Con Cristina Kirchner presa y excluida de las urnas, empezó otra película con final abierto
La Corte pateó el tablero apurando la resolución que dejó firme la sentencia del TOF2 en la causa Vialidad, que condenó a la expresidenta a la cárcel y la sacó de la política electoral.
La Corte Suprema de Justicia confirmó la condena a Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad, tras una reunión de sus tres integrantes concretada este martes. La decisión, que excluye a la presidenta del Partido Justicialista de la pelea electoral de por vida, fue celebrada por el gobierno nacional, sus satélites y sus aliados, y rechazada por el peronismo, sus aliados y un bloque sindical transversal a la CGT y la CTA.
La polarización que distinguió la reacción de los principales actores de la política nacional ante el fallo, tiene su correlato en la sociedad. Para los partidarios de Cristina Fernández, la Corte actuó de forma aberrante, mientras que para sus detractores el fallo no hizo más que alimentar la convicción respecto a la responsabilidad de Cristina en los hechos juzgados.
Polarización política
La división involucra a una parte significativa de la sociedad y está dada por la relación política con la expresidenta: seguidores, de un lado, y detractores del otro. Los dos sectores exponen argumentos jurídicos que favorecen sus posturas frente a la actuación judicial contra la jefa de Estado entre 2007 y 2015 que dejó firme una condena.
Si los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti o cualquiera de los funcionarios judiciales que intervinieron en la causa Vialidad hubiesen fallado en el sentido inverso al que tomó efectivamente la causa, la dirigencia kirchnerista y aliada aplaudía y la dirigencia libertaria, macrista y afín denunciaba corrupción judicial. Y esa lógica no está encapsulada en el campo de la política profesional, baja a la sociedad y cobra fuerza en la polarización.
Que Lázaro Báez se hizo rico es innegable, como que jueces y fiscales del proceso contra Cristina jugaban al padle y al fútbol con el expresidente Mauricio Macri, además de haber coincidido con los intereses del macrismo en los tiempos y sentidos de algunas causas con hondo impacto político. Elementos de este tipo alimentaron las demandas de certeza de los dos grupos en esta polarización.
Con la convalidación de la Corte, quedó firme la sentencia del Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2) que condenó a Cristina Fernández a seis años de cárcel, además de prohibirle para siempre ejercer cargos públicos. El TOF2 resolverá si la privación de la libertad se ejecuta en un penal federal o en el domicilio de la expresidenta.
Efecto expansivo
La segunda parte de la sentencia tiene efectos expansivos a todo el sistema político, puesto que la exclusión electoral de Cristina Fernández deja a un sector del electorado huérfano, a la vez que le quita al peronismo la referencia más taquillera en las urnas que tuvo en este siglo.
Las consecuencias con impacto social de la sentencia judicial de última instancia contra Cristina son políticas. Y su potencial de impacto es incalculable. La configuración del escenario político del año electoral voló por los aires.
El partido empieza de nuevo. Con Cristina ejerciendo la jefatura del kirchnerismo desde el lugar de detención con una estrategia para intentar retener la conducción política del peronismo bonaerense. Las horas siguientes a la confirmación de la condena, el peronismo se mostró unido en la foto, pero la película recién empieza. La definición de la Corte contra Cristina tiene potencial tanto para unir como para terminar de romper al peronismo, que no salió aún de la crisis autoinfringida en su último ejercicio del poder, con Alberto Fernández al frente.
Javier Milei y sus estrategas electorales consideran que el peronismo quedó acéfalo, descartando que la expresidenta logre mantener su peso político estando detenida. Si así fuese, se fortalecería la potencia electoral del oficialismo, siempre según los cálculos proselitistas libertarios. Lo cierto es que antes de que La Libertad Avanza decidiera con qué candidato ir en la tercera sección electoral bonaerense, la Corte le sacó el plus a la pelea por el bastión peronista del sur del Conurbano.
Mientras tanto, las primeras repercusiones en la calle tras el fallo de la Corte mostraron cortes de ruta de parte algunos gremios y una concentración de militantes en la sede del Partido Justicialista, que acompañaron a la exmandataria. La manifestación se trasladó hacia la noche al frente del departamento de Cristina Fernández, en donde había una multitud entrada la noche del martes.
Las manifestaciones se cargaron de tensión ante la advertencia de represión lanzada por la ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich, pero no escalaron. Algunos gremios anunciaron que decretarán paros para protestar y otros analizan los pasos a dar. La reconfiguración del escenario político recién empieza, cuando faltan cuatro meses y poco para las legislativas nacionales. La historia está en pleno desarrollo.
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