En el departamento, en el sur de Francia, no tenía luz ni calefacción. El chico se las ingenió para comer y seguir yendo a la escuela.
La historia del nene de 9 años al que su madre abandonó y se vio obligado a vivir dos años sólo en un despojado departamento de Nersac, en el suroeste de Francia, está conmoviendo a los franceses.
Más que repudio a su progenitora, que se plasmó en las redes sociales, lo que causa asombro en la población es la fortaleza y personalidad del chico que se las ingenió para sobrevivir sin recursos y continuar sus estudios.
Nersac es una pequeña y bucólica ciudad a unos 500 km de París, pero trascendió a nivel nacional cuando lo dio a conocer el periódico Charente Libre. Rápidamente se replicó la noticia en todos los medios.
Abandonado por su madre Alexandra (39 años), que se fue a vivir con una nueva pareja a una ciudad cercana, el chico se las ingenió para alimentarse con enlatados y tomates que sacaba de la quinta de un vecino.
La semana pasada un tribunal penal de Angulema condenó a la madre a 18 meses de prisión por negligencia y abandono, pero 12 de ellos quedaron en suspenso y sólo seis deberá usar una pulsera electrónica.
A la mujer se le quitó la tenencia y ahora el niño, que no quiere ver a su madre, fue dado a una familia de acogida.
La vida del pequeño
Según cuenta Charente Libre, el chico vivía en un pequeño edificio blanco de dos plantas, con ventanas que dan a un cementerio local.
No tenía calefacción ni electricidad, porque nadie pagaba los servicios, y los meses de intenso frío en la región tenía que cubrirse con varias mantas para poder dormir. También se bañaba con agua fría.
Sus alimentos eran latas de conserva fría, galletitas y tomates que sacaba de la huerta de una familia vecina. “Hice un pequeño huerto y el niño venía discretamente a llevarse tomates para comer”, contó una vecina al canal de televisión TF1.
Lo más llamativo del caso es que el chico continuó con su vida en forma normal entre el 2020 y el 2022. Iba todos los días a la escuela, hacía sus tareas educativas y cumplía con todos los requerimientos. Por eso nadie sospechaba lo que estaba pasando. Ni lo docentes si los servicios sociales.
“En la escuela siempre estaba sonriente, muy buen estudiante, siempre limpio, educado… No había señales de que lo hubieran abandonado”, argumentó la alcaldesa de Nersac, Barbara Couturier, ante las críticas.
“Desafío a cualquiera a que sea capaz de detectar esta situación. Creo que todo eso fue una especie de protección que se puso a sí mismo para decir todo está bien", agregó Couturier.
Uno de sus compañeros, que habló con Le Parisien, señaló que comenzaron a sospechar algo raro cuando el chico les contó que “comía sólo, tomaba el autobús por su cuenta y no salía de su casa”.
En cambio los vecinos, que a veces veían al chico en la ventana, tardaron dos años en darse cuenta de lo que ocurría. Uno de ellos, finalmente, llamó a la policía en forma anónima para alertarlos.
Qué dijo la madre
Ante la denuncia del vecino, la policía fue al lugar y comprobó la situación en la que estaba el nene. La heladera estaba vacía y no había ropa de adultos en el departamento, lo que denotaba que sus padres no vivían allí.
Comenzaron a investigar y descubrieron que Alexandra, la madre, se había mudado con su nueva pareja a Sireuil, un pueblo cercano.
La mujer negó los hechos durante el juicio y sostuvo que de vez en cuando iba al departamento para dejarle algunos alimentos. Pero los testimonios de los vecinos fueron contundentes: había abandonado al chico a su suerte.
La madre fue condenada por “abandono de un menor que compromete su seguridad”. Le dieron 18 meses de prisión, pero por ahora no irá a la cárcel. Sí pasará seis meses bajo vigilancia electrónica.
El nene fue dado a una familia de acogida hasta que sea adulto, porque dijo que no quería volver a vivir con su madre. Las autoridades le quitaron la tenencia a Alexandra y le suspendieron por ahora los derechos de visita.
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