El convoy incluye un submarino nuclear y una fragata misilística. Lo hace en plena crisis con Washington por la guerra en Ucrania.
En medio de las tensiones con las potencias occidentales por la guerra en Ucrania, el gobierno ruso de Vladimir Putin envió a las costas de Cuba una flota naval que incluye una fragata misilística y un submarino nuclear, lo que representa un abierto desafío a Estados Unidos.
Los gobiernos de Cuba y Rusia aclararon que esta operación naval “se corresponde con las históricas relaciones de amistad” entre ambos países, y se produce en el “marco de la cooperación internacional”.
Pese a ello, tiene fuertes condimentos políticos ya que se trata de una demostración de fuerza del Kremlin, a pocas semanas de un nuevo respaldo militar que Estados Unidos le dio a Ucrania.
La flota rusa está sólo a 145 km de territorio estadounidense
A fines del mes pasado, el gobierno de Joe Biden había autorizado el uso de armas estadounidenses por parte las fuerzas ucranianas en contra de objetivos en Rusia.
Esta semana llegó la respuesta de Putin, quien dijo que podría tomar medidas si países occidentales suministran armas de fuego a los ucranianos para ser usadas en suelo ruso.
Las naves rusas pasaron por la costa este de Florida, al sur de Estados Unidos, en su ruta hacia el puerto de Cuba, donde fueron recibidas con salva de cañones. Ahora se encuentran a solo 145 kilómetros de territorio estadounidense.
Para algunos analistas militares, se trata de una demostración de fuerza y un acto de propaganda política.
Cómo se compone la flotilla
Los barcos de la Flota del Norte está integrado por la fragata Almirante Gorshkov, portadora de misiles de precisión de largo alcance, el buque cisterna de suministros Akademik Pashin, y el remolcador de rescate Nikolai Chiker, equipado con un helipuerto.
El cuarto integrante es el que despierta más resquemores en Washington. Se trata del submarino de propulsión nuclear Kazan, que forma parte de la flota desde 2021. Sin embargo, Moscú aclaró que no lleva armas nucleares.
Vienen de realizar ejercicios militares en el Atlántico, según informó el Ministerio de Defensa ruso, y se quedarán en Cuba cinco días.
A fragata Gorshkov es una de las más modernas de la flota rusa y es capaz de realizar misiones de largo alcance, guerra antisubmarina y transportar misiles tierra-tierra y tierra-aire, entre otros sistemas de armas.
Estados Unidos vigila el desplazamiento
Fuentes del gobierno de Estados Unidos dijeron a los medios de ese país que sus Fuerzas Armadas habían desplegado barcos y aviones para vigilar los ejercicios militares de Rusia en el Atlántico y el recorrido de la flotilla hacia Cuba.
Explicaron que distintos buques de la Armada estadounidense, entre ellos el USS Truxtun, el USS Donald Cook y el buque de la Guardia Costera USCGC Stone, fueron rastreando a las naves rusas.
También se desplegaron medios aéreos, incluyendo un avión de reconocimiento P-8 Poseidon, para sobrevolar la ruta que siguieron.
Un alto jefe militar del Pentágono señaló que estuvieron monitoreando los movimientos de la flotilla rusa “todo el tiempo”, y que ninguno de los buques rusos se alejó de aguas internacionales.
Después de la revolución de 1959, Cuba fue un fiel aliado de Rusia, que lo abasteció de alimentos, medicamentos y armas durante décadas.
La isla un aliado clave de la ex Unión Soviética durante la Guerra Fría, y albergó brevemente misiles nucleares a instancias de Moscú durante la Crisis de los Misiles Cubanos de 1962.
La relación se enfrió tras la caída de la Unión Soviética, en los 90. Pero en julio del año pasado, un buque de entrenamiento de la armada rusa, el Perekop, llegó a las costas de Cuba después de mucho tiempo, en un intento por recomponer los vínculos.
Los analistas consideran que no es casual que esta flotilla arribe en este momento de tanta tensión entre Moscú y Washington.
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