle normalmente.
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