La Ruta 7 hacia Vaca Muerta concentra la mayor cantidad de accidentes fatales. Denuncian imprudencia al volante y falta de controles efectivos.
La provincia de Neuquén enfrenta una preocupante tendencia al alza en los siniestros viales. En lo que va del año 2025, se han registrado 19 personas fallecidas en accidentes de tránsito. El dato no solo alarma por el número en sí, sino también por el contexto: la mayoría de las tragedias ocurren en los mismos sectores críticos de siempre, con epicentro en la llamada "Ruta del Petróleo", el camino hacia Añelo y Vaca Muerta.
En ese corredor intensamente transitado por camiones de gran porte, trabajadores de la industria hidrocarburífera, vehículos de turismo y pobladores locales, se entrecruzan diariamente múltiples realidades sobre un asfalto colapsado, mal señalizado y, muchas veces, escenario de decisiones imprudentes al volante.
Sandra Torres, presidenta de la Asociación Civil Bien argentino, habló sobre la preocupante escalada de muertes viales en la provincia. “Lamentablemente, cerramos abril con una suba en la siniestralidad. Al día de hoy tenemos 19 personas fallecidas en toda la provincia, un poquito más que en 2024. Pero lo que hace que suceda esto es la imprudencia. Esa manía que tienen los conductores de que cada vez que se suben a un vehículo terminan siendo el fusible de su situación personal, social y económica”, sostuvo.
Según Torres, detrás de cada incidente fatal hay una constante: decisiones humanas equivocadas, muchas veces influenciadas por la falta de conciencia vial o por presiones laborales. “Eso genera que se sucedan accidentes viales permanentemente”, lamentó.
Posibles soluciones
“Creemos fervientemente que la educación vial es muy necesaria. Es una política pública que se tiene que incorporar de verdad. Está la ley nacional hace treinta años y lamentablemente no se ha incorporado como corresponde. Necesitamos más educación vial en las escuelas primarias y, sobre todo, en las secundarias, cuando los chicos ya están cerca de los 17 años y pueden sacar por primera vez su licencia de conducir”, analizó.
En ese sentido, destacó positivamente que en la ciudad de Neuquén se haya implementado un sistema de otorgamiento de la primera licencia de manera presencial, en contraposición al método virtual que —según advierte— no permite dimensionar realmente los riesgos de la conducción. “Eso no genera realmente lo que tiene que percibir aquel que va a conducir por primera vez con los riesgos que se corren permanentemente en la vía pública”, explicó.
Pero la educación por sí sola no alcanza. Torres remarcó que también son fundamentales los controles y las sanciones efectivas. “Si bien la coerción es una herramienta principal, acá en Neuquén capital se ha logrado bajar la siniestralidad con el tema de las cámaras. Porque esa conducta anómica que tenemos en forma permanente —que si no hay alguien que nos esté controlando no aprendemos— es muy fuerte. Necesitamos más control”, subrayó.
Los lugares más peligrosos
Al trazar un mapa de los puntos más conflictivos de la provincia, Torres no dudó en señalar como zona roja a la Ruta 7. “Es la ruta que va a Añelo. Se mezcla el tránsito pesado del petróleo, el que trabaja en la fruticultura, el turismo vinculado a los viñedos, y la gente que vive en los parajes y localidades del trayecto. Es un cóctel muy peligroso”, describió.
A esa ruta se suman otras con alto índice de siniestralidad: la Ruta 237, la Ruta 22 y la Ruta 40. “Lamentablemente, es verdad que la gente hace referencia a la infraestructura, pero siempre termina siendo una decisión humana la de tomar un sobrepaso en lugares indebidos. Esa es la primera causa de muerte en ruta”, afirmó.
Con 19 víctimas fatales en apenas cuatro meses, Neuquén se enfrenta a un desafío urgente: evitar que el 2025 sea otro año marcado por la tragedia vial. Para eso, la articulación entre políticas públicas, educación, controles eficaces y conciencia individual parece ser el único camino posible.
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